Liposucción de abdomen

Para dar forma a la zona abdominal

Casos reales de la liposucción de abdomen: compara el antes y después

Caso clínico de liposucción de abdomen.

¿Qué es la liposucción de abdomen?

La liposucción en abdomen es una de las técnicas más usuales en cirugía plástica, bien como técnica aislada o en el contexto de una liposucción más extensa en más áreas corporales, bien como técnica asociada (e imprescindible) a una abdominoplastia. En este apartado me referiré a la liposucción como única técnica en abdomen, es decir, sin asociar ningún tipo de dermolipectomía abdominal o abdominoplastia.

La liposucción se plantea como solución a los acúmulos grasos en abdomen, siempre que el exceso de grasa sea el único problema, es decir, no si hay debilidad de la pared muscular (diástasis de rectos, hernias umbilicales o epigástricas), y cuando tengamos una piel con buen tono, elástica, sin flaccidez. Esto no quiere decir que si los músculos son débiles o si hay flaccidez no se pueda hacer una liposucción en abdomen, sino que, en estos casos, los resultados serían insuficientes, pues en estos pacientes debería hacerse una abdominoplastia. Por ello, sólo se planteará una liposucción como técnica única si no hay exceso cutáneo o flaccidez importante y si los músculos abdominales no están muy debilitados.

Otro punto importante a valorar en consulta es si esa grasa en exceso es externa (externa a la pared muscular) o si es grasa visceral. La grasa visceral o intraabdominal es la grasa interna, dentro de la cavidad abdominal, que rodea las vísceras como el hígado y las asas intestinales. Es obvio que esta grasa no se puede aspirar con una cánula ni se va a abrir la cavidad abdominal para resecarla, de forma que esta grasa sólo se puede reducir en volumen perdiendo peso, no hay otro modo.

A los posibles pacientes (casi tantos hombres como mujeres son candidatos a liposucción abdominal) se les valora, en primer lugar, si tienen un peso normal, pues deseo recordarles que la liposucción no es una técnica que sirva para perder peso, sólo funciona para reducir excesos localizados de grasa. Así, descartaremos pacientes con sobrepeso pues no sería efectiva la intervención.

En segundo lugar se explorará el tono cutáneo o el grado de flaccidez o exceso cutáneo, para a continuación valorar el estado de la pared muscular. Si hay piel de mala calidad o importante exceso, es poco probable que esa piel se retraiga lo suficiente tras una lipoaspiración. Del mismo modo, ante diástasis muscular o simplemente músculos muy débiles el resultado de una simple lipoaspiración sería pobre, pues si bien podríamos conseguir aspirar bien esa grasa, incluso si tenemos buena piel, el abdomen no quedaría plano al no lograr esos músculos fajar bien el abdomen. Esta es la situación usual tras los embarazos como podemos ver (debilidad o diástasis muscular, flaccidez cutánea y exceso de grasa), por lo que no es muy frecuente indicar una lipoaspiración en pacientes multíparas.

Por último, la cirujana hará una estimación de si ese exceso de grasa es externo (y por tanto se puede aspirar) o si es visceral. Aunque siempre se tiene grasa en ambas localizaciones, se trata de determinar si la grasa que molesta al paciente es externa o interna. En los hombres es habitual acumular más grasa visceral (y ese exceso da el típico aspecto de “barriga cervecera”), protruyendo en la parte alta del abdomen, en cambio las mujeres acumulan menos visceral y más externa. Insisto, si el acúmulo corresponde en su mayoría a grasa visceral se descarta la liposucción y cualquier cirugía, pues sólo responderá a la pérdida de peso.

Es habitual realizar la liposucción en abdomen asociada a lipo del tronco, así en costados, crestas ilíacas, espalda, especialmente en pacientes con distribución troncular (predisposición al acúmulo de grasa en tronco y tórax, en vez de en miembros inferiores que es la más frecuente en mujeres). En pacientes con distribución de grasa en la mitad inferior del cuerpo, típica en mujeres, se suele asociar la lipo abdominal a la de crestas ilíacas, trocánteres o cartucheras, glúteos, muslos y rodillas.

