Éste es otro de esos usos de los neuromoduladores poco conocidos o requeridos. Más allá de su uso para corrección o atenuación de las arrugas dinámicas o de expresión en tercio superior de la cara (frente, glabela o entrecejo y patas de gallo), sabéis que hay otras zonas “atípicas” en que usamos la toxina no para tratar arrugas sino para debilitar músculos hipertróficos (como el masetero o el platisma) o para mejorar el balance muscular como en el ángulo de la boca o en la parte inferior de la cara.

Estos usos atípicos tienen unas indicaciones muy concretas y exigen una precisa valoración del paciente y su balance muscular, además de la obvia experiencia por parte de quien lo aplique, que debe tener unos muy buenos conocimientos anatómicos pues una mala aplicación puede tener consecuencias indeseables. Sí, he visto muchas veces en mi consulta que los pacientes os aterráis cuando se os mencionan los neuromoduladores para la zona peribucal, pero tiene sus usos y, bien utilizado, es una gran herramienta por ejemplo para tratar una sonrisa gingival, una punta nasal que cae al gesticular, o un orbicular demasiado hipertrófico, o como ahora hablábamos una comisura descendida (es decir, se puede hacer, pero según en manos de quién os pongáis…)

Centrándonos en el tema de hoy, el ángulo o comisura bucal, vemos que es un punto clave no sólo en la estética facial sino también en la expresión de nuestras emociones. Una comisura descendida trasmite sentimientos de tristeza, resentimiento, amargura, cuando no de mucha más edad. La comisura del labio puede estar descendida de forma congénita, aportando a estas personas una expresión triste, avejentada y bien negativa desde un punto de vista psicosocial. Su corrección o mejora va mucho más allá de un pequeño tratamiento estético, pues confiere a la expresión facial un enorme cambio.

CANDIDATOS A ESTA TÉCNICA

La toxina botulínica resulta de gran utilidad en este tipo de pacientes, siempre que se trate de una comisura descendida, donde los ángulos de la boca quedan por debajo de la línea horizontal entre labio superior e inferior. Distinto es cuando deseemos corregir unas áreas bajo la comisura deprimidas o las llamadas líneas de marioneta, que precisarán un tratamiento muy diferente. Tampoco será tan útil si hay un importante descenso o ptosis de tejidos. El paciente ideal es aquel donde, de forma congénita, están descendidos los ángulos de la boca, a causa de un disbalance o desequilibrio entre un músculo depresor (depressor anguli oris o músculo depresor del ángulo de la boca) hipertrófico y los elevadores (músculos risorio, zigomáticos, elevadores de la boca y del ala nasal). El neuromodulador, inyectado en el músculo depresor del ángulo oral, lo debilitará permitiendo que los músculos antagonistas, los elevadores del labio y la comisura, actúen mejor o con más efectividad, elevando la comisura.

Esta técnica podría aplicarse también en pacientes que, de forma adquirida (no congénita), han notado un descenso de la comisura, pero sólo sería útil si al explorarlos se constata un músculo depresor hipertrófico. En estos casos suele ser necesario asociar al tratamiento algún filler o relleno que dé soporte a la comisura. Tal como comenté más arriba, si hay mucha ptosis o hay una depresión marcada habrá que hacer algo más complejo, tipo lifting facial.

ANATOMÍA

En el ángulo de la boca se insertan un amplio grupo de músculos mímicos, en una estructura llamada modiolo oral, que es como un rafe o interdigitación donde se insertan los músculos que mueven los labios y su comisura. En este modiolo hay músculos elevadores (zigomáticos, elevador del labio superior, elevador del labio superior y ala nasal), tranversos como el risorio (su nombre ya describe su acción), tipo esfínter u horizontales como el orbicular de los labios que los cierra y reduce el orificio bucal, y depresores como el platisma del cuello, el depresor del labio o el depresor del ángulo oral. La mímica de la boca resulta de la acción sinérgica de músculos agonistas y antagonistas (unos se contraen y otros se relajan, o mantienen cierta tensión) sobre unas estructuras anatómicas móviles, que a su vez descansan sobre un esqueleto maxilofacial que también define aspecto y mímica.

El músculo depresor anguli oris es un músculo plano, de forma triangular, que se origina en la mandíbula, justo lateral al mentón, y alcanza para insertarse en este modiolo y así el ángulo oral. Es relativamente superficial, justo bajo el músculo orbicular de los labios, y es fácilmente palpable, por ejemplo al intentar deprimir el ángulo o al pronunciar una “e” sostenida.

Testut Jacob "Atlas de Anatomía Topográfica" 1.- Músculo orbicularis oris 2.- Músculo depressor anguli oris 3.- Músculo depressor labii
Testut Jacob «Atlas de Anatomía Topográfica»
1.- Músculo orbicularis oris
2.- Músculo depressor anguli oris
3.- Músculo depressor labii

 

Testut Jacob "Atlas de Anatomía Topográfica"
«Atlas de Anatomía Sobotta»
TÉCNICA

La técnica consiste, una vez explorado el paciente y objetivada la hipertrofia muscular, en infiltrar unas pocas unidades (2-4 U) de toxina botulínica, en una dilución algo más concentrada de la habitual, en 1-2 puntos en el vientre muscular. Hay que ser cuidadoso y controlar bien la técnica para evitar infiltrar demasiado alto (se bloquearía el orbicular lo que causaría una debilidad del labio además de una mímica alterada) o demasiado profundo (caso en que se bloquearía el depresor del labio, dejando también una mímica alterada y un labio débil). Os recuerdo que el efecto de la toxina es reversible, de forma que si hubiera algún efecto no deseado es sólo cuestión de esperar unos meses (imposible hacer nada para acelerar esto, son meses inevitablemente).

El efecto máximo se percibe al mes de la inyección y se prolongará (aunque tras el mes algo más suave, como en general todas las infiltraciones de neuromoduladores) durante 4-6 meses, pero en algunos pacientes puede dar más tiempo. En casos de hipertrofia o descenso congénito, los más evidentes, si se realizan las sesiones con la dosis suficiente pasado un tiempo podremos esperar una atrofia muscular.

En los casos adquiridos o de descenso causado por la edad, el efecto será más sutil, aunque es interesante asociado a otros tratamientos y como prevención de un mayor descenso, si bloqueamos más músculos depresores faciales como el platisma colli.

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.