El ácido hialurónico es, para la mayoría de los cirujanos plásticos, el material de relleno sintético más seguro. Pues bien, desde que disponemos de una  sustancia llamada hialuronidasa, una enzima que degrada la molécula de este ácido, nuestra tranquilidad es aún mayor. Esta enzima consigue reabsorber el ácido hialurónico si se ha puesto en exceso o si produce algún problema inflamatorio, tipo edema persistente,  de forma inmediata, pues veremos su efecto en menos de 24 horas.

Es verdad que cualquier sustancia de relleno puede dar problemas, por eso tenemos claro que las más seguras son aquellas que se reabsorben, y en un plazo no muy prolongado. Todos conocemos los problemas de los biopolímeros (tipo silicona líquida), que tantas deformidades faciales han dejado y, sobre todo, tantas serias y a veces fatales complicaciones causan cuando se inyectan en grandes cantidades, en mamas, en glúteos… Además, ¡no es posible retirarlo! Pero también hay complicaciones con otros materiales, recordad el artecoll, el dermalive o el bioalcamid, todos ellos tuvieron en su momento sus preceptivas autorizaciones sanitarias y todos llegaron a nuestro país tras años de experiencia en otros países. Y todos nos dieron problemas, afortunadamente ahora sólo de tipo local y, a veces, resolubles por la posibilidad de ser retirados, algunos de ellos. Pero es que no queremos tener ningún tipo de problemas cuando  infiltramos estos materiales en vuestro cuerpo y más aún, en vuestras caras. Son horribles esas caras hinchadas, esos labios deformados, nadie quiere eso cuando viene a nuestra consulta, aunque es verdad que a veces hay que bregar un poco con algunos/as pacientes que quieren más de la cuenta, pero esa es otra cuestión. 

El material de relleno ideal es un material del que estemos seguros que no va a crear granulomas ni reacciones de cuerpo extraño, que no se desplace, que no cree cápsulas ni fibrosis en torno, que no provoque reacciones inflamatorias,  que se parezca lo máximo posible a los componentes de nuestra dermis a fin de que se integre de forma natural. Por eso nos quedamos con el ácido hialurónico. ¿Qué complicaciones puede darnos el ácido hialurónico? Realmente da muy muy pocas, pero se usa tanto que algunos casos siempre veremos:

Bote Haluronidasa

hipercorrección. Es lo más habitual, sobre todo en labios, pero también en las áreas perioculares, en un intento de crear volúmenes que tensen la piel. Es cierto que se reabsorbe en un año más o menos. Pero a veces se mantiene más tiempo, y no siempre hay paciencia.

asimetrías, y a veces no es cuestión de poner más, sino de retirar.

resultados artificiales (los hay, y más de la cuenta, no todo se consigue infiltrando más y más)

edema e inflamación persistente, más allá de las semanas iniciales. Hay casos en que el ácido no se reabsorbe por completo y lo que persiste mantiene un edema alrededor. Esto se ve con más frecuencia en el párpado, sobre todo cuando se usa para corrección de las ojeras. Ocurre cuando se infiltra , en el párpado inferior, en un plano demasiado superficial, por encima del músculo orbicular, causando un edema o inflamación, con una coloración violácea por la transparencia de las fibras, más oscuras, del músculo y sobre todo por el reflejo de la luz. Es  el efecto Tyndall. Este fenómeno se da más cuando se usan ácidos hialurónicos poco reticulados, así que cuidado, al tipo de ácido hialurónico y al plano de infiltración.

 

Antes recomendábamos paciencia, masajes, paciencia, o no nos atrevíamos a usarlo en áreas como las ojeras. Pero la hialuronidasa funciona, podemos con ella retocar un labio donde se ha infiltrado en exceso, o corregir asimetrías, y, sobre todo, podemos tratar el efecto Tyndall en los párpados inferiores, que los pacientes perciben como una especie de bolsa, sólo que violácea o azulada, y variable según el día en su volumen. Ya sabéis, no es una  bolsa grasa, ni retención de líquidos, no exceso de relleno, es edema, y, si no se resuelve espontáneamente en varias semanas (pues no es para nada raro que el edema y la inflamación duren muchísimo más en los párpados, tras rellenos, cirugías o lo que hagamos), hay que corregirlo. Con hialuronidasa.

 

La hialuronidasa se inyecta, en ínfimas cantidades, en la zona a tratar. Tranquilos, no duele nada, se usa la aguja mas fina de todas y no provoca dolor ni escozor, ni en el momento ni después. Los resultados son casi inmediatos. Algunas veces una sola inyección es suficiente, otras hay que repetir, una semana después.  Lo ideal es disgregar y reabsorber todo el acido presente y después, tras un tiempo prudencial, volver a infiltrarlo. La efectividad de la hialuronidasa depende, sobre todo, del tipo de ácido hialurónico usado, cuanto más reticulado más eficaz será. Por esto y porque por su reticulación mayor provoca menos efecto Tyndall, es el Restylane el que usamos para la corrección de la ojera (cuando usamos ácido hialurónico, pues yo prefiero los injertos de grasa autóloga). Utilizamos varias marcas, pues cada  marca tiene sus indicaciones, en función del área a tratar, a veces queremos hialurónicos más densos, otras uno menos reticulado, más blando y que se expanda más (por ejemplo, el Volbella, de Allergan, me parece perfecto para la corrección de los labios).

Si tenéis alguna duda respecto al resultado tras un relleno con ácido hialurónico y pensáis que tenéis alguno de estos problemas, consultad, pues las incidencias con este material sí que se resuelven.

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.