Doctora, yo quiero una talla 95

¿Qué es exactamente una talla 95? ¿O una 95 llena? ¿Y cuando nos pedís una 100? ¿A qué os referís exactamente? Porque es lo que habitualmente nos pedís, la mayoría de las pacientes que buscáis un aumento mamario deseáis una talla 95, mientras que las que solicitáis una reducción mamaria soñáis con una 90.

Quienes seguís este blog seguro habréis leído el que creo que aún es mi post más visto (hay que ver…), aquél en el que explico cómo calcular la talla de sujetador. Pues sigue sin estar claro, a juzgar por los cientos de comentarios en que me dais vuestras medidas para que os calcule la talla, o por las pacientes que vienen a mi consulta y que a pesar de haber leído mi post y aún tras explicarles una vez más lo de las tallas todavía continúan diciéndome que muy bien, pero que ellas lo que quieren es una 95. Yo ya no sé cómo explicaros que el mayor o menor tamaño del pecho se corresponde con la copa (la A la más pequeña) y que lo de los números (80, 85, 95…) sólo refleja la anchura de vuestro tórax. Pero tranquilas, pues se calcula que cerca del 70% de las mujeres no conocen su talla exacta.

Así que traduciendo de vuestro lenguaje al del tallaje auténtico, os recuerdo que cuando queréis aumentar dos tallas no vais a pasar de la 85 a la 95, sino de la copa A a la C, de forma que si tenéis un tórax estrecho que posiblemente corresponda a una 80 u 85, nunca una cirugía va a posibilitar que paséis a una 95, sino que seguiréis con la talla 80, pero vuestra copa pasará de la A o B pequeña a una C o incluso D (de la 80). Pues aún explicándolo así hay pacientes que me dicen que para seguir con la misma talla para qué se van a operar (…………….). Paciencia.

Bien, ya hemos dejado clara (espero) la primera cuestión. Nos queda la segunda gran pregunta, y es a qué se refieren exactamente con la talla solicitada. Para facilitaros las cosas, suelo explicar que, como lo de las tallas y las copas se entiende al revés , o que se entiende como una 95 suele ser una copa C, y que cuando me pedís una 90 lo que tenéis en mente se corresponde a una copa B o una C pequeña. Más o menos. La pregunta por la talla 95 entonces se traduciría a la solicitud de una copa C ¿o es una copa D lo que queréis?

¿Qué es exactamente una copa C llena o una copa D? Porque para cada paciente, y para cada cirujano también, es una medida o volumen distinto. Y está claro que no es el mismo volumen una copa C en un tórax delgado (por ejemplo una 80) que en una talla 95. Y por si no hubiera ya suficiente confusión, además resulta que las marcas de lencería también tienen variaciones, de forma que en unas usamos la 90 y en otras la 95. Como para aclararnos. Es igual que las tallas de ropa, si hablamos de una talla 38 o 40 ¿estamos hablando de una paciente muy delgada , o de peso normal, o algo rellenita? ¿Es lo mismo si es una adolescente o una mujer adulta? ¿No influye la altura? Pues eso, lo de las tallas realmente nos dice poco, es tremendamente impreciso y relativo. Y si, además de todo esto, consideramos los cambios periódicos de nuestro cuerpo, vemos que al final todas las mujeres usamos sujetadores de varias tallas (según kilo arriba o abajo, según marca) lo mismo que ropa de varias tallas. Y dos mujeres bien distintas físicamente puede que usen la misma talla de ropa y de sujetador.

Lo que nos interesa a los cirujanos plásticos no es tanto calcularos vuestra talla exacta (que también, aunque sólo sea para asegurarnos de que os ponéis el sujetador adecuado en el postoperatorio) sino concretar bien lo que nos pedís las pacientes. Como yo soy de las que escuchan e intenta llegar a un consenso con vosotras entre lo que os mido y valoro que es lo que os corresponde por medidas y lo que vosotras me solicitáis, es imprescindible encontrar la forma de definir lo más exactamente posible esa talla que deseáis. Cirujano y paciente tienen que tener bien claro qué aumento exacto es el que desea la paciente, y lo digo así porque luego hay muchas sorpresas, pacientes que piden una 95 (una C, en fin) y después resulta que se ven muy raras casi con cualquier tamaño, y al revés, las que solicitan algo “discreto y natural” y todo les parece pequeño ¿Cómo hacer para alcanzar ese consenso?

Hay varias formas, y para ello es imprescindible exploraros detenidamente en la consulta. Ayuda por ejemplo que nos enseñéis fotos, pues aunque sea imposible calcular así un volumen, sí que nos da información de cuál es vuestra idea. Pero la planificación nunca se puede (¡nunca se debe!) hacer a ojo, de modo que recurrimos a un sistema mucho más preciso, con estos pasos:

1. El primer paso es mediros la anchura del tórax a nivel del surco submamario y a la altura de las areolas, anchura actual y óptima de vuestra mama, altura o implantación mamaria, proporción altura/anchura del tórax, grosor del tejido mamario, calidad y compliance de los tejidos….. Estas medidas nos van a definir las dimensiones de los implantes que os corresponden y nunca usaremos algo que se salga de vuestras medidas. A partir de esta medida, os daremos un rango de volúmenes, con pequeñas diferencias arriba y abajo en cuanto a anchura y proyección del implante. Y ahí debéis escoger vosotras, esa decisión es solo vuestra, así que debéis aseguraros que, de entre lo que os recomendamos por vuestras medidas y tejidos, optamos por lo que más se acerca a vuestro deseo de aumento (POST RECOMENDADO: «Aumento mamario: ¿cómo se planifica el volumen del implante?»)

1. El segundo paso es probaros ante un espejo y con un sujetador sin relleno, con y sin ropa. Yo uso unos probadores a modo de prótesis externas de diferentes volúmenes, diseñados específicamente para simular cómo os quedaría el pecho con una prótesis de ese volumen. Y como aún así me preguntáis a qué talla corresponde eso (y venga con las tallas…), la respuesta es: lo que os estáis viendo, es con ese volumen como se os va a quedar. Yo, por si acaso, os pruebo en dos ocasiones distintas antes de la cirugía, pues necesito que lo tengáis claro.

Veis entonces que no es la talla (la copa, ¿de acuerdo?) , es decir, que eso de una talla concreta no es nada preciso, pues ya veis que la percepción variará según la anchura del tórax, la cantidad de grasa corporal, la postura o hábito corporal, incluso hasta según la marca del sujetador. El que nos pidáis una talla u otra nos puede orientar, pero al ser tan impreciso (si ni siquiera vosotras sabéis muchas veces qué es lo que deseáis exactamente) tenemos que recurrir a una exploración sistemática y a simuladores y probadores para determinar lo más ajustadamente posible qué aumento deseáis y cuál se os va a hacer, si es posible el que pedís y si no lo fuera al menos que sepáis cuál es la limitación. Nunca es un capricho o el gusto personal del cirujano (en mi caso desde luego que no), pero tampoco será el vuestro si es un despropósito o un error (no que queráis eso, pues para gustos, colores, me refiero a que sea un implante cuyas medidas o volumen pueda causaros complicaciones, por ser muy pesado si tenéis tejidos muy débiles o laxos, o muy ancho si vuestro tórax es estrecho y pueda lesionar estructuras, o muy grande ante tejidos inelásticos y con riesgo de estriarse…). Es un consenso, y ambos nos tenemos que implicar.

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