Vuelta al cole, a encontrarse con los compañeros de clase y, en muchos casos, a enfrentarse con los complejos típicos de la adolescencia. Cada día recibo más consultas de chicos y chicas de 13, 14 y 15 años que desean realizarse una cirugía para acabar con los complejos que les provocan las burlas de sus compañeros.

En los medios cada vez se recogen más noticias sobre dramáticos casos de acoso en niños y adolescentes que a veces terminan con el intento o incluso el suicidio. Acoso, burlas y humillaciones que merman la autoestima y capacidad de relacionarse de estos chicos, en unos tiempos en que cada vez exponemos más nuestra imagen en redes sociales, además de la escuela o instituto. Cada día más padres acuden a mi consulta para solicitar una cirugía que pueda ayudar o prevenir que su hijo no sufra tanto. Está claro que la cirugía plástica puede ser de mucha ayuda en algunos casos y resolver la causa del conflicto.

Dibujo de Ana Miralles
Dibujo de Ana Miralles

 

Según la Asociación Americana de Cirugía Plástica y Estética (ASAPS), la cirugía en menores ha aumentado casi un 30% los últimos 10 años, correspondiendo en la actualidad a un 1% del total de las cirugías. Está demostrado que ciertas cirugías a edad temprana tienen un efecto de mejora de la autoconfianza del niño, pero esto es muy controvertido, ya que la decisión de una cirugía estética debe ser siempre muy meditada y sopesada, y más aún en niños y adolescentes. Nunca debe ser una moda ni una sugerencia de los padres, en mi opinión es el niño quien debe pedir esta cirugía.

¿QUÉ CIRUGÍAS SE SUELEN RECOMENDAR EN ESTOS CASOS?

Sin duda, las más frecuentes son:

Otoplastias

Suelen ser los casos más claros porque las orejas despegadas en los niños se ven aún más deformadas y grandes, pues la desproporción entre la cabeza y el resto del cuerpo es mayor. Hay un consenso entre los cirujanos plásticos para recomendar esta cirugía en edades muy tempranas, en torno a los 5-6 años, antes de la escolarización. A esta edad el cartílago está bien desarrollado, de modo que la cirugía no alterará el ulterior desarrollo de la oreja. Por otro lado, se trata de una cirugía de poca complejidad y excelentes resultados, por lo que el balance riesgo-beneficio es claro: si el niño tiene las orejas muy despegadas y está de verdad acomplejado (el niño, no los padres) es preferible operar sin dudarlo e impedir que el niño sufra por las burlas de los otros niños.

Rinoplastias

En este caso debemos esperar un poco más, pues la nariz no termina de desarrollarse hasta los 15-16 años. Sólo debería plantearse en menores en casos de rinomegalias o narices muy desviadas o deformadas, en los que se trata de cirugía reparadora. En cambio, si es una corrección puramente estética, será más razonable esperar a que el adolescente madure un poco más.

Ginecomastias y Gigantomastias

La ginecomastia es el aumento benigno del tejido glandular mamario en hombres, mientras que la gigantomastia o hipertrofia mamaria es el crecimiento desmesurado del pecho en mujeres. Algunos adolescentes se enfrentan a este problema durante la pubertad, aislándose del grupo de amigos y cambiando sus hábitos sociales, pues no pueden vestir la ropa que les gusta, hacer deporte, ir a la playa o ir a bailar. Cuando se evalúa el crecimiento y se constata que es un problema que se mantendrá, la solución es sólo quirúrgica y no debería posponerse dado el enorme impacto psicosocial que supone para estos adolescentes.

También es frecuente que los adolescentes soliciten procedimientos estéticos simples, como tratamiento del acné o depilación láser. En cualquier caso, nunca debe hacerse sin un motivo bien fundado. No son edades para una cirugía por frivolidad o por moda, es normal que se sientan inseguros con su aspecto y muchas veces el supuesto defecto no lo justifica. Y la decisión debe ser tomada entre los padres (que son los que realmente conocen al chico/a) y el cirujano.

Como conclusión: sí, la cirugía plástica puede ser de inestimable ayuda para evitar o parar situaciones de bullying en niños y adolescentes, cuando la causa sea un rasgo físico anómalo, como unas orejas en soplillo o una nariz desproporcionada, pero nunca debe decidirse de forma caprichosa, por moda o en casos poco justificados. Y, por supuesto la cirugía, cambiar la apariencia, no debería ser el camino para combatir el bullying, sino más bien cambiar nuestros patrones de comportamiento y educación al respecto de la imagen física y el respeto a los otros. Los cirujanos plásticos ayudamos, y mucho, pero hay que atajar las causas.

 

DRA. MARITINA MARTINEZ LARA
Médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora

www.doctoramartinezlara.com