Ni obsesión ni ignorancia. Es normal tener lunares, de hecho lo normal es tener de 10 a 45, con colores variables  desde el marrón claro hasta el negro, tamaños y formas diferentes (de uno a otro lunar), pero hay veces en que uno de estos lunares es muy diferente a los otros o surgen cambios, y es entonces cuando no debemos dudar en consultar. No todos los lunares que nos parecen raros o feos serán patológicos, pero es cierto que, cuando comienza a desarrollarse uno maligno (el temido melanoma), puede tener una evolución muy rápida y a veces fatal. Cuando comienza a desarrollarse un melanoma (o melanoma maligno, de hecho todos son malignos) es muy fácil controlarlo y curarlo por completo si está en sus estadios iniciales, pero si no es así y ha alcanzado cierta profundidad puede haber iniciado su diseminación por vasos linfáticos y el pronóstico varía. El tiempo es crucial, por lo que, ante la duda, consultad. ¿A quién? El especialista más indicado es el dermatólogo, aunque un cirujano plástico también pueda ayudaros.

El melanoma es el más maligno de los cánceres de piel (los otros son el carcinoma basocelular, que es el menos agresivo, y el carcinoma epidermoide). A veces surge a partir de un lunar, o Nevus (término científico para un lunar) previo, pero otras es de nueva aparición. Lo habitual es que aparezca en zonas de nuestro cuerpo expuestas al sol (espalda, piernas, brazos y cara) aunque puede aparecer en cualquier parte, incluso no expuestas  (planta del pie o de las manos, bajo las uñas de los pies) y hasta ocultas (es el melanoma oculto, que surge en el globo ocular, intestino, aparato genital femenino). El melanoma » visible» tiene más incidencia en personas de piel clara, mientras que el oculto es más frecuente entre individuos de piel oscura. Los primeros signos más habituales son los cambios sobre un nevus previo o el desarrollo de una lesión con pigmentación diferente o un crecimiento anómalo, distinto al de los otros nevus. Recordad, no siempre aparece sobre un nevus previo, puede surgir sobre piel sana sin otra lesión.

¿Cómo son los nevus normales?

Un nevus » normal» tiene el color uniforme, que puede variar desde el marrón claro hasta oscuro incluso negro, sus bordes están bien definidos y delimitados respecto a la piel circundante, su forma es redonda u oval, y el crecimiento es muy lento y sólo paralelo al de nuestro cuerpo si surge en la infancia. Hay que distinguir aquí los Nevus  Celulares, que son nevus absolutamente benignos, que crecen en superficie sin cambiar nunca su color, diámetro ni forma.

¿Qué signos tienen los nevus atípicos?

Estos son los signos que nos pueden avisar de la aparición  de un melanoma, resumidos con las conocidas siglas ABCDE:

Asimetría. Ojo a los nevus con formas irregulares. Podemos » dividir» el nevus en dos mitades, si éstas son diferentes en tamaño o forma es patológico.

Bordes irregulares. Borde irregular,  mal delimitado, sobre todo si hay muescas, hendiduras, festones… muy típicos del melanoma.

Cambios de color. Dos o más colores, sobre  todo negro y azul, aparición de colores diferentes o distribución irregular del color.

Diámetro. Es muy patológico el crecimiento en extensión del lunar, sobre todo si es a partir de un nevus previo cierto tamaño (más de  6 mm) Un nevus que crece.

Evolución. Objetivamos cambios en el tiempo, sea color, tamaño o forma, hay síntomas nuevos tipo picor o sangrado… el lunar está distinto….

Otros signos de alarma son: picor, sangrado, salida de pigmento desde el nevus a la piel normal, imagen de rebosamiento del contenido del nevus, costras o herida en el nevus que no cicatrizan… Pero no todos los melanomas muestran todos estos signos, algunos los tienen todos y otros apenas ¡uno o dos!

¿Qué causa un melanoma?

Como cualquier cáncer, éste se desarrolla cuando un conjunto de células comienza a crecer de forma descontrolada y atípica, invadiendo y modificando el tejido circundante. Esto se debe a un cambio en el ADN, o código genético, de estas células, que las hace diferentes y fuera de control. En el caso de los melanomas, el principal factor o agente cancerígeno es la radiación solar. Los rayos ultravioletas pueden causar cambios en el ADN de los melanocitos, que son las células cutáneas responsables de la producción de la melanina. Pero el sol no es el único agente, pues recordad que también puede desarrollarse un melanoma en zonas no expuestas al sol. Aquí hay también por tanto elementos de fallo del sistema inmunológico y factores genéticos. Y, como el único de estos agentes sobre el que podemos influir es la radiación ultravioleta, está claro que hay que evitar o reducir cuanto podamos la exposición solar, en especial si formamos parte de alguno de estos grupos de riesgo:

Factores de riesgo

  • Piel clara. Los individuos con fototipo bajo producen menos melanina y están menos protegidos de los rayos ultravioleta. Consejo para personas de piel muy clara: no intentéis ponernos morenos, difícilmente lo vais a conseguir y el precio puede ser muy alto, en foto envejecimiento con toda seguridad, y en riesgo de cáncer de piel con probabilidad.
  • Historia de quemaduras solares, muy típicas las quemaduras de segundo grado profundas…Y qué poca importancia les damos a esas quemaduras con enormes ampollas o flictenas en la playa, de niños… predisponen a un melanoma en la edad adulta (recordad que la espalda es una de las zonas más  frecuentes de incidencia de melanomas y la que más quemaduras solares sufre!)
  • Vivir en áreas geográficas cercanas al Ecuador o en zonas muy altas. En estas áreas los rayos ultravioleta inciden casi perpendicularmente (Ecuador) o con más intensidad (alturas).
  • Tener muchos lunares (más de 50) o presencia de lunares atípicos. Los lunares atípicos o Displásicos no son malignos, pero sí tienen más riesgo de cambiar y malignizar (sólo más riesgo, recordad, no son malignos y la mayoría nunca lo serán) pues en ellos los melanocitos son más activos y más proclives a las atipias y cambios neoclásicos. Los nevus Displásicos  son algo diferentes de los normales, a veces pican o son más oscuros… hay que vigilarlos siempre, por un especialista y, ante la duda o el primer signo que al especialista le haga sospechar, quitárselos.
  • Historia familiar de melanoma. El factor genético.
  • Individuos con daño o alteraciones en su Sistema Inmune. El sistema inmune es el que controla y frena la multiplicación celular, también la patológica, por ello cuando no funciona bien hay más riesgo de aparición de neoplasias o cánceres de piel. Este es el caso de infección por el VIH o, por ejemplo, en personas que ha recibido un trasplante de órganos y, por tanto, deben tomar medicación inmunosupresora.

Es sencillo, en primer lugar, si formamos parte de alguno de estos grupos de riesgo, hay que evitar cuanto de pueda la exposición solar, usando, siempre, fotoprotectores de índice elevado, todos los días, así como ropa que proteja de los rayos UV. Y en segundo lugar, si detectamos que tenemos algún lunar raro, diferente, o que ha cambiado recientemente, consultar cuanto antes. Si se trata de un melanoma es determinante el tiempo de evolución, y puede pasar de un cáncer fácil de controlar y curar a uno terrible, por lo que no debéis dudar en cuanto la visión de un nevus os preocupe: consultad cuanto antes.

La población con el fototipo bajo o de piel clara que se expone bajo el sol intenso durante muchas horas es más propensa a desarrollar melanomas. En Brasil, donde abunda la población de origen europeo y es habitual pasar muchas horas al sol, encontramos una tasa muy alta de melanomas.

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.