Casos reales de blefaroplastia: compara el antes y después

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Lifting de cola de ceja y lipoestructura

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Blefaroplastia de párpados superiores

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Blefaroplastia asociada a lifting de cejas

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Blefaroplastia de párpados inferiores

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¿Qué es la blefaroplastia?

La blefaroplastia, tradicionalmente, es la cirugía que corrige el exceso de piel en el párpado superior y las bolsas grasas de los párpados inferiores. Esa sigue siendo la petición de nuestros pacientes, pero el cirujano plástico debe buscar algo más, el objetivo es rejuvenecer y si es posible embellecer, mejorando el estado previo de los párpados y región periorbitaria. Para ello hay que mirar más allá de los párpados, haciendo una valoración del conjunto facial, y asociar nuevas técnicas a las habituales que solo se centran en resecar la piel y grasa sobrantes.

En la primera consulta se realiza una evaluación de su visión y de su estado de salud general. Asimismo, también se analizan sus hábitos cotidianos (si utiliza gafas o lentillas, si es fumador, si consume algún tipo de medicación, posibles alergias, antecedentes de infecciones oculares o palpebrales tipo orzuelos, blefaritis, etc.), ya que son factores que influyen en dicho estudio. El cirujano también le facilitará unas pautas a seguir durante las semanas previas a la operación, en cuanto a alimentación y hábitos.

La cirugía se realiza solo con anestesia local o más sedación, en función de cada paciente. Una intervención de blefaroplastia suele durar aproximadamente una hora si son solo los párpados superiores o los inferiores, dos horas si tratamos los cuatro párpados.

Tal vez es en el párpado inferior donde más ha cambiado el concepto de la cirugía. El principal objetivo, desde luego, sigue siendo tratar las bolsas grasas herniadas que dan ese aspecto de cansancio y profundizan las ojeras (ya hablamos en otro post de las causas y tratamiento de las ojeras). Pero nos preocupan más cosas, en especial la posición del borde libre del párpado y el surco infraorbitario:

– el borde libre del párpado inferior idealmente debe quedar a 1 mm sobre el margen inferior del iris, en la mirada de frente. Es normal el descenso con los años, por el debilitamiento del músculo orbicular, llegando a quedar ya por debajo de la córnea, mostrando la esclera (la parte blanca). La vía clásica para la blefaroplastia, subciliar o al ras de las pestañas, puede dejar la secuela de un párpado más débil al tener que seccionar el músculo orbicular para llegar a las bolsas grasas. Es por esto que es más recomendable la vía trasconjuntival, ya que respeta el músculo. La vía subciliar o externa continúa siendo, sin embargo, el mejor abordaje si tenemos que hacer algún tipo de plastia en el orbicular o en el canto externo. Es clave explorar el canto externo, su posición y su grado de tensión o relajación. Por último, es muy importante tener en cuenta que la blefaroplastia no es una técnica para estirar el párpado inferior, y cuando se reseca piel es de forma muy conservadora, para evitar dejar un párpado retraído o redondeado. Ésta es la explicación de por qué se quedaban los ojos redondeados tras la blefaroplastia clásica, a veces de forma inmediata y la mayoría años después.

– el surco infraorbitario en una persona joven está alto y su contorno es suave, con un párpado inferior de poca altura. Con los años comienzan a herniarse las bolsas de grasa orbitarias y a descender la grasa de la mejilla, marcándose la ojera. Si en la blefaroplastia atendemos solo al exceso de bolsas grasas podemos dejar un párpado despejado, sí, pero hundido, tal vez no al principio, pero sí en pocos años, en función del estado de la región infraorbitaria. Hay que valorar la presencia de ojeras y un surco infraorbitario hundido, la altura o proyección del pómulo y el descenso de la grasa de la mejilla . No es recomendable resecar mucha grasa si buscamos un resultado a largo plazo ( y desde luego no es bonito que se vea el contorno del globo ocular), relacionando la cantidad de grasa a retirar con todas estas estructuras faciales y asociando si es preciso un lipofilling para corregir la depleción del surco.

