Es evidente que con los años cambia la forma de los glúteos, pero ¿cuál es el factor más importante? ¿la genética, el peso, la atrofia tisular, los niveles hormonales, los hábitos de vida? Todo influye, desde la raza al género, la actividad física, el tipo de trabajo y el sedentarismo, el sobrepeso y los cambios, y sí, también la atrofia de los tejidos que conlleva la edad. Hay muchos estudios para evaluar estos factores, pero está claro que los cambios son diferentes en hombres y mujeres, que la atrofia y pérdida de tono de los tejidos son definitivos para explicar la caída de los glúteos, y el notable papel del peso, sus cambios y su exceso, siendo este factor peso y el índice de masa corporal tan importante o más que la edad.

En mujeres, los glúteos experimentan el gran cambio en la pubertad, expandiéndose en todas las direcciones y redondeándose, sobre todo por el aumento del tejido graso en toda la región. En las décadas siguientes  será común que las caderas sigan ensanchándose por el acúmulo de grasa, así como en la parte inferolateral, haciendo que  empiece a caer en esta dirección, hacia abajo y los lados, conformando un pliegue subglúteo más largo (y es ésta una de las principales consultas entre mujeres, buscando una liposucción). En esta etapa es mucho más definitivo el peso que la propia edad. A partir de los 40 años empieza a acusarse el efecto de la pérdida de tonicidad y la atrofia tisular, también de la grasa, lo que, junto al factor peso hace que aumente la caída del surco subglúteo, si bien disminuye la tendencia a acumular en la parte inferolateral. En las mujeres es definitiva la distribución de la grasa (y aquí entra el factor genético), pues es la grasa la que da la forma al glúteo, junto a la anatomía de nuestra columna lumbar y nuestras caderas. La expansión del tejido graso es responsable del aumento de la proyección y curvatura de la nalga en la vista de perfil, y también de su caída y del cambio de los ángulos cuando la atrofia tisular hace que músculos, ligamentos y piel sujeten menos. Tras la menopausia la distribución centralizada de la grasa en cintura y abdomen hace que los glúteos se ensanchen en la vista dorsal pero que pierdan su curvatura alta y en cambio caigan y se redondeen en las partes más bajas.

En hombres el glúteo está definido sobre todo por el volumen del músculo gluteus maximus, teniendo poca grasa sobre este músculo. Esto da la característica forma masculina, cuadrada, con líneas más rectas en su contorno frente al redondeamiento ideal en mujeres. La edad en los hombres supone la debilidad y atrofia de los tejidos y una pérdida de tono muscular, con el consiguiente aplanamiento y pérdida de proyección, al par que un redondeamiento de la parte inferior del glúteo por la caída de los tejidos, comenzando a marcar el pliegue infraglúteo. Este aplanamiento es menos común en mujeres gracias a que la grasa disimula la reducción del músculo.

Tanto en hombres como mujeres, y superando las diferencias hormonales, influye negativamente el creciente sedentarismo, en tanto que no fomenta un gran tono en los músculos glúteos y sobre todo el hecho de estar años y años sentados tantas horas, pues la presión sobre la tuberosidad isquiática hace que la grasa se atrofie y así se aplanen más nuestras nalgas.

Caso 1: Caso tipo II, sin ptosis y pliegue corto.

Caso 2: Depósitos de grasa en caderas y pliegue aún corto con ptosis.

Caso 3: Ptosis y pliegue largo y profundo.

Caso 4: Pliegues y mala piel y depósitos de grasa infero laterales.

Caso 5: Pliegues muy profundos.

Caso 1: Moderada ptosis.

Caso 2: Poca ptosis pero pliegue largo y depósitos laterales.

Caso 3: Gran ptosis y falta de volumen.

El perfil ideal del glúteo es una especie de S alargada, con curvas amplias y ángulos abiertos. La proyección es responsabilidad del músculo glúteo mayor y del grado de lordosis lumbar. En la visión dorsal es imprescindible un pliegue infraglúteo corto y cierto grado de depresión junto al trocánter, de forma que no hay depósitos de grasa en esta parte inferolateral y en cambio dé la impresión de que el muslo se continúe la nalga,  más arriba. Un pliegue subglúteo profundo o caído, así como el aumento de la distancia vertical por la ptosis de los tejidos a la parte baja es lo que más impresión de edad da a un glúteo. La cirugía de rejuvenecimiento glúteo debe tratar todos estos problemas, y por ello variará según el caso a tratar. El objetivo es mejorar la proyección (aumentando su volumen con implantes y lipofilling, así como con liposucción alrededor para dar forma y crear curvas ), acortar el pliegue subglúteo, suavizar la curva lateral o marcar una depresión trocantérea  (ambas cosas con liposucción) y mejorar la calidad cutánea (con diferentes técnicas de lifting ).  

El tratamiento quirúrgico entonces en mujeres se centrará en el acortamiento del pliegue glúteo con lipoescultura a este nivel y en toda el área para remodelar tanto nalgas como la parte alta del muslo. Es imprescindible tratar siempre la parte alta del muslo para una buena definición. La liposucción será profunda en algunas áreas como trocánteres y regiones laterales, así como en glúteos hipertróficos, y forzosamente superficial y con cánulas muy finas en área subglútea y por encima del pliegue, asociando casi siempre lipofilling o injertos grasos para un mejor contorneado o soporte según la zona. Cuando busquemos proyección y no dispongamos  de suficiente tejido graso, habrá que recurrir a las prótesis. Así, en casos con mínima ptosis bastará con una liposucción, asociando lipofilling en casos más avanzados o con aplanamiento. Cuando la pérdida de tono sea tan importante que hay descenso del pliegue o incluso formación de varios pliegues en la parte baja, será necesario un lifting asociado a algún aumento, con grasa o con implantes. Hay que tener cuidado con la liposucción si hay importante atrofia.

En hombres, en casos con poca ptosis y leve aplanamiento funciona muy bien el lipofilling, que debe ser sólo en la parte alta, nunca en la parte media pues lo feminizaría. Si el aplanamiento es importante resulta imprescindibles los implantes y, en casos más avanzados con gran ptosis y pliegues, un lifting.

Ya  aparte de la cirugía, lo recomendable para evitar o retrasar la caída y aplanamiento de las nalgas es mantener el peso evitando excesos y oscilaciones, actividad física constante, ejercicios aeróbicos tipo carrera y fitness para fortalecer los músculos glúteos y el músculo glúteo es el responsable de mantenernos en bipedestación, así que hagámoslo trabajar. Tenedlo en cuenta, el peso importa casi tanto como la edad.

 

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