Este es un aspecto del que los pacientes no suelen ser muy conscientes y su consulta suele ser para solicitar un aumento de volumen, es especial si se juntan un labio superior en su dimensión vertical y una parte roja muy fina, o bien consultan para  corregir la arrugas verticales. Antes de decidir qué hacer es preciso valorar esos labios y sus proporciones con el resto de la cara.

Es verdad que a veces las desviaciones del canon pueden resultar muy interesantes y encantadoras, pero sólo algunas desviaciones. Por ejemplo, un labio superior desproporcionado en su longitud vertical (la parte cutánea, desde la base nasal al borde superior de la mucosa) con respecto al labio inferior, o con respecto a otras medidas faciales raramente resultará atractivo, siendo precisamente una de esas desviaciones de las proporciones ideales que más atractivo restan, y los pacientes no suelen saber en qué puede consistir esa forma del labio que no les gusta nada.

Así, el canon y el estudio (y el impagable aporte de artistas como Policleto, Leonardo, Miguel Ángel o Durero) de las proporciones nos indica que el rostro se divide en tres partes iguales desde la raíz del pelo hasta el mentón, siendo las partes triquion (raíz del pelo)-glabela (entre las cejas), glabela- base nasal y base nasal-mentón.

Dibujo extraído del libro Mode drawing, face & head, de Isao Yajima.

El labio superior tiene una altura 1/3 y el inferior 2/3 ( la altura del labio inferior va desde el borde de la mucosa hasta mentón). Si es la misma altura se verá muy largo el labio superior, y si la proporción es menor, por ejemplo 1/4, 3/4, como en anomalías faciales tipo clase III, con una mandíbula muy proyectada y maxilar retruído, veremos un labio superior casi hundido y un labio inferior larguísimo. Otra referencia más, comparar la distancia vertical desde la ceja hasta borde libre del párpado superior, respecto a la altura del labio superior; si el labio es igual o más corto que la otra distancia, resultará de lo más atractivo (veamos la boca de un niño).

En la imagen superior, evolución de las proporciones del rostro desde la infancia. Dibujo extraído del libro Mode drawing, face & head, de Isao Yajima.

El alargamiento del labio superior, junto a la pérdida  de volumen y proyección (por resorción ósea y grasa) y la retracción de la mucosa son efectos de la edad y el envejecimiento facial. El problema  es que cada vez nos encontramos más pacientes en la consulta que presentan un labio artificialmente alargado, debido al abuso de los materiales de relleno, tanto reabsorbibles como permanentes. Es muy habitual recurrir a fillers como el ácido hialurónico u otros para corregir las arrugas verticales. Pues bien, esto funciona muy bien si hay pocas arrugas y no son muy profundas, es decir, si no tenemos que infiltrar mucha cantidad. Si no es así, tal vez corrijamos muy bien estas arrugas o » código de barras» pero podemos dejar también la secuela de un labio alargado (y muchas veces ya de forma permanente) o abombado, sobreelevado en la zona donde había más arrugas. ¿Qué hacer en estos casos?

– En primer lugar, si una paciente tiene muchas arrugas verticales o son muy profundas, darle la opción de una dermoabrasión. Corrige muy bien las arrugas sin aumentar el volumen ni longitud labial, sus efectos son muy duraderos en el tiempo y podemos incluso lograr, merced a los procesos de retracción en dermis tras este procedimiento, que la piel se retraiga un poco, reduciendo las dimensiones del labio. La dermoabrasión es por tanto muy interesante también en pacientes que ya se infiltraron rellenos y tienen un alargamiento del labio, cuando desean corregirse nuevas arrugas verticales. En estas pacientes no deberíamos rellenar más si no queremos deformar más el labio.

– Si deseamos corregir la altura del labio. En estos casos no lo vamos a resolver aumentando la mucosa pues sólo lo alargaremos más, aunque sea ópticamente, además de que será muy difícil evertir el labio rojo rellenándolo tan sólo. Debemos plantear aquí un lip lift o acortamiento labial.

 El lip lift subnasal es una técnica que nos permite acortar la longitud vertical del labio superior y elevar o evertir el vermellón, tanto más cuanta más piel resecamos. Si deseamos potenciar el arco de Cupido, en el centro, habremos de retirar más piel en la zona central. La incisión se realiza justo en la base nasal, siguiendo el contorno de las alas nasales y la columela, de forma muy precisa para camuflar la cicatriz. Se diseca bajo la grasa subcutánea y por encima del músculo. Se reseca piel y tejido subcutáneo, habitualmente una tira de 2-3 mm, es decir, un 25% de la altura vertical del labio. La resección será más uniforme o más extensa en el centro según la forma que busquemos. Es importante no pasarnos en la resección, pues no hay vuelta atrás. Por último, con la idea de lograr un resultado aún mejor, podemos asociar microinjertos de grasa para aumentar el volumen del filtrum, del vermellón, camuflar los surcos nasogenianos, proyectar el labio, etc. Podemos hacer esta técnica como un procedimiento aislado o en el contexto de una cirugía facial más completa (lifting facial, blefaroplastia…).

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.