Me ha parecido necesario escribir este post porque cada día recibo más consultas a la web, al blog y a mi consulta por parte de chicos y chicas de 13, 14 años que desearían realizarse una cirugía plástica. Sí, ¡¡con 13 o 14 años!!. A mí también me sorprende muchísimo, consultas al respecto de una liposucción, una corrección de pezones invertidos, hipertrofia mamaria o incluso (sí, ya recibí varias) una abdominoplastia. Pero, si son aún casi unos niños… me parece casi una locura, que estén o estéis tan acomplejados hasta el punto de evitar toda vida social (y la consiguiente desazón y amargura para sus padres) y, más aún, que de verdad tengan o tengáis claro, a esa edad, la necesidad de esas cirugías.  Pues no, a esas edades no se pueden hacer estas intervenciones con un fin meramente estético, ni el cuerpo ha completado su desarrollo y sus cambios, ni, menos aún, se ha completado la maduración psicológica.

Al principio nos pareció algo controvertido pero ahora en verdad lo agradecemos (y supongo también los padres o tutores), en Andalucía, desde el año 2009, la Junta estableció una normativa para regular estas cirugías estéticas en menores de edad (Decreto 49/2009 del 3 de marzo), de forma que si un menor de 18 años solicita una cirugía es requisito un informe psicológico (para evaluar su grado de madurez así como la implicación psicológica objetiva de ese problema que consulta) y otro médico para dictaminar si ya se completó el desarrollo.

El informe psicológico nos ayuda a descartar la existencia en el paciente de un trastorno de imagen corporal y nos asegura de si presenta el nivel de madurez necesario para entender la información y afrontar la cirugía. Yo, como cirujana, siempre pensé que eran los padres (que son quienes mejor conocen a sus hijos, se supone) junto con el cirujano quienes debían decidir la conveniencia o no de operar. Pero, a la vista de las últimas consultas, veo que los padres suelen acudir agobiados por la presión o el profundo malestar de sus hijos a pesar de estar absolutamente en contra de operarlos, y constato también que, en muchísimos casos, el problema estético que tanto amarga a estos chicos es algo menor, no suelen ser para nada tremendas malformaciones que provoquen rechazo social o una gran fealdad o deformidad, no, son chicos con una nariz tal vez un poco ancha o con una pequeña giba, unas piernas un poquito más voluminosas de lo que quisieran, un pecho algo más pequeño o un poco diferente, pero distorsionada su percepción de tal modo que les dificulta hasta la vida social. Y al cirujano plástico, cuando les explicamos que son muy pequeños y que además no es para tanto y que su aspecto es de lo más normal, no nos hacen ni caso. Y es que, con mucha frecuencia, el problema está en la baja autoestima y la distorsión del esquema corporal tan típico en la adolescencia, y eso no lo resuelve la cirugía.

La tarea aquí, ya al margen del estudio psicológico, del cirujano plástico es valorar qué tanto de objetividad haya en la queja del adolescente, y a veces sí la hay. Hay patologías como algunas orejas prominentes o en soplillo, o las ginecomastias (desarrollo de glándula mamaria) en varones, o algunas rinomegalias, incluso importantes hiperfrofias mamarias (no hablo de copas C, que puede que hasta les encanten cuando sean mayores, sino de copas F) o notables asimetrías mamarias, casos todos en que es comprensible la no aceptación de la imagen y cómo, en verdad, una cirugía les va a ayudar, porque el problema es evidente y la solución bien clara. Eso sí, sólo tras estar seguros, con los estudios médico y psicológico referidos, que ya está completada la maduración física y psicológica, a fin de no afectar negativamente al desarrollo corporal y de constatar que el adolescente es capaz de entender y asumir la cirugía, sus resultados y sus posibles complicaciones.

Las cirugías que claramente no estarán nunca indicadas son:

 

Las hipo- o aplasias mamarias (por más que insistan, hasta los 18 años mínimo rotundamente no, y además para eso están los sujetadores de relleno mientras tanto), pues aunque tal vez el pecho ya no cambie tras 2-3 años de la primera regla, sí que puede cambiar el cuerpo y el porcentaje de grasa corporal y así también el pecho, además de que un implante puede causarles daños en la caja torácica, sin contar con que los implantes hay que cuidarlos y revisarlos, y en su momento cambiarlos, cosas todas para las que considero imprescindible la madurez psicológica.

-Por los mismos motivos, tampoco están indicadas las hipertrofias mamarias moderadas, pues aunque entendemos que una copa C o D en una menor puede acomplejarles, nada nos dice que en pocos años esas medidas las hagan felices. He dejado claro que una gran hipertrofia sí que nos la plantearemos.

