¿Es la cirugía plástica una solución al bullying?

Vuelta al cole, a encontrarse con los compañeros de clase y, en muchos casos, a enfrentarse con los complejos típicos de la adolescencia. Cada día recibo más consultas de chicos y chicas de 13, 14 y 15 años que desean realizarse una cirugía para acabar con los complejos que les provocan las burlas de sus compañeros.Read more


5 mitos sobre la Cirugía Plástica

Muchos mitos y falsas creencias rodean este –aparentemente tan glamuroso- mundo de la Cirugía Plástica. Como médico de esta especialidad, me gustaría desmontarlos.Read more


Cuándo deberías preocuparte por un lunar

No todos los lunares que parezcan raros son patológicos, de hecho, es normal tener de 10 a 45 lunares de colores, tamaños y formas distintas. Pero sí es cierto que cuando aparece un lunar (o nevus) muy diferente a los otros, es conveniente consultar a un especialista (vuestro dermatólogo sería el más indicado, pero un cirujano plástico también os puede ayudar).Read more


¿Sabes cómo el tabaco envejece tu piel?

Crédito imagen: Pexels
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¿Te has preguntado alguna vez por qué los cirujanos plásticos también os recomendamos no fumar? ¿Es solo por salud? No, no es solo por salud: el tabaco envejece y el daño es proporcional al número de cigarrillos que se fumen a diario.

No voy a hablar de los daños en pulmones o en el sistema cardiovascular, hoy como cirujano plástico me centraré en cómo envejece el hábito de fumar.

¿De verdad existe la cara de fumador? ¿Se nota cuando una persona fuma sin olerla ni preguntarle? Pues sí, lo siento, se nota cuando alguien es fumador porque la piel tiene mala coloración, más grisácea, está más seca y presentan más arrugas, de aparición más precoz.

¿Cómo hace esto el tabaco en la piel? Veamos:

La nicotina es el principal agente tóxico y es precisamente la causante de la adicción. La nicotina aumenta los niveles de vasopresina, que tiene acción vasoconstrictora, y esta vasoconstricción determina que los vasos sanguíneos transporten menos oxígeno. Pensemos que fumar 10 minutos puede (por la vasoconstricción) reducir el oxígeno en los tejidos casi por una hora, luego, fumando un paquete diario estaremos hipóxicos casi las 24 horas. A esta hipoxia (menos oxígeno tisular en los tejidos y en la piel) debida a la vasoconstricción por la nicotina, encima se le añade el papel del monóxido de carbono (CO) que se produce al fumar, que se une a la hemoglobina (proteína que en los glóbulos rojos trasporta el oxígeno) y desplaza al oxígeno formando carboxihemoglobina, lo que reduce aún más el aporte de oxígeno a los tejidos. Pero aún hay más agentes nocivos a este bonito plantel, como el benzopireno, un hidrocarburo liberado en la combustión del tabaco.

Y no es sólo esto, por desgracia tenemos más efectos nocivos que añadir: el tabaco reduce los niveles de vitamina A, el retinol, una vitamina decisiva para la formación y mantenimiento de las células epiteliales, para el crecimiento óseo y la protección y regulación de la piel y las mucosas. El precursor de la vitamina A es el betacaroteno, de propiedades antioxidantes bien conocidas por todos, que actúa ayudando a eliminar los radicales libres y así previniendo el envejecimiento celular. Pues el tabaco reduce los niveles de esta sustancia, incidiendo entonces en la cantidad y calidad de las fibras de colágeno y elastina, con la consiguiente atrofia dérmica, reducción del número de fibroblastos y acortamiento de los capilares. Esta situación es la llamada elastosis del fumador, algo diferente a la elastosis solar o la senil.

¿Qué es la elastosis? Se conoce como elastosis a la disminución de resistencia y elasticidad cutánea por el daño en el tejido conectivo. En la piel se traduce en esa apariencia correosa con arrugas muy profundas, que también se ve en personas muy expuestas al sol o la intemperie. He comentado que la elastosis del fumador es diferente de la solar o la senil, la diferencia estriba en que el sol o la edad inciden primero en las capas más superficiales, epidermis y dermis superficial, mientras que el tabaco afecta primero a niveles más profundos, dermis media o reticular. Esto se debe a que los radicales libres que llegan a la piel con los capilares alteran las fibras elásticas y de colágeno, lo que, junto al déficit de oxígeno, al aumento de la agregación plaquetaria y los niveles reducidos de vitamina A y estrógenos, va a repercutir en que la piel perderá firmeza y elasticidad, descolgándose y formándose arrugas.