En la práctica, para el párpado inferior, hacemos casi en la totalidad de los pacientes una blefaroplastia vía trasconjuntival, con resección conservadora de las bolsas grasas. Si hay excedente de piel asociamos una resección mínima justo bajo las pestañas, sin tocar nunca el músculo orbicular a fin de no debilitarlo. Si el párpado inferior está descendido o muy relajado se hace una cantopexia externa para tensar el orbicular. Y, por último, casi de rutina (salvo en pacientes jóvenes que no lo precisen aún) hacemos lipoestructura con injertos y microinjertos de grasa en ojera y surco infraorbitario, muchas veces también malar o pómulo, parte alta e interna de mejilla…en función del grado de depleción y la proyección del hueso malar.

No es complicar la cirugía, es considerar unos párpados en el conjunto facial, tratando todos los problemas del párpado pero también los de las estructuras de alrededor que influyen o determinan su aspecto. Está claro que hay muchos pacientes que solo necesitan una blefaroplastia sin más, sin cantopexias ni lipofilling ni plicaturas, pero es también evidente que el objetivo de la cirugía es conseguir el mejor resultado posible para cada paciente, es decir, un resultado natural y duradero, con un aspecto más joven y, si podemos, más bonito. Pues esto puede suponer dejar atrás algunos planteamientos clásicos, tal vez más simples pero no con mejores resultados a corto o largo plazo y asociar nuevas técnicas. Esto no tiene por qué traducirse en una cirugía compleja, ni desde luego artificial. ¿El objetivo? Conseguir unos párpados bonitos en una cara también más bonita, y, esa es la clave, donde no se note que ha habido cirugía.

El objetivo sigue siendo retirar el excedente de piel, consecuencia de la laxitud cutánea. Se suele asociar a la retirada del exceso de grasa en la bolsa interna y del músculo orbicular. Pero hacer esto sin más puede dejar un párpado esqueletizado, que no rejuvenece en absoluto. Hay que mirar más allá del párpado, debemos valorar la posición de las cejas, que con frecuencia están caídas dando la impresión de exceso de piel en el párpado. También hay que examinar la posición del borde libre del párpado descartando posibles ptosis, nada raras en pacientes de edad, asociando si se precisa una intervención en el músculo elevador del párpado para corregirla. Y, por último, es preciso valorar el estado de depleción o, al contrario, de plenitud o hinchazón del párpado. A veces tenemos un párpado muy cargado, edematizado por la retención de líquidos, o con mucha grasa en su parte externa en un ojo almendrado o con rasgo oriental, o bien con algún grado de exoftalmos, congénito o secundario (descartar aquí una oftalmopatía por hipertiroidismo). O bien lo que vemos es un párpado hundido, esqueletizado, que ha ido perdiendo grasa con los años.

No es entonces quitar piel y dejar estirado el párpado. A veces los pacientes opinan que estamos complicando la intervención y que ellos solo quieren eso. No es complicar, es individualizar y buscar el mejor resultando posible valorando todos los factores arriba señalados. Por ello, según el caso, será recomendable asociar un lifting de la cola de la ceja, o una plicatura del elevador, o una lipoestructura para rellenar un párpado o una órbita vacía, o tal vez una interconsulta con el internista o endocrino.

Y ya centrándonos solo en la blefaroplastia, es clave en el párpado superior planificar correctamente la cicatriz, en forma de S itálica, es decir, siguiendo el pliegue palpebral en la parte móvil y ascendiendo hacia la cola de la ceja en la parte externa, siguiendo alguna arruga de las patas de gallo para camuflarla. Una cicatriz rectilínea o poco curvada dejará un párpado más triste o no despejará bien el exceso lateral. No es recomendable resecar mucha grasa en la parte central o lateral, y tampoco cambiar rasgos previos como los ojos almendrados, con más grasa en estas zonas, si buscamos un resultado natural. Es más bonito un párpado con algo de grasa y contornos suaves que uno hundido.

no planificaremos igual en una mujer que en un hombre, pues en los hombres (que suelen tener las cejas rectas y no arqueadas, y por ello tienen el párpado superior menos despejado) resulta muy artificial un párpado con la parte móvil muy visible así como las cicatrices en la parte externa. Hay que valorar paciente a paciente.

BLEFAROPLASTIA INFERIOR

El día de la cirugía
La cirugía se realiza en hospital, habitualmente bajo anestesia local y sedación intravenosa, y solo en pacientes muy ansiosos se realiza con anestesia general. No precisa ingreso, sino unas cuantas horas en reanimación tras la cirugía.

