Una decisión a tomar entre cirujano y paciente

Es éste el tema más candente antes y después de una cirugía para aumento mamario, desde el punto de vista de la paciente: cómo trasmitir al cirujano/cirujana lo que deseo, cómo saber si el implante que se ha decidido es el  que dará el resultado soñado, cómo estar segura de que hemos decidido bien y el implante no es demasiado grande ni demasiado pequeño, qué deseo, algo natural o más allá de lo natural… muchísimas dudas, desde no tener nada claro qué es algo “natural”, el miedo –preoperatorio- a pasarnos con el volumen o a lo contrario, quedarnos cortas, el no tener claro qué se busca, si armonía o tener sin más un pecho grande.

Un sinfín de cuestiones que hay que aclarar muy bien en las consultas preoperatorias, que deben ser mínimo dos, en realidad las que hagan falta hasta dejarlo todo bien ajustado y aclarado, pues de no tomar la decisión adecuada puede conducir a un resultado postoperatorio tal vez bonito pero puede que insatisfactorio para la paciente.

Hace unos meses escribí un post donde detallo cómo tomamos las medidas y decidimos qué implante es adecuado para cada paciente. Esta valoración detallada de vuestro cuerpo, vuestro tórax y vuestra mama es absolutamente imprescindible, y aquí es donde el cirujano aporta su experiencia, además de, por supuesto, más tarde en su técnica quirúrgica.

La anatomía de la paciente es definitiva y es la que marca los imperativos y limitaciones en la elección de un implante. Pero un cirujano con experiencia sabe también que el éxito de esta cirugía consiste en consensuar nuestra opinión, tomada de estas medidas y valoraciones anatómicas, con el deseo y expectativas de la paciente. La paciente debe expresar qué desea, cómo ve su cuerpo e imagina su pecho, qué es para ella un pecho bonito. Esto parece fácil pero os sorprendería cuántas pacientes piden “algo natural” y, cuando les pruebo ante un espejo unos implantes, resulta que no era en absoluto así, que desean un tamaño bien grande, más allá de lo natural. Otras pacientes nos piden que elijamos nosotros, que confían en nuestro criterio, y es otro error, no porque no tengamos criterio estético, que lo tenemos, sino porque es peliagudo confiar en que nuestro criterio y el de la paciente coincida, sobre todo si no estaba segura y no hemos conseguido que nos trasmita bien qué deseaba.

La paciente tiene que implicarse, y por supuesto también responsabilizarse, si ha tomado una decisión por un implante de entre el rango que le hemos dado a elegir, se lo ha probado, las veces que ha necesitado, y da su conformidad, debe ser consecuente con ello, de forma que si, tras la cirugía no está del todo satisfecha con el volumen, tendrá que asumir la decisión tomada. Las pacientes no podéis pretender que en quirófano, por su cuenta, el cirujano decida poner un implante diferente al escogido porque pensemos que uno más grande os va a gustar más. No estamos en vuestra mente, al menos yo no, así que os pondré el que vosotras y yo habíamos planificado. Está claro que hay casos con pequeñas asimetrías y en los que, claro, habrá decisiones a tomar en quirófano, pero nunca serán del tipo de una copa u otra, sólo pequeños ajustes.

Los cirujanos invertimos mucho tiempo en explicaros en la consulta temas tipo vía de abordaje, plano de disección, técnica a usar, complicaciones… cuando lo que más os importa es simplemente el volumen del implante. Muchas tenéis en mente un volumen determinado, sin caer en la cuenta de que el mismo implante en pacientes distintas quedará muy diferente, o la idea de una talla determinada, sin conocer siquiera vuestra verdadera talla. Esto es largo, y complicado. Hay muchos sistemas desde bien simples (como poneros unas bolsas con arroz debajo del sujetador y que digáis) hasta mediciones hipercomplejas y sistemas computarizados. Esto expresa cómo nos obsesiona definir lo mejor posible qué implante es óptimo para cada paciente. Pues es eso lo más importante, que al final  la paciente esté feliz y satisfecha con la cirugía. Y esto no es sino la convergencia de la precisión del cirujano evaluando y midiendo, junto a su capacidad y de la paciente para decidir qué tipo de implante, a partir de las mediciones tomadas, será el óptimo y perfecto. Y es que, en manos de un buen cirujano, que no sólo opere bien sino que además estudie y escuche y cuente con la opinión de la paciente, incluso así hasta un 20% de las pacientes desearían, al año de la cirugía, haberse puesto un implante mayor (el porcentaje de las que querrían uno menor no alcanza el 4%). Los cirujanos necesitamos entonces un buen sistema para medir y planificar, y un adecuado feed back con las pacientes para comprobar que funciona. Hay que hablarlo muy bien. En mi consulta lo hacemos así:

1.-Estudio de la paciente, historia clínica, valoración general (estatura, índice de masa corporal, hábito o postura corporal), valoración del tórax, valoración de la mama, en especial base mamaria y grosor del parénquima o tejidos mamarios, calidad de los tejidos, grado de ptosis (todo esto está más detallado en el post “Cómo calcular el volumen del implante”). A partir de aquí obtenemos una referencia fundamental, que es la anchura del implante, medida nunca subjetiva, y que nunca podremos obviar.