Otro efecto dañino más: el tabaco induce la hidroxilación del estradiol (¿os suenan los estrógenos, definitivos para la piel? ) produciendo hipoestrogenismo, y estos menores niveles de estrógenos a nivel cutáneo (y si se reducen los estrógenos suben los andrógenos...) se traducen en sequedad y atrofia cutánea, que sumaremos a la isquemia crónica (falta de oxígeno en los tejidos) y al déficit de vitamina A (daño en las fibras de colágeno y elastina).

Photo by Radu Florin from Pexels
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Ésta es precisamente la cara de fumador, causada por el contacto con el humo y los efectos de tantas sustancias nocivas:

1.- Piel seca y deshidratada, con menos oxígeno y vitaminas, y un envejecimiento prematuro, sobre todo en mujeres al tener una piel más fina.

2.- Más arrugas, distintas a las de la edad, en el contexto de la elastosis del fumador: arrugas estrechas y profundas, de contornos bien marcados y prominentes. Y aunque presente en toda la cara, es aún peor en torno a los labios, al añadirse aquí el efecto del contacto con el humo y especialmente la contracción continua del músculo orbicular en el acto de fumar, el odiado “código de barras” presente, creo, en toda mujer fumadora de tiempo (los hombres están protegidos por la piel más gruesa y los folículos pilosos). A más cigarrillos y más años fumando, más arrugas. Está clarísimo.

3.- Piel de coloración apagada, amarillo-grisácea, opaca, pálida, por la mala oxigenación y los radicales libres. A veces incluso un aspecto más demacrado. Es típica la mejoría casi inmediata en la coloración cutánea al dejar de fumar, siendo éste su primer efecto.

4.- Congestión nasal crónica, párpados frecuentemente hinchados, labios más secos y peor coloreados, dientes amarillentos, encías dañadas..

Ya no es sólo el daño general sobre nuestros órganos, que puede que muchos fumadores consideren como una mera probabilidad (que no lo es, los daños no son fruto del azar, no) sino un seguro impacto en nuestro aspecto. Y es que estos estigmas (la elastosis, la mala coloración...) se hacen evidentes tras diez años de hábito tabáquico. Pronto, ¿no? Si la gente lo supiera cuando empiezan a fumar…

Mi último apunte, ya hablando estrictamente como una cirujana plástica, es que los fumadores tienen el doble de complicaciones postoperatorias. Sí, el doble. Sobre todo en lo referente al retardo en la cicatrización, posibilidad de necrosis tisular, hematomas e infecciones. Y en cuanto a complicaciones tipo necrosis cutánea (por ejemplo en reducciones mamarias, mastopexias, liftings) el riesgo es 3-4 veces mayor.

Comprenderéis por qué nos negamos en rotundo a operar a fumadores en cirugías que conlleven despegamientos de tejidos como las señaladas, a menos que dejen del todo de fumar mínimo tres semanas antes. En otras cirugías que no suponen despegar mucho (rinoplastias, blefaroplastias, aumentos mamarios sin pexias, liposucciones) tan sólo lo recomendaremos, porque os recuperaréis mejor y reducís el riesgo anestésico. Pero ya sabéis, si son cirugías con despegamiento, no os vamos a operar si no lo dejáis antes y después de la cirugía (hasta que todo cicatrice bien). A veces los pacientes no lo hacen y nos lo ocultan, pero esto es un tema de responsabilidad por parte del paciente, que suponemos no querrá asumir las complicaciones derivadas de este engaño, ¿no?

Hay muchas más complicaciones, en serio. Yo no soy fumadora, vale, pero es que no entiendo que mis pacientes se sometan a cirugías y hagan un desembolso para mejorar su aspecto y no hagan algo tan efectivo y de beneficio evidente como dejar de fumar.

 

DRA. MARITINA MARTINEZ LARA
Médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora

www.doctoramartinezlara.com


¿Sigue la cirugía plástica las tendencias de la moda?

Dicho de otro modo, ¿las técnicas quirúrgicas también se ven influidas por el street style? Porque es evidente que los cambios en el canon de belleza sí que influyen poderosamente en cuanto a que toda cirugía estética busca lograr la máxima belleza posible y siempre tendremos un estereotipo como referencia, estereotipo que como sabemos ha ido cambiando a lo largo de la historia (hasta hace apenas una década también dependía de la localización geográfica, aunque ya casi manejamos un canon similar en todo el planeta).

Pero que nuestras sofisticadas técnicas quirúrgicas se adapten a la moda, ¿en serio?

Pues sí, las cirugías de contorno corporal llevan décadas modificándose según las pautas de la moda, especialmente en cuanto a la localización de las cicatrices de abdominoplastias, de lipectomías e incluso de mamoplastias. Nos influye sobre todo la lencería y la moda de baño, pero también el corte de cintura alta o baja de pantalones y faldas, entre otras cosas.