En mi caso soy firme partidaria del abordaje transconjuntival, es decir, hacer la cirugía a través de una pequeña incisión en la cara profunda o conjuntival del párpado, que no necesita después puntos de sutura. A veces asocio una incisión subciliar, justo bajo las pestañas, que no se extiende más allá del párpado, y que realizo cuando quiero resecar una delgada franja de piel. Esta segunda incisión sí precisa puntos, que consisten en una sutura intradérmica, que recorre los bordes de la herida a modo de un hilván y que se retira muy fácilmente solo traccionando de ella. Nada de puntos anudados encima.

Se irá a casa con unos esparadrapos muy finos que mantendrá 3-4 días, con el único fin de controlar la inflamación y proteger, si fue preciso hacerla, la sutura bajo las pestañas.

En la reanimación le pondremos unas gasas y le aplicaremos hielo, unas horas. No tendrá los ojos tapados cuando le demos el alta. Podrá ver, aunque algo borroso, durante unos días, porque en la clínica le ponemos una pomada protectora y antibiótica, cuyo uso le prescribiremos por unos 7 días.

En casaCuando llegue a casa tan solo debe descansar, con la cabeza elevada para evitar que se inflamen mucho los párpados, y ponerse hielo desde el primer día todo el tiempo que pueda, ¡no hay mejor antiinflamatorio!

Le va a doler muy poco, pero aún así se le recomendarán analgésicos, por si acaso.

Los primeros 4-5 días
Debe hacer reposo relativo, evitando esfuerzos físicos o cualquier actividad que pueda subirle la tensión arterial, por el riesgo de sangrado. Podrá abrir los ojos y moverlos, en la medida que se lo permitan los esparadrapos. Es normal que tenga la sensación de que no puede cerrarlos con fuerza, pues el músculo orbicular tiene menos fuerza esos primeros días. Tranquilos, nunca va a tener tal tensión en las heridas como para no poder cerrar el ojo, solo lo cierra con menos fuerza, por lo que se le prescribe el uso de una pomada oftálmica (debe ponérsela dentro del ojo) para dormir, durante una semana.

Sea constante con el hielo, al menos los primeros días, y más adelante le irá muy bien aplicarlo por la mañana porque verá, y es lo normal al mantener la postura horizontal en la noche, que se levanta con los párpados muy hinchados, casi cerrados, y que mejora a lo largo del día. Le irá bien, al levantarse con los ojos hinchados y algo pegados, lavarlos con abundante suero fisiológico y después ponerse algo frío, compresas o hielo.

Le prescribiremos también un colirio antibiótico, del que debe ponerse, la primera semana, 2-3 gotas 3 veces al día. Es recomendable que se lave los ojos con suero fisiológico (lo mejor son las unidosis para párpados que venden en las farmacias), antes de ponerse el colirio o cada vez que se sienta los ojos resecos.

Tendrá sensación como de una conjuntivitis, que no es tal, al menos no es infecciosa, sino solo irritativa, debida a la cirugía en que tendrá un foco de luz potente, o se aplicará betadine… es normal que se irrite un poco la conjuntiva del ojo, incluso que se inflame, sobre todo los 2-3 primeros días. Hago aquí la puntualización de que la cirugía con la técnica trasconjuntival se realiza protegiendo la córnea con una lentilla opaca, de forma que no la lesionaremos (y tampoco verá nada mientras le operamos, por si les estaba dando grima eso de abordar por conjuntiva y no por fuera). El tratamiento es el colirio, la pomada nocturna y los lavados con suero. No solemos prescribir antibióticos.

El dolor es de leve a moderado, de hecho les indicamos que un dolor intenso es razón para consultarnos. Con un analgésico suave tendrá de sobra.

Tendrá morados, con toda seguridad, pues la fragilidad capilar en el párpado hace que sea imposible no hacer morados. Aunque el morado suele estar en piel, a veces es en la conjuntiva donde surge, que se manifiesta en un hematoma rojo en la esclera o parte blanca del ojo. El reposo y la aplicación de hielo son las medidas más eficaces, junto al uso de alguna crema con vitamina K, que es recomendable empezar a aplicarse incluso unos días antes de la intervención.

La segunda semana
Si tenía alguna sutura bajo las pestañas, ésta se le suele retirar a los 4-5 días, dejando ya el párpado sin ningún tipo de esparadrapo. Se puede poner algún corrector o maquillaje especial para camuflar los morados tras 5-6 días, lo que junto al uso de unas oportunas gafas de sol le permitirá hacer una vida casi normal.

