Mis expertas pacientes y lectoras ya sabrán en qué consiste la deformidad de las mamas tuberosas tipo 2. Se trata del déficit en polos inferiores que se traduce en surcos muy altos con polo superior normal y areolas sin herniación aunque con diámetros a veces muy grandes y que se ve como si la areola estuviera muy baja y la base mamaria muy separada, dado que la cincha retráctil se limita al polo inferior. Es muy característica la corta distancia de areola al surco, con déficit titular.

Estos casos son indicación clara de implantes anatómicos de alta proyección, y con frecuencia de base oval o cortos, es decir, con una anchura superior a su altura, pero esto se decide en función de las medidas de la paciente, en concreto la ratio entre anchura torácica y altura areolar. Es clave esta medida, pues nos define si estamos ante un tórax corto (como el de la paciente que ilustra este caso), normal o largo. Y aquí son imprescindibles los implantes anatómicos también, que siempre son la mejor elección en tórax cortos o bien largos.

Este caso corresponde a un grado II no muy malformado, de forma que lo llamamos microsíndrome, pero ahí puede estar su riesgo, pues son de hecho unas mamas constreñidas que deben corregirse de forma diferente a una mama normal. Esa cincha debe liberarse y realizar una adecuada expansión glandular y descenso del surco submamario para lograr la corrección de la forma anómala.

La mejor técnica en casos como éste es, mediante un abordaje en surco submamario (no el inicial sino el correctamente planificado en función de las medidas del implante y la anatomía de la paciente), la disección en plano subglandular hasta por encima de la areola, y expansión de la misma mediante unos cortes transversales profundos o glandulotomías que además de liberar la retracción reparten el tejido también al polo inferior. A veces hay que expandir con algún corte adicional (profundo, no es una cicatriz externa) el tejido que reclutamos para alargar el polo inferior y así bajar el surco.

Esta paciente mostraba un típico (es de verdad muy habitual en estas pacientes) tórax corto, es decir, más ancho que largo, con base de implantación mamaria alta, por lo que se recurrió a implantes cortos con alta proyección o perfil. Las proyecciones altas en estos implantes anatómicos son de una inestimable ayuda en la tarea de expandir y remodelar la glándula constreñida. Este punto de la proyección, aunque recomendemos que sea alta, puede ajustarse según los deseos de la paciente en cuanto al volumen o forma que busque, de forma que ella también pueda opinar e implicarse en el resultado final.

A modo de información, en esta paciente usé implantes anatómicos cortos (la base tenía 11,5 cm de anchura para 10,5 cm de altura ), de proyección alta y un volumen de 325 cc ambos. Pero recuerdo a las interesadas , una vez más, que no debéis venir con una idea de centímetros cúbicos o volumen determinado, pues ya sabéis que es la proporción la que manda, y lo que para unas pacientes puede suponer un aumento grande, para otras un volumen similar puede quedar de lo más discreto. Tenemos que veros y mediros, recordadlo.

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