Las labioplastias o ninfoplastias son una cirugía de aparición reciente pero en creciente auge y demanda en nuestras consultas. Su objetivo es modificar la apariencia de los genitales externos, es decir, labios menores y mayores, y son solicitadas tanto por adolescentes como por mujeres de diferentes edades, 30, 40, 50, con diferentes problemas. Las adolescentes y mujeres jóvenes sólo suelen requerir la corrección de los labios menores, mientras que a otras edades los partos y los cambios hormonales suelen precisar que se asocie la cirugía en labios mayores, capuchón del clítoris, pared vaginal o suelo pélvico.


Ya anteriormente dediqué un post a este tema, pero hoy quisiera centrarme no en su indicación ni en las técnicas sino en qué es lo que desea exactamente una mujer cuando la solicita, pues revisando bibliografía y por lo que veo en nuestras reuniones científicas (muy interesante el Curso organizado por el Dr. Vila Rovira en la clínica Teknon, de Cirugía Estética Genital femenina y masculina) pareciera que hay diferentes puntos de vista respecto a qué sea lo normal y sobre todo a qué es lo más estético o armonioso o agradable, más allá de la resolución del problema funcional. No hay ninguna unanimidad en el aspecto estético, es más, tengo la sensación de que hombres y mujeres tenemos opiniones distintas, así también entre cirujanos y cirujanas. Por ello, a quien hay que pedir la opinión es a las mujeres, pues se trata de una parte de nuestra anatomía, y es a nosotras a quien nos tiene que gustar una cirugía que modifique una parte de nuestro cuerpo, ¿no os parece?

Entre las indicaciones de las labioplastias hay algunas que están bien claras, tales como la deformidad y elongación de los labios tras un parto complejo, la asimetría importante (aunque de hecho lo habitual es que sean asimétricos) o una longitud de éstos tal que cree molestias para vestir ropa ajustada o deportiva o en las relaciones sexuales. En estos casos se trata de labios mucho más largos de lo normal, y aunque el rango de normalidad sea bien amplio, entendemos que son demasiado alargados o hipertróficos si, de pie, superan a los labios mayores en más de 1 cm.

 

Pero no siempre nos conformamos con la “normalidad” , o tal vez lo que es normal para otros para nosotros no es así, o aunque lo sintamos normal nos desagrada, de tal forma que hay muchas mujeres que consultan porque no les gusta el aspecto de sus labios, mayores o menores o ambos, y les disgusta hasta el punto de crearles inseguridad y ansiedad ante los encuentros íntimos o rechazo hacia esta parte de su cuerpo.

Y la cirugía estética se ocupa de mejorar la normalidad, intentando acercarnos a patrones de belleza o armonía, a veces cambiantes según la época o cultura, pero son los que se instalan en nuestro cerebro y a ellos queremos acercarnos, para sentirnos atractivos y seguros de nuestro aspecto.  Ya he manifestado mi opinión repetidas veces respecto a ese ajuste a los patrones estéticos para sentirnos bellos o atractivos o seguros; está claro que la autoestima no debería ir por ahí, debemos querernos siempre independientemente de nuestro aspecto, y proyectar a los demás cuánto nos apreciamos, a nosotros y a los demás, pero como esto es más fácil decirlo que sentirlo, supongo que ahí está el papel de mi especialidad, que no es otro que ayudar a las personas (sanas psíquicamente ) a apreciar su físico, modificando esos rasgos que les desagradan y acomplejan, impidiendo sentirse felices con su cuerpo, y ajustarlos a algo más armónico o deseado por el paciente.

La cirugía reparadora es imprescindible, pues nos ayuda a recuperar la normalidad; la cirugía estética mejora la normalidad, por lo que su necesidad es psicológica, emocional, de ahí que sea imperativo pensarlo y hablarlo muy bien antes de dar un paso (la cirugía).