Se recomienda una baja laboral de una semana, aunque si tiene un trabajo muy expuesto al público tal vez debiera tomarse más días si le incomodan los morados, pero recuerden que se permite la actividad física normal tras 7 días, siempre que no sea muy intensa. Para hacer deporte debería esperar a los 15 días, por prudencia.

El ojo lo tendrá claro y sin irritación casi a los 7 días, aunque las personas con ojos muy sensibles puede que tarden algo más, en cuyo caso sería recomendable continuar con el colirio y la pomada. Si ya se encuentra bien no hace falta que continúe el tratamiento más allá de la primera semana.

Es normal que en la segunda semana aún le queden algunos morados, eso es muy variable de unos pacientes a otros. A más edad, más fragilidad capilar y más hematomas. También es normal que los hombres hagan más morados por su tensión más alta. La solución: cremas con vitamina K y maquillaje.

Aún se levantará con los párpados hinchados, lo que junto a los morados puede hacer que aún no se vean mucho los resultados de la cirugía. Algunos pacientes tardan más que otros, algunos a la semana se van viendo muy bien, otros tardan cerca del mes. Hay que tener paciencia.

El aspecto definitivo
Yo les suelo hablar de un mes. Debe bajar la inflamación y los morados, y debe completarse la adaptación de la piel al nuevo contenido. Les recuerdo aquí que si se asoció en la cirugía una lipoestructura o injertos de grasa en surco infraorbitario y/o pómulos, estará más tiempo inflamada esta área, y probablemente con más morados, es bastante más lento aunque desde luego el resultado compensa al darle mayor naturalidad.

Insisto de nuevo en que en esta cirugía no se busca quitar todas las bolsas de grasa, dejando el párpado hundido. Se busca dejar un párpado con aspecto menos cansado y ¿por qué no? también más rejuvenecido, por lo que hay que evitar resecciones importantes de piel o de grasa, y tratar, asociando injertos de grasa, las ojeras, los surcos infraorbitarios hundidos y la depleción o pérdida de volumen en la parte interna de la mejilla, incluso del pómulo. Tal vez esté más tiempo inflamado, pero se va a quedar mucho mejor, valdrá la pena.

 

BLEFAROPLASTIA SUPERIOR

El día de la cirugía
La blefaroplastia superior, si aislada, se realiza habitualmente bajo anestesia local y sedación suave, aunque si es alguien con mucha ansiedad o bajo umbral al dolor podrá intervenir un anestesista que le sedará un poco más a fin de que no sienta ningún dolor.

La cirugía dura alrededor de una hora y podrá volver inmediatamente o tras una breve estancia en clínica de unas horas a su casa. Saldrá de quirófano con unos esparadrapos muy finos tipo Steritrip cubriendo las heridas, ya sabe que la cicatriz queda ubicada en el pliegue palpebral y se prolonga lateralmente aprovechando alguna arruguita de las patas de gallo, es decir, están muy bien camufladas y en poco tiempo apenas serán visibles. En la clínica le pondremos hielo y le taparemos el ojo con una gasa solo hasta que se vaya a casa, con la idea de disminuir la inflamación. No saldrá de quirófano con los ojos tapados, sólo con esparadrapos cubriendo la cicatriz. Podrá ver sin problemas, aunque tal vez sí vea algo borroso pues le solemos poner alguna pomada ocular para hidratar y proteger la córnea. No necesitará que nadie le ayude a andar ni a moverse pues no tendrá el ojo cerrado, por más que se le inflame.

La primera semana
Necesitará tener en casa suero fisiológico para lavado ocular (en farmacias venden unas monodosis muy cómodas, o puede cargar de algún suero con jeringa y aplicárselo con ella), también necesitará gasas y tal vez algún sobre de esos pequeños esparadrapos estériles (Steritrip, Leukostrip). Y no olvide buscarse unas buenas gafas de sol, oscuras y grandes, así podrá salir bien camuflado. Le prescribiremos un antibiótico, unos analgésicos, así como un colirio y una pomada oftálmica para aplicar por la noche, y sobre todo hielo, que debe aplicarse con constancia los primeros días pues no hay mejor antiinflamatorio. El colirio y la pomada son para evitar o tratar una normal conjuntivitis, irritativa, no infecciosa, por la exposición de la córnea a la luz de la lámpara del quirófano o simplemente al betadine. Lo repito, es normal que se sienta el ojo o la córnea algo irritado y seco, no es ninguna infección, y para ello debe ponerse el colirio durante el día y la pomada por la noche a fin de tener bien lubricada y protegida la córnea. Se puede lavar el ojo con el suero cuantas veces desee, le calmará la sensación de picor o sequedad.