Crédito imagen: Gtresonline/ https://premiosgoya.hola.com/los-goya-2019/galeria/201902023989/premios-goya-2019-alfombra-roja-moda/22/
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La más evidente es la abdominoplastia, que como imagino ya saben mis lectores, conlleva una cicatriz transversal más o menos larga en la parte baja del abdomen, en el área suprapúbica y prolongándose en mayor o menor extensión hacia los lados. Así, la evolución del bikini o de la lencería han determinado que allá por la década de los sesenta, cuando esta cirugía comenzó a popularizarse (y mil gracias a los maestros brasileños como el hace poco fallecido Ivo Pitanguy, que tanto hicieron por nuestra especialidad y que convirtieron a Brasil en la mejor escuela de cirugía plástica), se describía la cicatriz de abdominoplastia casi horizontal y más alta que la actual, de acuerdo a la moda de la época.

En los ochenta se comenzó a describir un trazado diferente para las cicatrices. Se definían como en manillar de bicicleta, con el tramo central muy bajo, justo sobre el pubis, y las ramas laterales más elevadas y oblicuas, paralelas a los pliegues inguinales, a veces llegando hasta las crestas ilíacas, a fin de que quedaran ocultas por las nuevas modas en lencería y baño, que eran como muy altas en la ingle ¿las recordáis? Era una moda extrema, como tantas cosas en los ochenta, pero hacían los muslos más largos, eso sí. Y como los cirujanos pretendemos que las cicatrices se puedan quedar lo más camufladas posible, las marcábamos también así.

Instagram Kylie Jenner/ https://www.hola.com/actualidad/2017081098076/kylie-jenner-cumpleanos-bikini-nude-gt-moda/
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Pero eso no es lo que está de moda ahora, de hecho hasta hace bien poco el uso era la cintura muy muy baja en ropa (ese talle bajo en los jeans a veces tan complicado...), de forma que ahora lo que pretendemos a toda costa es que las cicatrices queden ubicadas lo más bajo posible, casi como las cesáreas su parte central, y las ramas laterales las localizamos en los mismos pliegues inguinales, pero nunca rectas, solo menos oblicuas.

La moda de la cintura tan baja en la ropa ha traído más “problemas”

Y es que pone más en evidencia el ombligo, en realidad buena parte del abdomen central y superior, así como la presencia de grasa en las crestas ilíacas ¡cómo marcan michelines esos jeans, incluso en personas que apenas si tienen depósitos grasos ahí! Aunque, por otra parte, la moda de cintura alta marca barriga en la parte infraumbilical, en fin... Todo esto ha supuesto que dediquemos cada vez más tiempo a diseñar un bonito ombligo, bien posicionado y con un silueteado de la grasa abdominal adecuado, marcando la línea media y los abdominales. Y también haciendo cada vez más liposucciones en las crestas ilíacas y la espalda.

Y así con todo. El uso de los pantalones pitillo conduce a solicitar más liposucciones en miembros inferiores, incluyendo tobillos; la cintura alta marca más las cartucheras,

y si hablamos de la cirugía mamaria veremos que también nos exige adaptarnos.

En los años 60-80 vemos que el escaso impacto del top less y la moda de bikinis o sujetadores algo mayores hacían que no hubiera mucho problema con las largas cicatrices en T invertida para mastopexias y reducciones mamarias, pero conforme se fueron popularizando bikinis más pequeños (como los brasileños, que son tan pequeñitos) se desarrollaron técnicas con cicatrices reducidas. En los ochenta aparecieron las técnicas de cicatriz vertical, de nuevo con los cirujanos plásticos brasileños a la vanguardia, pero también cirujanos europeos, porque en Europa el top less empezaba a ser más habitual.

En Europa y Sudamérica manejamos conceptos algo distintos, en moda y en cirugía. Esta moda del top less, por ejemplo, no era nada común en Brasil y eso suponía que allí las pacientes no pusieran objeción a cicatrices (eso sí, reducidas, verticales o pequeñas T o L) y en cambio en Europa los cirujanos intentáramos evitarlas todo lo posible, recurriendo a implantes mayores o a técnicas de mastopexia con la mínima cicatriz posible (y sigue siendo complicadísimo explicar a las pacientes por qué no basta tantas veces una cicatriz periareolar).

Blake Lively
Blake Lively

 

¿Y el uso del sujetador con push-up? Es difícil encontrarlo sin relleno, pareciera que esa sea la forma ideal del pecho, tan alto y redondo… De aquí que tantas pacientes, sobre todo chicas jóvenes que solo usan ese tipo de sujetador, nos pidan aumentos mamarios que les dejen el pecho así, bien grande (que se vea bien el escote aunque no tuvieran nada de pecho antes), alto y redondo.

