Tal vez habréis oído hablar del peeling profundo con fenol, ese peeling que ofrecía un resultado espectacular pero que también podía tener importantes problemas, y sin embargo ningún otro tratamiento ni ningún otro peeling lograba tanto. En la actualidad se ha reformulado y, dado que su componente esencial es el aceite de crotón, hemos cambiado la denominación a peeling de Fenol-Crotón, o simplemente de aceite de crotón. Os aseguro que, bien aplicado, ningún otro tratamiento rejuvenece tanto.

Pero no es exactamente novedoso, en realidad se viene utilizando desde principios del siglo XX bajo fórmulas algo crípticas o secretas, pues quienes las poseían no deseaban compartir su secreto de la fórmula mágica que lograba rejuvenecer espectacularmente rostros castigados o envejecidos, con arrugas y manchas. Y es que estos peelings pueden, en una sola sesión, rejuvenecer una cara estropeada a 10, 15, incluso 20 años atrás, y de forma mantenida.

¿Pero qué pasaba con las fórmulas? ¿Por qué podía ser peligroso? Aunque tenemos datos de un dermatólogo que allá por los años 20 hacía maravillas con las estrellas del dorado Hollywood, no fue hasta décadas después que el Dr. Baker publicó una fórmula precisa del peeling de fenol (por entonces solo se hablaba del fenol). El problema era que ni siquiera publicado era preciso y no se detallaban bien las proporciones, además de establecer solo una concentración.

Y solo hace unos años el Dr. Hetter habló del papel primordial del ingrediente “secreto»: el aceite de crotón. Éste es el elemento que produce la exfoliación (eso es un peeling químico), mientras que el fenol es solo el vehículo.

Un peeling químico consiste en aplicar un ácido u otro elemento sobre la piel, en diferentes concentraciones, que va a producir una irritación y separación de capas de la piel, con más o menos profundidad. Hay varios agentes para peelings superficiales como el tan conocido ácido glicólico, otros para peelings medios (pero pueden ser desde superficial a casi profundo) como el ácido tricloroacético o TCA, y peelings profundos, el más profundo que hay, y por tanto el más efectivo, que es el de fenol-crotón o de aceite de crotón.

El peeling de aceite de crotón produce un auténtico rejuvenecimiento facial no quirúrgico, pues puede alcanzar hasta dermis media-profunda, removiendo así esas pieles con arrugas, dañadas por el sol o el tabaquismo, o con alteraciones pigmentarias. La piel, una vez curada o epitelizada, queda como nueva, mejor vascularizada y sin daños, propia de alguien 10 o 15 años más joven.

Y no solo eso, se ha demostrado que el aceite de crotón estimula los factores de regeneración dérmicos, con incremento en la formación de fibras de colágeno y elastina, de modo que no rejuvenece por lo que exfolia de forma pasiva sino también por los procesos que promueve en capas profundas de la dermis.

Las fórmulas ya no son un secreto alquímico, se nos suministran bien preparadas y con concentraciones variables para poder tratar diferentes áreas al grado de profundidad que necesitemos. Por supuesto (y por eso este peeling en manos bien formadas es seguro) hay que conocer el grosor de la piel según qué área facial queramos tratar. Así, podemos tratar desde región perioral, que tiene una piel muy gruesa; las mejillas, grosor intermedio y variable de unos pacientes a otros; hasta incluso los párpados, con una piel muy fina y que sin embargo responden espectacularmente al crotón a bajas concentraciones. En suma, podemos tratar toda la cara de forma segura y eficaz.

¿Cómo se realiza un peeling de aceite de crotón?

Es un peeling profundo, no es una intervención sencilla, dejémoslo claro. Puede resultar muy doloroso y por eso necesita anestesia y debe realizarse en quirófano. La anestesia suele ser local asociada a sedación, no suele precisar estancia hospitalaria pero a veces sí se recomendará, del mismo modo que hay pacientes que prefieren una anestesia general, aunque lo habitual sea la sedación.

Es una intervención entretenida y muy cuidadosa, debe monitorizarse el tiempo de actuación del fenol-crotón en cada área así como el nivel de profundidad alcanzado. Se suele tardar al menos una hora y media en hacer una cara completa, tras lo cual se aplica una máscara líquida que debe mantenerse sin tocar durante 48 horas, máximo 3 días.

Una vez retirada la máscara en consulta, la paciente debe hacerse unas curas sencillas en casa 2-3 veces al día hasta la total epitelización, que suele tardar de 7 a 9 días. Tras la epitelización quedará una piel rojiza y sensible que debe cuidarse con cremas hidrantantes específicas y una rigurosa protección solar.

La primera semana no es sencilla, los pacientes deben permanecer en casa aplicándose las cremas cicatrizantes indicadas y no tienen un aspecto muy visible… y la segunda semana pueden continuar con las curas, pero ya estará casi todo epitelizado. Los pacientes están “visibles” a los 10 – 15 días y tendrán la piel roja durante 2-3 meses (se puede cubrir con maquillaje). ¿Los efectos? Durarán años y años.

El efecto de rejuvenecimiento se va viendo e incrementando hasta los 3 meses, fecha a partir de la cual consideramos finalizado el tratamiento, con unos resultados que se mantendrá durante años.

Hay que organizarse bien, no es el típico peeling de pelarse un poquito y unos días de cara irritada, pero todo esto se os explica bien en la consulta, con imágenes de las distintas fases del postoperatorio. Pero es que no hay resultados (no en cirugía plástica) sin postoperatorio, las intervenciones sencillitas con postoperatorios muy livianos solo dan resultados cortos o ligeros.

No hay ningún peeling ni técnica de rejuvenecimiento que consiga lo que un buen peeling de aceite de crotón.

Imágenes cedidas por el Dr. Ángel Ruiz Norro
Imágenes cedidas por el Dr. Ángel Ruiz Norro

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