¿Nos estamos pasando en la obsesión de no envejecer? ¿Deberíamos empezar a hacernos tratamientos antes de que aparezcan las señales del tiempo? Yo también lo veo exagerado, ni esperar a necesitar un lifting completo con peeling, dermoabrasión y rellenos (todo todo) ni adelantarnos a la aparición de futuras arrugas o líneas de expresión.

Me ha parecido interesante comentar este tema tras leer un post de la ASAPS (American Society for Aesthetic Plastic Surgery) donde reflejaba una encuesta entre los miembros de la American Society of Facial Plastic Surgery, y en la que reportaban (un 64% de los cirujanos encuestados) un incremento de las consultas solicitando tratamientos con neuromoduladores entre pacientes millennials (menores de 30 años). Es decir, parece que los tratamientos preventivos se hayan convertido en una nueva tendencia entre jóvenes (en esta encuesta parece que estos tratamientos con neuromoduladores se han incrementado casi un 40% en los últimos 5 años).

Los tratamientos con neuromoduladores y fillers o rellenos han aumentado considerablemente, igualmente en España, que os recuerdo ocupa el 5º lugar en el ranking mundial de los países con más intervenciones de cirugía estética. No disponemos de estas estadísticas en cuanto a la edad de los pacientes solicitando neuromoduladores, pero es también para nosotros una evidencia que cada vez tenemos más pacientes jóvenes que nos solicitan este tratamiento para corregir mínimas líneas de expresión, en prevención de que se marquen más e intentando retrasarlas.

¿Qué pasa con los jóvenes de este grupo de edad, estos millennials? Me encanta el término millennials, la generación del milenio, jóvenes nacidos entre 1981 y 1995, entre 20 y 35 años, que se hicieron adultos en plena prosperidad económica antes de la crisis, y que comparten ciertas características comunes en cuanto a gustos, tendencias de consumo, de ocio, vías de información –son una generación digital, y así del todo influenciados por internet y redes sociales, donde comparten y comentan cada paso de sus vidas-, exigencias, de personalización, de nuevos valores.. . Esta generación vive conectada, su imagen es más importante que nunca y la comparten en todo tipo de redes sociales, de modo que es lógico que intenten ofrecer la mejor imagen posible, y ahí no entran las arrugas ni las líneas de expresión. En realidad, también las cirugías faciales como las rinoplastias, mentoplastias , pexias de cejas, etc han subido considerablemente. Pero ¿no es muy pronto comenzar con las infiltraciones de neuromoduladores antes de los 30 años?

Todos hemos tenido pacientes jóvenes en nuestras consultas, requiriendo corregir mínimas líneas en el entrecejo o en la frente, o en los surcos nasogenianos. Y aunque habitualmente les comentamos que tienen un defecto mínimo, que en verdad no les marca nada de edad ni cansancio como ellos sí refieren, suelen insistir en que sí que se les nota y que además así evitan que se marque antes de tiempo . Supongo que tanta foto y tanto selfie tienen la culpa.

Bromas aparte, sigo pensando que los cirujanos debemos corregir defectos (mayores o menores) que precisen corrección, es decir, que tengan algo que corregir, no podemos tratar una arruga que ni vemos. Pienso que también los cirujanos y sobre todo las clínicas y especialmente franquicias que hacen una publicidad tan masiva tienen su parte de responsabilidad, pero entre las it girls y sus Instagram, los selfies repetidos (y todos iguales, casi con las mismas poses, ¿no aburren ya esas fotos poniendo caritas o muecas o morritos , o del outfit ante el espejo? Sí son todas iguales….), las webcams, los perfiles del Facebook, los tutoriales de YouTube, estamos conformando una generación auténticamente obsesionada con su imagen, pero por desgracia no tanto en una buena formación cultural o intelectual, cosas que también favorecen, muchísimo.

En cuanto a prevención, no encuentro ninguna mejor que tener buenos hábitos de actividad física , alimentación, control de hábitos tóxicos, y disfrutar de la juventud, toda vez que les ha tocado un momento tan complicado en cuanto a la vida laboral, tal vez puedan reorientarse hacia unos objetivos menos consumistas y acomodaticios que las generaciones anteriores. Y en cuanto a recurrir a los tratamientos estéticos preventivos, sólo cuando haya algo que se pueda corregir, o mejorar, ya llegará el momento de hacérselos más adelante, y serán igual de efectivos (claro, tampoco se trata de esperar a los 60 años, pues entonces el neuromodulador y el hialurónico ya sirven para muy poco).

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.