Tenemos pues, ante una paciente que solicite una labioplastia, unas indicaciones de cirugía reparadora bien claras, pero también hay muchas pacientes cuya necesidad es psicológica, precisan la cirugía porque el aspecto de sus labios, sea “ normal” o no, les impide hacer una vida normal, les inhibe, les acompleja, y realmente no es una cirugía tan complicada como para que sea una barbaridad no plantearla. Pero hay que plantearla bien, y las mujeres deben dar su opinión con claridad al cirujano. Y, como siempre, la tarea del cirujano será, en esta consulta para valorar la indicación de la cirugía, establecer si es razonable o no operar, interviniendo sólo cuando en verdad una modificación de los labios va a resolver los problemas que arguye la paciente, sean mecánicos, de hipersensibilidad, o estéticos, pero no debemos intervenir si la paciente tiene unos labios de longitud, coloración y en suma aspecto dentro de los cánones, es decir, sonrosados o sólo un poco oscuros los bordes, a la altura, por dentro o mínimamente superando los labios mayores, nunca en caso contrario pues estaríamos ante una visión deformada de la mujer hacia su anatomía y la cirugía no sólo no ayudará sino que le vamos a dejar una secuela física y tal vez psíquica.

Una vez decidida la conveniencia de operar, pasamos al segundo paso, ¿qué técnica usar? ¿cómo vamos a dejar los labios? Pues en estos momentos disponemos de varias técnicas, por las que optaremos en función de qué problema queramos resolver y qué aspecto queramos dejar. Y aquí hay que preguntar a las pacientes, pues recordad que el rango de normalidad es amplio.

Investigando este punto encuentro varias cosas:

  • La primera es la falta de unanimidad entre cirujanos respecto a cómo deberíamos dejarlos, ¿cortitos de apenas 1 cm de longitud, o casi inexistentes, o a la altura de los labios mayores…?
  • La segunda observación es si deseamos respetar el borde de los labios, irregular, más fino y algo más oscuro, buscando su aspecto natural, o si lo que queremos o quiere la paciente es retirar el borde.
  • Lo tercero pero seguro lo más importante es qué desea la paciente, pues si bien algunas muestran un problema claro de hipertrofia de los labios o gran asimetría, de forma que reduciéndolos hasta una altura que no supere los mayores las satisface del todo, otras en cambio (y suelen ser aquellas que tienen un aspecto casi normal y sin embargo les disgustan o les crea ansiedad mostrarlos ) parece que no quisieran vérselos para nada, dicen que tienen algo anormal y es difícil precisar cómo exactamente se los verían bien, si prefieren un tamaño mínimo que apenas tape la entrada vaginal, o algo más largo que simplemente no sobresalga, o quieren unos labios mayores gruesos y llenos que tapen todo, o el conflicto lo tienen con un clítoris que desean oculto o por el contrario visible?
  • Y, por último, ¿para quién se lo hacen, para gustarse a sí mismas y no sentirse inseguras o para gustar a los hombres?, pues pareciera que este tema nos preocupa más a las mujeres que a los hombres, es decir, los hombres suelen opinar y mostrar sus preferencias respecto al pecho, los glúteos, la depilación (la mayoría prefieren que la mujer se haga algún tipo de depilación bien cuidada de este área, y un porcentaje no tan alto, como un 15%, integral; por cierto que la depilación ha sido la principal responsable del aumento de la demanda de esta cirugía, mas dudo que volvamos atrás en esta moda), pero no suelen reparar tanto o hacer observaciones respecto a la forma de los genitales externos femeninos siempre que sean normales, sin nada que llame la atención, luego muchas veces nos encontramos en las consultas a mujeres, generalmente muy jóvenes, con mucha ansiedad o rechazo hacia la forma de sus labios que sin embargo son del todo normales, o con mínimas anomalías, que no justifican tal desagrado.

Es difícil, sí, decidir aquí. Aunque en otro post repasaré las diferentes técnicas quirúrgicas, hoy lo que busco es solicitar la opinión a las mujeres, tanto las que querrían operarse como las que no, para conocer (¡como cirujana estoy más que interesada! ) cuál sería el aspecto ideal de los genitales externos, y si consideran que ese paradigma estético es el mismo en adolescentes, jóvenes antes de los embarazos, o en la treintena, o pasados los 45-50 años… ¿buscamos siempre el mismo aspecto prepuberal o qué es lo estético aquí? Los cirujanos que realizamos estas intervenciones, básicamente cirujanos plásticos y ginecólogos, por supuesto tenemos unas ideas bastante claras de la estética y funcionalidad, pero como véis hay un margen de “normalidad” nada desdeñable, y aquí son las mujeres las que tienen que tomar la última decisión.

¿Os animáis a aportar vuestra opinión en los comentarios? Por supuesto, también me parecerán super interesantes las opiniones masculinas, de hecho nunca dejamos de tenerlas en cuenta…

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.