Pero más de la mitad de las liposucciones en abdomen se hacen como técnica asociada a una abdominoplastia o una miniabdominoplastia, o a la revisión de cicatrices de cesárea o laparotomías.

Esto dependerá de la extensión de la zona a tratar, es decir, si es sólo la zona infraumbilical, o si es todo el abdomen, o asociamos flancos, espalda… El abdomen es un área muy sensibilizada, de forma que, a menos que se trate de zonas muy pequeñas, es poco confortable hacer esta liposucción sólo con anestesia local precisando bien una sedación intravenosa bien una anestesia epidural o general, especialmente si también se aspira en otras áreas.

El abdomen es un área exigente, debe hacerse con una técnica meticulosa, a base de cánulas finas, que siguen un trayecto sobre todo vertical y oblicuo, nunca transversal, y aspirando muy uniformemente los dos planos de grasa por encima y debajo de la fascia (siempre hablando de la grasa externa, no visceral), cualquier error por exceso o defecto puede dejar una irregularidad. Por otra parte, la poca capacidad intrínseca de la piel abdominal para retraerse nos obliga a trabajar mucho la cirugía. Es imprescindible el uso de una prenda de presoterapia o faja especial durante mínimo un mes, a veces casi dos.

Lo ideal cuando realicemos una liposucción en abdomen es tratarlo todo en conjunto, es decir, no limitarnos a zonas pequeñas (salvo si en verdad es así de localizado) y englobar toda la superficie del abdomen, incluyendo costados, región pubiana, crestas ilíacas, o también la espalda si hay exceso troncular. Las liposucciones “circulares” que engloban todo el tronco propician una mejor retracción cutánea y desde luego un mejor contorneado.

Gracias al novedoso sistema Body-Jet Lipo, liposucción asistida con agua a presión,  podemos separar mejor los tejidos y las células grasas, evitando dañar los vasos sanguíneos y linfáticos así como las estructuras nerviosas. Entre otras ventajas, la Water-Assisted Liposuction (WAL) utiliza el poder y la fuerza del agua como asistente en la cirugía, reduciendo al mínimo el daño a las células grasas y favoreciendo su posterior transferencia en un lipofilling o lipoestructura. Además, hace que el tiempo en quirófano se reduzca y favorece una recuperación más rápida y menos dolorosa de los pacientes.

Actualmente el sistema Body-Jet Lipo es único en Granada, un tratamiento exclusivo en mi clínica.

La cirugía siempre se realizará en medio hospitalario, aunque no suele ser precisa una estancia de más allá de unas horas en la sala de recuperación, por lo que el paciente puede volver a casa el mismo día de la intervención. Por supuesto dependerá de la extensión o áreas tratadas en la cirugía. Saldrá del quirófano con la faja puesta, pudiendo ducharse al día siguiente si lo desea.

No es preciso realizar reposo tras esta cirugía, tan sólo recomendamos un reposo relativo evitando esfuerzos durante unos pocos días. Podrá volver a su actividad laboral en menos de una semana, pudiendo conducir sin problema, aunque debería evitar deportes de impacto o aeróbicos 3-4 semanas. Actividades más suaves así como ejercicios de abdominales se permiten a la semana de la intervención.

Puede sentir dolor los primeros días pero se controla con analgesia suave. Son inevitables los hematomas, duran las primeras 2-3 semanas. Habrá inflamación el primer mes, así como grados variables de edema 2-3 meses. Nunca me cansaré de repetir que el abdomen, cualquier intervención abdominal, es muy lento, siempre serán necesarios varios meses (en plural…) hasta ver los resultados. Son de inestimable ayuda en la recuperación los drenajes linfáticos, junto al uso de la faja, apretada, mientras persista el edema.