Las liposucciones, pues, sobre todo en mujeres,  es fácil un aumento de peso entre los 15 y los 21 años, de forma que una liposucción antes, aparte de que si son muy jóvenes puede comprometer el desarrollo definitivo del área operada y dejar una anomalía irreversible en el contorno , si aumentan su peso después además no les habrá servido para nada. Cuando la consulta es para una liposucción lo indicado es, mientras se alcanza una edad en que el cuerpo esté más asentado y estabilizado (y también la mente, claro), cuidarse con una dieta adecuada y practicar ejercicio físico. Y me consta que muchos chicos, cuando se les dice esto, son de lo más reacio, se habían obsesionado con que sólo la cirugía les podría ayudar, que ni se creen ni aceptan que más bien es un trabajo suyo de cuidar su cuerpo y cambiar hábitos. Es tarea de los padres (yo lo veo así) enseñar a sus hijos unos buenos hábitos de alimentación, desde niños y no postponer el asunto a cuando éstos sean mayores. Y, si no se hace ejercicio en la adolescencia, con un cuerpo sano y sin obligaciones familiares ni laborales ¿cuándo entonces lo van a hacer?. Ejercicio de verdad, no tontear en el gimnasio, hablo de correr, hacer deportes colectivos, nadar… eso sí que os va a dar resultados, ya veréis, y dejaos de obsesionaros con una liposucción.

 

Las abdominoplastias… ¿estamos locos? ¿sabéis, las niñas que con 14 años me consultáis por este tema, qué es una abdominoplastia? Necesitamos un cuerpo estabilizado, sin cambios ponderales y, sobre todo, madurez pues se trata de una cirugía bien importante con sus potenciales complicaciones y un largo postoperatorio que además deja una no menos importante cicatriz, y esto sí es irreversible, que además, cuando en un futuro queráis quedar embarazadas, se va a malograr por completo. Una abdominoplastia en una menor no, en absoluto.

 

Los pezones invertidos, al respecto de los cuales me consultáis mucho, no los haremos en menores de edad, por varias razones, la primera es que vuestra mama aún puede cambiar, y la segunda es que es una cirugía irreversible, no hay vuelta atrás, si os hacéis corregir un pezón umbilicado se van a seccionar la mayoría de los conductos galactóforos y probablemente no podréis amamantar en un futuro, y eso yo no creo que lo tengáis tan claro a estas edades.

En cirugía estética facial, salvo malformaciones congénitas (estamos hablando ahora de pura estética, no cirugía reparadora) hay que esperar a que se complete el desarrollo del macizo facial, es decir, no antes de los 16-17 años. Y, aunque esté completado, no operaremos defectos o problemas pequeños, compatibles con la normalidad, (narices más o menos normales, con pequeños problemas o más bien disconformidad o desagrado por parte del paciente que consulta, en punta, giba, etc, pómulos, mentón…), sólo nos plantearemos defectos importantes que de forma objetiva impacten negativamente en la imagen del adolescente, en casos más leves se aconseja esperar a un poco más de madurez antes de afrontar estos cambios, pues no es ninguna tontería cambiar un rasgo facial.

 

Ahora dirigiéndome a los adolescentes, y sin entrar en psicologías baratas, pienso que deberíais analizar varios puntos:

  • la cirugía plástica no va a resolver vuestros problemas de autoestima ni hará que los demás os quieran;
  • la apariencia física no lo es todo en la vida y, aunque ayude, es más importante vuestra personalidad y crecer interiormente; recordad que si un conocido vuestro os juzga por vuestra apariencia física no es un buen amigo y deberíais alejarlo de vosotros;
  • y, por último, si tan claro tenéis la opción por la cirugía, no olvidéis que los resultados pueden no cumplir vuestras expectativas (debéis informaros muy muy bien de esto) y además puede haber complicaciones y no salir bien, por ello debéis dejaros aconsejar por vuestra familia y los profesionales a los que acudáis, hay que pensárselo todo muy bien.

Resumiendo, no es cuestión de poneros impedimentos para operaros, es que tenemos que estar seguros de si estáis realmente preparados para afrontar los cambios, de si estos cambios que pedís en verdad están justificados y os causaban tanta vergüenza que van a mejorar vuestra autoestima o si, por el contrario, no justifican vuestra no aceptación y la cirugía entonces no sólo no os solucionaría nada sino que pudiese hasta perjudicaros.  Una cirugía bien indicada, realizada en el momento adecuado, puede ayudaros muchísimo, pero recordad, sólo si está justificada y si tenéis el grado de madurez psicológica y desarrollo corporal necesarios.  No olvidéis que si os decimos que no os vamos a operar, al menos aún no, no se trata de un prejuicio, no queremos fastidiaros, sólo ayudaros.

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.