2.- Una vez tenemos la anchura del implante (o su base), y atendiendo a los deseos de la paciente (le preguntaremos qué idea de talla tenía, qué tipo de pecho le parece bonito, qué piensa que le queda bien, le enseñaremos y nos enseñará fotos…muchas preguntas para intentar conocer sus expectativas), le ofreceremos una gama de implantes con la base o anchura que hemos obtenido. Así, barajaremos si queremos un implante anatómico o redondo (ver post   “¿Implantes anatómicos o redondos? “ ) y jugaremos con la proyección de la prótesis. Según el laboratorio, hay 3 o hasta 4 proyecciones o perfiles para cada medida de implante. La paciente optará por una u otra proyección según lo lleno que desee su pecho, sobre todo el polo superior. Siempre bajo nuestro asesoramiento, está claro. De una o otra proyección puede variar muchísimo el volumen final, que será el último dato que conoceremos (así que nada de decir, de entrada, que queréis un implante de 400cc como el de vuestra amiga)

3.-Prueba ante un espejo de cuerpo entero, con unos implantes especialmente diseñados para probaros, bajo el sujetador y con una camiseta ajustada (todo eso lo tenemos en la consulta). Aquí vienen las sorpresas, pacientes que querían algo natural y hasta el mayor de los que le podemos poner se lo ve justito, o las que se los ven todos muy grandes… y es que muchas veces no lo tenéis claro para nada. Esta prueba, de pie, con ropa, opinando todos, es importantísima y nunca os operaremos sin hacerla antes. Es más, la hacemos mínimo en dos ocasiones. A vosotras os permite expresaros, haceros una idea de cómo se verá vuestro cuerpo con ese volumen mamario, valorar cuánto influye vuestra postura y la forma de vestir, consultar con otras personas que os acompañen en la consulta… en definitiva sabréis qué os voy a poner y cómo se quedará. Aquí tenéis que implicaros, la última decisión debería ser siempre vuestra, y asumirla, porque es vuestro cuerpo.

 

Pero sigue habiendo dudas, incluso con este sistema. Por mi parte, yo os aconsejaré siempre que, si dudáis entre dos volúmenes, cercanos, optéis por el mayor, pues al haber una etapa con el pecho inflamado, os acostumbrareis y podéis quedaros algo frustradas cuando baje la inflamación. Nunca os voy a proponer una variación muy grande de implantes, de hecho os recomendaré, tras evaluar vuestro pecho y tórax, qué tipo de implantes, anatómicos o redondos, muy proyectados o con poco perfil, tipo de base si anatómicos, etc, de forma que en realidad optaréis entre una o dos proyecciones, y un estrecho margen de anchura del implante, a fin de permitir que sea la anatomía la que mande (esto, sin más, es la garantía de que el implante será el que os corresponde) y que, dentro de los límites anatómicos, podáis escoger lo máximo posible para que así podamos cumplir vuestras expectativas. También os indicaré qué es lo mínimo que os tenéis que poner para que el resultado sea bonito y suficiente, ¡nunca nos vamos a quedar cortos, no os preocupéis! Y tampoco nos vamos a pasar, poniendo algo que os veáis desproporcionado ¡para eso os probáis! No estoy de acuerdo ni con un tipo de cirujano paternalista, que escogerá los implantes desde su punto de vista exclusivo para que la paciente no tenga problemas, ni con ser un cirujano dictatorial (que considere que es él quien decide qué se pone) ni muchísimo menos con el modelo contrario, el cirujano que pone lo que la paciente quiere (pruébate prótesis y me dices… ¿una copa D?, ¿3 tallas más?), no somos unos “inflaglobos”. El óptimo es el intermedio, que el cirujano mida y dé a la paciente un rango de implantes a escoger, de forma que los conocimientos del cirujano garanticen la armonía y adecuación del implante a la anatomía, y al mismo tiempo la paciente haya tenido la oportunidad de elegir e implicarse en el volumen y el resultado, logrando así el mejor que podríamos conseguir para su caso en particular.

En resumen, para conseguir que la cirugía de aumento mamario obtenga el resultado deseado tendrán que colaborar cirujano y paciente. La misión del cirujano es evaluar y medir, ofreciendo a la paciente un rango de implantes (lo normal es, para una medida de anchura de la prótesis, darle a escoger diferentes perfiles) y por supuesto realizar la técnica quirúrgica más adecuada (aquí la paciente no tiene nada que decir, es territorio exclusivo del cirujano la técnica a realizar). La misión de la paciente es expresar con claridad sus deseos e implicarse en la decisión respecto al volumen o proyección de la prótesis, una vez informada, ¡y educada! por el cirujano, pues habrá veces en que vuestras expectativas no sean nada realistas o que lo que nos pidáis sea un error, nosotros tendremos que indicaros lo que puede ser y lo que no, y vosotras hacernos caso. Recordad que lo que queremos es una paciente satisfecha, pero no por haceros caso es ético poneros un implante cuyas medidas os puedan dar problemas. ¿Qué ocurre entonces cuando nos pedís un aumento con implantes demasiado grandes? A eso me refiero con educaros, elegiréis dentro de las medidas de vuestro tórax , es vuestra anatomía la que pone las limitaciones, así que con la anchura o base que se os dé, podréis elegir la más proyectada de todas si queréis, pero nunca algo que se salga de las medidas. Si vuestro tórax y tejidos lo admiten, os pondremos el implante más grande que se os pueda poner, pero si lo que queréis es un implante cuyas dimensiones excedan las de vuestra base mamaria máxima o la capacidad de distensión de vuestra piel, tendréis que asumir los problemas que eso pueda conllevar (sinmastia, ripling, lesiones nerviosas, daño cutáneo irreversible, problemas al menor traumatismo, facilidad para desplazamientos y asimetrías, seromas, etc, etc..). Como cirujano pienso que todo no es lícito para conseguir una paciente, no sois ninguna mercancía, así que si no estoy de acuerdo con lo que me pedís pues o bien os va a quedar muy mal u os va a traer problemas, no seré yo quien os opere.

 

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.