Le recomendaremos también que duerma boca arriba y con la cabeza elevada con más almohadas, a fin de que se le inflame lo mínimo al dormir, aunque es habitual que los primeros días se levante con los párpados más hinchados y algo más cerrados y que a lo largo del día vaya bajando, se debe sin más a la posición horizontal. Por ello, al levantarse, lo mejor es lavarse el ojo con suero, que notará algo pegajoso o “legañoso” por el efecto de la sequedad y la pomada que se debió aplicar al acostarse, y enseguida ponerse las gotas del colirio y algo de hielo o compresas frías.

Le va a doler muy poco, de hecho es tan excepcional que tenga dolor que si esto ocurriera debería consultárnoslo (es decir, si siente mucho dolor que no se calma con el hielo y los analgésicos). Verá que no necesitará tomar analgésicos más allá de 3-4 días, a veces solo el primer día. Notará alguna molestia en la parte lateral de la órbita, pues suelo dar unos puntos que anclan el músculo orbicular en el reborde orbitario, en la cola de la ceja, a fin de fijar la cicatriz y que no descienda cuando hay que quitar mucha piel en esta parte lateral. Los primeros días sí es habitual que tenga la sensación de que no puede cerrar bien el ojo, o que lo haga con poca fuerza, es normal y se debe a que el músculo orbicular está algo débil y no cierra con mucha fuerza, pero cerrar sí cierra el ojo, así que tranquilos que en 2-3 días lo notará normal. Nunca vamos a hacer una excisión de piel o de músculo tan exagerada como para que no pueda cerrar y se le quede el ojo abierto, ya pueden ver cómo, en quirófano, planificamos cuánta piel se quita, con sus ojos cerrados y de forma que no haya ninguna tensión.

Tendrá morados, con toda seguridad, siendo normal desde que sean leves hasta intensos y que puedan bajar por el pómulo o hasta párpado inferior. A mayor edad del paciente es esperable una peor coagulación o mayor fragilidad capilar que haga que salgan más morados. Por supuesto se le pedirá en el preoperatorio un estudio de coagulación y se le indicará qué medicamentos debe suprimir antes de operarse (antiinflamatorios, aspirina, antiagregantes, y aún más anticoagulantes) y le recomendaremos el uso de alguna crema con vitamina K desde una semana antes de la cirugía y después. Los morados se mantendrán de una a dos semanas, en función de su grado. La crema con vitamina K es muy eficaz para prevenir y para que se resuelvan cuanto antes, junto con el hielo.

Le indicaremos que haga reposo en casa 2-3 días, aunque puede salir algo a la calle, pero intentando estar muy tranquilo, sin hacer ningún tipo de esfuerzo físico, sin estresarse para nada, incluso debería evitar cocinar o exponerse al calor, todo esto con el fin de evitar una subida de la tensión arterial y con ello un potencial sangrado.  Así que planifíquese estos primeros 2-3 días relajado, incluso puede tomar algún ansiolítico suave, reposando, poniéndose mucho hielo. Puede leer y ver televisión o trabajar con el ordenador sin problemas, pero no se alarme si ve un poco borroso por el efecto de esa irritación arriba comentada de la conjuntiva o por las pomadas. Si tiene que salir, lo mejor es procurarse esas gafas de sol oscuras y amplias, le disimularán perfectamente. No debe hacer nada de deporte esta primera semana, si no quiere exponerse a una hemorragia. Si su trabajo es de ordenador y teléfono puede retomarlo en 4-5 días, pero recuerde no hacer esfuerzos físicos. En cuanto a conducir, hágalo en el mismo plazo de tiempo solo si, claro está, ya no ve nada borroso.

Los esparadrapos y las suturas se retiran a los 4-5 días, como mucho a los 7 días. Sí, las cicatrices en los párpados evolucionan muy rápido y las heridas estarán perfectamente cerradas y cicatrizadas en pocos días. Le citaremos por ello en la consulta a los 4-5 días y casi seguro que le retiramos la sutura ese día. Los puntos consisten en una sutura continua, intradérmica, que se retira traccionando de un extremo. Le volveremos a poner algún esparadrapo muy fino en la parte lateral de la cicatriz, a llevar durante 3-4 días más.

