La forma anómala de estas mamas es debida a la presencia de un tejido fibroso en forma de anillo en la base mamaria localizado bajo la areola, que no permite el desarrollo completo de la mama durante la pubertad. Así, al tener una base en el tórax más estrecha, no crecen bien hacia abajo y hacia los lados. Las mamas se ven muy separadas, con un polo inferior muy corto ( es decir, con un surco submamario a muy poca distancia del pezón) y una forma tubular. Las areolas suelen ser mayor de lo normal y con frecuencia están dilatadas, por la herniación del tejido mamario. Es habitual que las mamas tengan un tamaño más pequeño y  la asimetría, además, suele estar presente en casi 2/3 de los casos.

 

Como he comentado, la mayoría de las pacientes sólo saben que tienen unas mamas muy raras, que les acomplejan tanto que a veces puede afectar su vida social y sexual. Es habitual que salgan muy aliviadas de la consulta cuando les comentamos que su caso no es nada raro, de hecho, ¡supone casi un 20-25% de los casos de aumento mamario! Hay varios grados, desde casos muy leves hasta casos de veras dramáticos.

La única solución es la quirúrgica. Y sí, la cirugía es más compleja que en un aumento  mamario simple aunque también mucho más agradecida, lo fundamental es hacer un buen diagnóstico, sobre todo en los casos leves, pues la técnica es diferente, no basta con poner un implante mamario. Por ello, es muy muy importante acudir a un cirujano plástico con experiencia sobrada en este tipo de patología, tened en cuenta que, si no se trata con la técnica adecuada, podemos incluso agravar el problema. Recordad, no es sólo un aumento mamario.

Ante una mama tuberosa debemos realizar una remodelación glandular completa, por ello hay que  corregir:

la anomalía de la base mamaria. Hay que dotar a la mama de una base de implantación normal, fragmentando y liberando la banda de constricción en el surco submamario y bajo la areola, pues sólo rompiendo esta brida será posible la distensión cutánea y el desarrolllo de la parte inferior de la mama. Es importantísimo asociar esto a la implantación de una prótesis mamaria de la anchura adecuada.

la constricción y deficiencia del polo inferior y los polos laterales. Es necesario hacer una redistribución del tejido mamario, que suele ser denso y localizado en los polos superiores y a veces herniado a través de la areola. Hay muchas técnicas descritas. Suelen revestir cierta complejidad en su realización, y son imprescindibles para modificar la forma de la mama, por ello es tan importante la experiencia del cirujano. Algunas técnicas consisten en realizar cortes radiales en el polo inferior para expandir, otras describen incisiones transversales en la cara posterior de la glándula, también para liberar cinchas y expandir,  y otras incluyen el trazado de colgajos para redistribuir el exceso de tejidos hacia áreas deficitarias.

la herniación de la areola o su excesivo tamaño. Es habitual que, incluso en casos leves, la areola tenga un diámetro mayor del habitual, desproporcionado al tamaño presente. Si el tamaño es muy grande o hay herniación, o protrusión, de las areolas es preciso realizar una reducción periareolar, a veces incluso una pequeña pexia, por esta vía. La cicatriz resultante sería entonces periareolar completa.

 

Sí, la técnica claramente es más compleja, y más larga. Si un aumento mamario normal supone una hora y media de cirugía, aproximadamente, estos casos pueden alcanzar las dos horas, dos horas y media. El postoperatorio en cuanto a dolor o necesidad de reposo es similar a cualquier aumento, pero sí que es más lento en cuanto al tiempo hasta ver el resultado definitivo. Hay más inflamación y edema postoperatorio, y los tejidos precisan más tiempo para distenderse y adaptarse, paciencia, aunque ya al día siguiente podréis ver cómo ha cambiado ya la forma de la mama.

Preguntas frecuentes

1.- Vía de abordaje

Dependerá del grado de malformación presente. En casos leves o moderados puede ser ideal la vía submamaria, siempre que no exista herniación de la areola ni ptosis, hay casos en que la areola, por el contrario, es de un tamaño muy pequeño y no es posible trabajar por esta vía.  En casos en que deseemos reducir el diámetro areolar o exista herniación, la vía periareolar es imperativa. Vuestro cirujano os explicará.

2.- Tipo de implante mamario

Las mamas tuberosas son una clara indicación de implantes anatómicos. No se corrigen bien con implantes redondos (cuando aún no habían aparecido en el mercado los implantes anatómicos obviamente usábamos los redondos, pero el uso de los anatómicos, cuando estuvieron disponibles, no ha hecho sino mejorar espectacularmente nuestros resultados). Pensemos en el tipo de malformación que queremos corregir: la banda de constricción ha impedido el desarrollo de los polos inferiores y laterales, por lo que la mama ha crecido hacia delante a expensas de los polos superiores y protruyendo la areola. Necesitamos un implante que recree y dé mayor relleno a los polos inferiores, los superiores ya están rellenos de más. Por otra parte, la prótesis debe tener cierta consistencia, estar dotada de un gel de alta cohesividad para colaborar en el cambio de forma y ayudar a distender esos tejidos tan tensos, sobre todo  en el área infraareolar y polos inferiores. ¡Estamos describiendo un implante anatómico! Y, de entre los tipos de implantes anatómicos, en concreto necesitaremos uno de altura media o baja, según la forma mamaria, de cierta anchura, y con proyección completa o elevada.

3.- ¿Es posible la lactancia una vez operada?

Depende de la técnica que se realice. Puede estar comprometida la lactancia si es preciso realizar alguna técnica como la de Puckett, que supone trazar un colgajo desde el polo superior, o hacer incisiones profundas en la cara posterior de la glándula, a nivel retroareolar. Quiero insistir aquí en que debe ser el cirujano, con experiencia en estas patologías, quien tome la decisión respecto a vía de abordaje, implante y técnica quirúrgica. Si, por intentar preservar la posibilidad de lactancia, (cosa que desde luego nunca está garantizada, aún sin operarse), el cirujano recurriera a una técnica » menos agresiva» e insuficiente que no consiga entonces corregir la deformidad, dudo que se lo agradezcáis, y además resolverlo va a ser aún más difícil. Dejad que el cirujano decida y que haga lo que tenga que hacer.

 

4.- Cada cirujano que consulto me da una opinión diferente

Pues es probable. Cada cirujano tiene su propia experiencia y maneja las técnicas que mejor le funcionan. Mi consejo es que no os operéis hasta que resolváis todas vuestras dudas, es lógico que pidáis varias opiniones, ¡el vuestro no es un caso sencillo! y aquí, como he comentado más arriba, es crucial el diagnóstico preciso de vuestra patología y que el cirujano plástico que os opere tenga experiencia en estos casos. No vale cualquier técnica.

5.- ¿El coste de esta cirugía es mayor que el de un aumento mamario normal?

Es posible, desde luego la cirugía es más larga, los costes de clínica y anestesia pueden entonces ser mayores. Es precisa una prótesis anatómica de un gel de alta cohesividad, cuyo coste es también superior. En cuanto al cirujano, os confesaré que, en mi caso y en el de muchos compañeros, somos tan conscientes de lo importante que es para vosotros operaros y del enorme complejo que esto os puede causar, que no incrementamos nuestras tarifas en esta patología, por más que nos ocupe mínimo una hora más. Y, por último, supongo que entenderéis por qué no queremos dar tarifas por teléfono ni correo electrónico, ¡no sabemos qué cirugía necesitáis! No es comprarse un sofá, es arreglar vuestro pecho. Cada paciente es diferente y necesita una cirugía distinta.

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.