Esas preguntas y actitudes hacia nosotros que nos encontramos también cuando no estamos trabajando. Tal parece que hay como un “antes y un después” en la actitud de la gente cuando se enteran de a qué nos dedicamos.

Entiendo que la cirugía plástica es un tema que a muchos les resulta curioso, cuando no interesante o polémico o de actualidad o que sin más da motivo a más de una conversación. Pero una cosa es conversar o las típicas preguntas triviales, lógicas, y otra es que nos hagáis pasar consulta con preguntas personales en nuestro tiempo de ocio.

Me explico, parece inevitable para mucha gente resistirse a preguntarnos, cuando se enteran que somos cirujanos plásticos, cosas como qué pensamos que deberían hacerse, o si los vemos como para hacerse ya algo, o si pensamos que los neuromoduladores les iría bien, o cuánto les saldría una liposucción, o que les gustaría ponerse pecho pero se nota mucho, cuando no nuestra opinión de su postoperatorio por otros cirujanos. Una consulta, mientras nos tomamos unas cañas, como si no echáramos ya suficientes horas en la consulta, explicando una y otra vez lo mismo. A mí me supera esto, me mata el aburrimiento de tener que enfrentarme a esto cuando no estoy trabajando, porque una cosa es preguntarnos si alguna celebrity se ha operado y qué opino, o si es verdad que todas las adolescentes están obsesionadas con operarse o qué cirugías hacemos más o si las pacientes nos piden el culo de Kim Kardashian o qué tamaños de prótesis ponemos más, pongamos como ejemplos, preguntas triviales que no nos molesta contestar en absoluto, pero de ahí a preguntarnos por cosas personales que nos obliguen a hacer una valoración, dar una opinión, recomendar un tratamiento, explicar en qué consiste, pros y contraindicaciones, ¡hasta precios!, todo eso en una fiesta o en la barra de un bar, es demasiado, ¿no os parece? Es pasar consulta, para nosotros es hacernos trabajar.

Y resulta muy fastidioso, de verdad, a los cirujanos no nos gusta estar todo el día hablando de nuestro trabajo, al menos yo soy de las que no va de cirujana plástica por la vida, que una cosa es nuestra profesión y otra nuestra identidad. No salimos a la calle ni vamos a las fiestas a buscar pacientes. Necesitamos nuestro tiempo de ocio, y desconectar, de forma que nos fastidia tener que andar explicando cuándo poner neuromoduladores o rellenos, o en qué consiste una cirugía y aseguraros que sí que se queda bien… ¿Y qué hacemos en esas circunstancias? Pues depende, muchas veces yo digo que en la calle con mis amigos y conocidos sólo hago miradas subjetivas, y reservo la mirada objetiva, analítica, para la consulta. U os digo que estáis fenomenal y no necesitáis nada. O comento que sí que hay un momento en que hay que empezar a hacerse cosas pero que lo debéis tener muy claro antes y es entonces cuando debéis consultar. Si me preguntáis a propósito de cómo os ha ido con otro cirujano –plástico-(y eso también tiene tela, ¿si habéis ido a otro/a porque lo habéis preferido me lo tenéis que contar?) yo me limito a hablar fenomenal de mis compañeros y justificar o concordar con todo. Si me decís que os veis genial y que no os haríais nada pues estáis en contra pero que os gustaría saber qué pienso, yo, aunque a veces pueda pensar que os irían bien muchas cosas y que no estáis tan geniales, os digo que me encanta que la gente se acepte y se guste tal y como es y que nadie tiene ninguna obligación de operarse ni de pasar por nuestras manos y que sí, que están fantástico/as. E intento cambiar de tema cuanto antes o irme a otro lado, en cuanto os contesto muy por encima lo que me preguntáis. A riesgo de parecer antipática o que no me estoy tomando interés, pero es que no estoy pasando consulta y no quiero trabajar en mi tiempo libre.

Es una opinión extendida entre la mayoría de cuantos nos cruzamos que los plásticos hacemos un balance o análisis de cuanta gente nos encontramos, de forma que si estáis conversando con nosotros, automáticamente, como por defecto profesional, os hacemos un diagnóstico de posibles fallos y defectillos a tratar ¡NO! no es así en absoluto, no como pensáis. Tan sólo cuando algo nos llama mucho la atención, o de un modo algo inconsciente, pero no es nada elaborado, y desde luego que no nos apetece nada expresarlo. No queremos acomplejar a nadie diciéndoles que están para quirófano o que no lucen tan jóvenes como piensan, no pretendemos confirmar vuestros complejos si los tenéis, no nos estamos fijando en vuestra nariz o vuestras bolsas palpebrales, y si os las vemos no nos apetece hablar de ellas, no queremos convenceros para que os operéis y desde luego lo último que queremos es explicaros la cirugía.

No estamos en la consulta, donde los posibles pacientes vienen porque sí que desean que valoremos algo que no les gusta y tienen claro que quieren corregírselo, y es por eso que están ahí, y ése es el momento de hablar de las arrugas o de la nariz o de las bolsas, para eso habéis venido, no os vamos a crear ningún complejo pues sois vosotros los que habéis decidido que queréis tratároslo. Pero fuera de la consulta no, por favor, no penséis que no nos importa o que estemos deseando hablar de nuestro trabajo, al contrario, es algo que detestamos (cuando no estamos trabajando). Conversaciones o preguntas triviales por supuesto, pero consultas personales no, no nos gusta, es hacernos trabajar y ya trabajamos bastantes horas como para continuar en nuestro tiempo libre.

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.