Podrá dejar los colirios y la pomada oftálmica pasada una semana, debiendo usarlos más tiempo sólo si tiene los ojos muy sensibles o secos.

Primer mes
Es  normal que las primeras semanas aún se note el párpado móvil hinchado, debido al edema por retención del drenaje linfático, que se restaurará en estas semanas. Si le preocupa o quiere mejorarlo nada mejor que seguir durmiendo con la cabecera elevada y seguir poniéndose hielo o frío.

Los morados se irán entre los 10-14 días, pero podrá camuflárselos con maquillajes compactos especiales y unos correctores de color amarillo o verde (le recomendaremos cómo usar estos correctores) ya desde los primeros días (no en la cicatriz pero sí alrededor). La cicatriz se puede cubrir con corrector o con maquillaje (en mujeres, las sombras oscuras irán perfecto) pasados 7-10 días, sin problema.

Debe protegerse del sol el primer mes, pero nada más fácil en los párpados, usando los compactos con protección solar y sobre todo las gafas de sol. De hecho, no hay ningún problema si se quiere operar en verano, una fecha muy solicitada dado que le recomendaremos una baja de alrededor de una semana y es una zona muy visible.

Tras la revisión en consulta para retirar la sutura, le citaremos de nuevo pasadas 2-3 semanas. Tras una semana puede retomar su vida normal, podrá conducir y trabajar y retomar actividad física no muy intensa, debiendo esperar a los 15 días postoperatorio si su deporte es más intenso.

Recuerde que el párpado es el área de nuestro cuerpo que mejor cicatriza, de forma que en pocos meses casi ni se verá, aunque también es cierto que la evolución es distinta para la zona del párpado móvil y para su extensión en la parte lateral, en las patas de gallo. En esta porción lateral la piel es del todo distinta, mucho más gruesa que en el párpado propiamente dicho, con lo que es normal que esté roja e indurada más tiempo, como uno o dos meses, en algunas personas incluso algo más, pero tranquilos que al final siempre quedará muy bien.

No es raro que se sienta algún pequeño quistecito en la cicatriz, o que se intolere alguno de los pocos puntos profundos que se suturan en la parte bajo la ceja. Los quistecitos suelen desaparecer solos y se deben a que la piel es tan sumamente fina que al suturar se pueden arrastrar algunas células cutáneas y formar más tarde un pequeño quiste. En el caso de que no se resolviera solo, se lo quitaríamos en la consulta, casi siempre pinchándolo con una fina aguja, sin más.

El aspecto definitivo
Se encontrará entonces con un aspecto normal pasado el mes de la cirugía, solo un poco más si hizo muchos morados, aunque a las 2 semanas ya estará bastante bien. En las primeras semanas se verá, seguramente, el párpado móvil un poco edematizado, más redondeado, y la cicatriz lateral roja, pero no es muy llamativo y se lo podrá camuflar con los correctores. Dado que el objetivo de esta cirugía es resecar el exceso de piel en el párpado, usted no  sentirá que la forma de su ojo quede cambiada, pues, a menos que así lo hablemos en la consulta y entonces se planifique, no vamos a modificar ni la apertura palpebral ni su ángulo externo. Habrá ocasiones en que, sobre todo si asociamos una blefaroplastia inferior y si este párpado estuviera muy debilitado y laxo, combinaremos una cantopexia externa o fijación y/o elevación del canto externo o ángulo del ojo, de forma que entonces sí se verá distinta esta estructura.

Yo no soy partidaria de modificar mucho la forma del ojo, haciendo solo lo imprescindible, por ello no suelo asociar la excisión de la bolsa de grasa en la parte central del párpado (esa grasa es muy abundante en personas con ojos almendrados), pero sí trataremos la grasa de la parte interna, por varias razones: la primera por no cambiar la forma habitual del ojo, no le veo sentido, y la otra es que si queremos dejar un párpado más bonito y de aspecto más joven no podemos retirar mucha grasa, pues quedará vacío y como esqueletizado, así que seremos muy prudentes. A veces asociaremos a esta cirugía otras como la pexia o lifting de la cola de la ceja,o la lipoestructura o injertos de grasa si se ve muy vacía la órbita; incluso, si observamos que hay alguna ptosis palpebral o descenso del borde libre del párpado por debilidad del músculo elevador, nada raro en personas de edad, se puede asociar alguna técnica de plicatura o acortamiento del elevador.