Ventajas y desventajas

Cualquier persona mínimamente interesada en este tema conoce que podemos utilizar tres posibles vías de abordaje para esta cirugía, la periareolar, la submamaria y la axilar. El objetivo de este post no es entonces describirlas sino hacer algunas aclaraciones respecto a qué vía o vías prefiero y cuándo me parecen indicadas.

En primer lugar, como ya conoce bien quien sigue este blog, soy una firme partidaria de los implantes anatómicos, cuyas ventajas he expuesto más de una vez. La principal ventaja de estos implantes es que, simplemente, tienen forma de mama, y se trata en esta cirugía de dejar un pecho bonito, por lo que es más fácil conseguirlo con estas prótesis. Actualmente recurro a este tipo de implantes en casi un 90% de los casos de aumentos. Estos implantes, para quedar así de bonitos precisan una técnica más depurada y más experiencia que con los implantes redondos, tanto en la planificación a la hora de escoger el modelo, sus medidas y su proyección, como al diseñar el bolsillo en el antequirófano , y también durante la cirugía, debiendo quedar en un espacio muy ajustado y de dimensiones calculadas con exactitud, así como en una posición determinada. Estos implantes vienen fabricados con una marca para indicar al cirujano la posición y angulación correcta, a fin de que den la forma deseada. Es decir, necesitan una técnica muy precisa, y por tanto una vía de abordaje que nos la permita. Así, la vía axilar, que no permite una visión directa salvo con endoscopia, resulta poco propicia para una correcta realización del bolsillo y menos aún para el adecuado posicionamiento de la prótesis. La vía areolar sí, siempre que la areola tenga un buen tamaño, y esto por dos razones, la primera  una adecuada visibilidad, aquí  imperativa, y la segunda razón es que los implantes anatómicos están fabricados todos con un gel de alta cohesividad para conferirles una forma estable (por ello una areola pequeña o moderada no permite introducir estos implantes sin riesgo de dañarlos o de maltratar la piel al intentarlo). La vía submamaria en cambio es perfecta y es la ideal para este tipo de prótesis, aúna una excelente visibilidad para una cirugía y colocación exactas, y nos permite introducir estos implantes tan cohesivos, independientemente de su tamaño, sin que sufran ni la piel alrededor de la incisión ni el implante.

¿No se puede entonces hacer un aumento con prótesis anatómicas vía periareolar? Sí, siempre que tengamos una areola grande, y siempre que quiero hacer una mastopexia para elevar la areola o remodelar la mama, así como en la corrección de mamas tuberosas en grados avanzados, en los que se necesita el abordaje periareolar para disecar la glándula y expandirla.

La vía submamaria es entonces la vía óptima para el uso de prótesis anatómicas, al permitir hacer un bolsillo preciso y una buena posición del implante. Esto es clave para evitar una posible complicación de estas prótesis, y es la posibilidad de que se desplace o se gire, o simplemente una malposición o una asimetría. Pero, independientemente del tipo de prótesis, redondas o anatómicas, la vía submamaria tiene más ventajas, y es que en este abordaje no hay que atravesar la glándula como en la vía areolar, con lo que no alteraremos su anatomía (clave si la paciente tiene patología mamaria –benigna, claro- previa), ni seccionaremos conductos galactóforos ni romperemos ningún quiste, minimizando la posibilidad de que el implante se pueda contaminar con los gérmenes presentes en estas estructuras. En los últimos años se han hecho numerosos estudios en cientos de mujeres portadoras de implantes, que arrojan de forma significativa los datos de menor incidencia de contractura capsular, hematomas e infecciones si se usa este abordaje. La vía submamaria permite al cirujano una cirugía más anatómica, limpia y rápida, evitando el sangrado que supone atravesar la glándula, y especialmente si optamos por un plano subpectoral, donde nos posibilita una disección nítida y menos traumática, que en el postoperatorio se traducirá en menos inflamación, menos hematomas y mucho menos dolor que si abordamos por las otras vías.

 

¿La vía submamaria supone menos incidencia de contractura capsular? Sí, y de forma estadísticamente significativa, junto a la elección de un plano subpectoral. La razón está en la causa de la contractura capsular. La cápsula, siempre presente, responde a una reacción de cuerpo extraño ante el implante. La contractura capsular es una reacción mucho más intensa, y hoy sabemos que se debe a la formación del Biofilm. El biofilm se forma cuando un conjunto de bacterias se adhieren a la cubierta del implante, y se protegen por una capa de proteínas, es decir, las bacterias se fijan y crean su barrera protectora, que las hace resistentes a los antibióticos y nuestras defensas naturales. La contractura se desarrolla cuando nuestro cuerpo crea un conjunto de fibras alrededor, a modo de reacción de cuerpo extraño exagerada, que comprime el implante más y más. En esta cirugía, tal vez la más limpia de cuantas hacemos en nuestra especialidad, se adoptan siempre una serie de medidas rigurosas de limpieza, lavados, incluyendo cambio de guantes, apertura del envoltorio de la prótesis sólo cuando se va a introducir e instilación de una mezcla de antibióticos en la cavidad buscando el óptimo de riesgo 0 de contractura capsular.

Esta vía puede tener algunas desventajas, como la  mayor visibilidad de la cicatriz los primeros meses y sobre todo la mayor dificultad en la planificación. Es absolutamente necesario medir con exactitud dónde situarla, que no siempre será en el surco submamario previo sino en dónde calculamos que deberá estar tras la cirugía. Debe quedar exactamente en el nuevo surco, y el surco debe medirse muy bien para que haya una distancia perfecta desde la areola y la mama quede con las dimensiones adecuadas, en virtud de las dimensiones del  implante que usemos (y, por supuesto, sobre todo en virtud de la anatomía de la paciente). Un surco bien planificado con la cicatriz correctamente posicionada hará que sea poco visible. Y esta cicatriz nos permite también ser reutilizada para ulteriores cirugías, cosa poco recomendable si teníamos un abordaje areolar.

En resumen, aunque cualquier vía de abordaje puede ser adecuada, y esto es algo a hablar y aclarar en la consulta, es la vía submamaria la que consideramos óptima para aumentos tanto primarios como (aquí siempre) secundarios, especialmente cuando utilicemos implantes anatómicos, pues nos asegura una cirugía más precisa y con menos complicaciones y riesgos (que es de lo que se trata, ¿no?), como la contractura capsular, el desplazamiento, giro o mal posición del implante y la posibilidad de hematomas o infecciones, si la comparamos con las otras vías, a lo que añadimos también la ventaja de la no distorsión de la glándula. En contrapartida, requiere una planificación más cuidadosa del emplazamiento y fijación de la cicatriz, de forma que cualquier error puede ser más evidente al dejar una cicatriz más visible si está mal posicionada. La vía periareolar se reserva a mastopexias, mamas tuberosas, y aumentos discretos con implantes redondos y anatómicos sólo si las areolas tienen un tamaño grande, cuando así se haya acordado con la paciente. Por último, no somos partidarios de la vía axilar por su mala visibilidad y la dificultad para un bolsillo preciso en implantes anatómicos, así como por la posibilidad de que pueda dificultar el drenaje linfático al ganglio centinela, y dada la alarmante incidencia de cáncer de mama no me atrevería a recomendarla a mis pacientes, del mismo modo que preferimos el bolsillo subpectoral, sobre todo cuando hay patología mamaria previa.

Como veis, las pacientes no podéis venir a a la consulta con una idea determinada, pues todo, desde la elección del tipo de implante al plano de disección, pasando por la vía de abordaje (¡¡¡ y el volumen!!!) hay que hablarlo bien espacio con el cirujano.

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.