El seroma es una complicación relativamente frecuente en las intervenciones de cirugía plástica, asociado especialmente a cirugías que conlleven importantes despegamientos como son las abdominoplastias, los liftings o las cirugías de reconstrucción mamaria.

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deformidad y adherencias cicatriciales tras un seroma

Un seroma es una acumulación anormal de fluídos serosos en una zona que tras una importante disección quedó un espacio grande sin cerrar. Aunque se suele resolver solo, en varias semanas, a veces, si es muy importante o persistente, puede crear complicaciones, siendo necesario un tratamiento rápido y mantenido.

Se llama seroma en alusión a que es como una masa o tumefacción causada por la acumulación de suero (aunque tenga más componentes además del suero) en un tejido u órgano. El suero es la parte fluída de la sangre tras quitar las células y otras sustancias como la fibrina, siendo un líquido acuoso y claro , aunque en el caso del seroma no siempre es tan claro pudiendo estar teñido de restos sanguíneos o ser amarillento.

¿Cómo se forma un seroma?

En las cirugías que comporten grandes disecciones se produce siempre un daño en los vasos sanguíneos y sobre todo vasos linfáticos, así como en todos los tejidos, de forma que tiene lugar un proceso inflamatorio con la consiguiente exudación no sólo de linfa a cargo de los linfáticos dañados sino también por el aumento de la concentración de inmunoglobulinas y leucocitos, que generan aún mayor exudado inflamatorio, y dado que los vasos y ganglios linfáticos están afectados (o interrumpidas sus conexiones) no consiguen absorber o drenar este líquido, que se acumula en la cavidad disecada. Esto se traduce clínicamente en hinchazón y dolor cerca de la cicatriz quirúrgica. Los seromas se suelen producir a partir del 7-10 º día postquirúrgico, y su tratamiento variará en función de sus dimensiones.

 ¿Qué síntomas da un seroma?

Normalmente es el cirujano quien lo identifica en las revisiones postoperatorias, pero a veces puede desarrollarse en el intervalo entre revisiones. Éstos son los síntomas:

  • hinchazón o abultamiento de la cicatriz
  • fluctuación cerca de la cicatriz
  • dolor
  • piel enrojecida y caliente
  • drenaje de un líquido blanco o amarillo claro

Los seromas no son colecciones purulentas. En principio no están ni son clínica de una infección (aunque si son muy grandes puede dar una ligera fiebre), pero si son grandes y persistentes a pesar del tratamiento podrían infectarse secundariamente. También se pueden complicar si por su volumen tensan mucho la piel, dañándola y causando necrosis cutáneas. Pueden causar dehiscencias de la herida y, si han persistido mucho tiempo o no se trataron, encapsularse formando una pseudobursa.

Los seromas pueden dejar como secuelas (si fue muy persistente o no se trató de forma efectiva) complicaciones en la cicatrización, en forma de cicatriz muy adherida y endurecida, la formación de una pseudobursa, o una infección que obligará a una cirugía para lavar y drenar, así como el oportuno tratamiento antibiótico.

Quiero insistir en que un seroma no es una infección, no es pus ese líquido claro que sale, y no es preciso administrar antibióticos. Sólo se prescribirán antibióticos si hubiera una infección secundaria, y la clínica sería muy diferente.

¿Cómo se trata un seroma?

Desde luego lo más importante es tomar medidas para prevenirlo, que son especialmente el uso de drenajes el tiempo necesario y los vendajes o prendas compresivas, así como un cierre de toda la zona disecada, también por dentro, para evitar dejar grandes espacios donde se pueda acumular el líquido.

Si los seromas son pequeños o moderados se reabsorben sin problemas, no hay que hacer nada. Pero cuando son grandes o dan clínica (dolor, compromiso cutáneo..) es imprescindible drenarlos, usualmente a través de la misma cicatriz, acto que deberá repetirse a veces durante varias semanas. Siempre son varias semanas, somos conscientes de que los pacientes se agotan o agobian, pero no se resuelven antes de este tiempo, aunque se drene o aspire del todo en la consulta, sigue acumulándose de nuevo, hasta que ceda la exudación inflamatoria y los linfáticos se vayan recuperando. El drenaje se hace mediante una pequeña incisión en la misma cicatriz, o aspirándolo con una jeringa, o dejando un nuevo drenaje en la cavidad. Sólo si no se consigue drenar bien y fácilmente se optará por la cirugía, a fin de lograr sacar el líquido tras una liberación de posibles adherencias.

Es imprescindible que el paciente colabore y acuda cuantas veces sea necesario a la consulta, así como llevar una prenda compresiva y minimizar la actividad física. Ayudan también los masajes de drenaje linfático a cargo de un fisioterapeuta. Y siempre mucha paciencia, recuerden que si se forma un seroma nada va a evitar que tarde varias semanas en resolverse.

¿En qué cirugías es más frecuente un seroma postquirúrgico?

En las que supongan importantes despegamientos o disecciones, como la abdominoplastia, los liftings faciales (cervicales con amplia disección) o corporales, reconstrucción mamaria y mastectomías... O como seroma tardío en los aumentos mamarios, causados por la interacción de la cobertura del implante con los tejidos (aunque la causa de estos seromas tardíos es multifactorial y ya hablaremos en otra ocasión de ellos). En el caso de las abdominoplastias y otras dermolipectomías, el riesgo aumenta si se asocian con liposucción, si bien esta asociación supone resultados mucho mejores y con menos dolor postoperatorio.

cicatriz seroma
cicatriz de cesárea adherida y típica deformidad tras un seroma

Es por esto que, en estas cirugías, siempre dejamos un drenaje aspirativo varios días, hasta que el aspirado diario sea menor de 40 cc duran 1-2 días, lo que puede suponer mantener los drenajes o redones de 5 a 7 días, a veces más. Asimismo, en la cirugía se hace un cierre progresivo de la cavidad para evitar dejar grandes espacios huecos. Y siempre se hace un vendaje compresivo o se prescribe el uso de una faja especial. Siempre que se puede se respetan los vasos linfáticos (asociar una liposucción evita tener que despegar tanto y nos permite dejar la capa de los linfáticos íntegra) y se hace la disección sólo imprescindible. Y se prescriben drenajes linfáticos para prevenir y acelerar la recuperación.

Por último, y sé que los seromas os agobian, preocupan y desesperan (también a los cirujanos nos desesperan) quiero insistir en que si tenéis este problema no os dediquéis a consultar por ahí, en este medio u oyendo opiniones lejanas, buscad a vuestros cirujanos y acudid a sus consultas cuantas veces os indiquen. Son problemas que sólo se pueden tratar viéndoos, de forma que las consultas en internet sólo lograrán que os agobiéis o alarméis más, o que toméis medidas a veces contraproducentes. Tenemos que veros para trataros. Y recordad, son muy pesados, tardan en resolverse, primero en terminar de acumularse y drenar, y después en la recuperación de los tejidos que siempre quedan más endurecidos, pero no se puede acelerar; es un proceso lento pero se resuelve.

Gracias por leerme.

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