Lo mejor para el pecho a medio y largo plazo es no poner prótesis tan grandes, creedme

Por suerte también está llegando la moda de pechos más naturales, sostenes sin rellenos y ropa ajustada que queda mejor con un pecho más pequeño. Ahí seguimos, porque ahora veo muchas pacientes que se operaron hace 15-20 años con el boom de los pechos grandes y ya no desean tener una talla tan grande, es más, ni siquiera quieren tener implantes y nos piden que se los retiremos (y a diseñar nuevas técnicas para ello)

Dakota Johnson
Dakota Johnson

 

Hay muchas cosas que hablar y discutir en la consulta. Los cirujanos intentamos adaptarnos a los deseos de las pacientes, si son sensatos y razonables. Por ello solemos consultaros y fijarnos en el tipo de ropa que usáis para planificar las cicatrices de una abdominoplastia, por ejemplo. Entendemos que buscáis sentiros bien con vuestro cuerpo, y es verdad que ese concepto de belleza y la autoaceptación se ven influidas -si no determinadas- por la moda, cánones pasajeros e imposiciones del aluvión de imágenes publicitarias que nos llegan a través de redes sociales. Lo entiendo, pero también hay que actuar con sensatez, que una cosa es que nos quede bien la ropa que se lleva y otra la cirugía, y recordad que nosotros también estamos en el mundo y nos adaptamos, en lo posible y razonable, claro.

 

DRA. MARITINA MARTINEZ LARA
Médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora

www.doctoramartinezlara.com


Elevación mamaria ¿cuándo necesito prótesis y cuándo mastopexia?

La consulta por el pecho caído o vacío se ha ido convirtiendo en casi la mitad de las visitas al cirujano plástico para cirugía mamaria. Es la situación habitual tras los embarazos, pero también tras pérdidas de peso o simplemente por la edad, si la paciente tenía cierto volumen. Read more


¿Se puede aprovechar la grasa de una liposucción para aumentar el pecho o los glúteos?

¿Todavía hay quien se lo pregunta? La respuesta es sí, además es una de las tendencias que más ha aumentado en los últimos años, la de asociar la liposucción con el uso de esta grasa para el aumento de otras zonas corporales. Hay varias razones que expliquen el auge del lipofilling:Read more


Otras pruebas para la detección del cáncer de mama

Además de la mamografía

Pasó el mes de octubre, pero no nos vamos a olvidar de la prevención o la detección temprana del cáncer de mama (el enemigo no se cansa y hay cada vez más cánceres, así que...)Read more


¿A qué edad debería comenzar a hacerme mamografías?

¿Y cada cuánto tiempo?

Octubre es el mes dedicado a la concienciación del cáncer de mama, y no hay medida más importante que su prevención o, cuando menos, su detección en estadios lo más precoces posibles. Nuestra principal arma aquí es la mamografía, prueba no invasiva que constituye la mejor técnica de screening para la patología mamaria.

Esta prueba está incluida en todos los sistemas de salud de nuestro país, pero encontramos que no hay ninguna unanimidad ni entre sistemas de salud ni entre ginecólogos para determinar qué edad es la más conveniente para comenzar a hacerse mamografías. Encuentro con frecuencia pacientes en mi consulta que me refieren que, con más de cincuenta años, aún no se han hecho ninguna, o que hace varios años de la última. ¿Cómo puede ser? Y, en ese caso, ¿por qué no se la pedís a vuestro médico o ginecólogo?

No es el objetivo de este post hablar de las pruebas radiológicas de diagnóstico del cáncer de mama, (que son, principalmente, la ecografía, la mamografía y la resonancia magnética nuclear, junto a la exploración clínica y el autoexamen), sino centrarme en la más usual, la mamografía, una prueba objetiva aunque no perfecta, pues puede dar falsos positivos (informa de patología aunque al final sólo es un hallazgo benigno) y falsos negativos (no diagnostica lesiones patológicas que sin embargo ya estaban presentes, habitualmente por su pequeño tamaño), pero tiene mayor sensibilidad para el diagnóstico que una ecografía sin alcanzar el precio tan elevado de una resonancia (esta prueba se reserva para casos dudosos o para el control de pacientes con cáncer diagnosticado o alto riesgo de padecerlo). La mamografía es una prueba barata, que irradia muy poco a la paciente, muy asequible y accesible para cualquier mujer, y de gran sensibilidad para el diagnóstico, por lo que es la prueba reina para la detección precoz del cáncer de mama.

Photo by Valeria Boltneva from Pexels
Photo by Valeria Boltneva from Pexels

¿No basta con la palpación o autoexploración mamaria?

No, no es suficiente, porque para que un tumor sea palpable debe tener más de 1 cm, y sin embargo una mamografía sí podría detectar un tumor más pequeño. Y ese tiempo hasta que se diagnostique el tumor es crucial y definitivo. Pensad que tumores de menos de 1 cm pueden ser curables en más de un 90%. Y sin embargo algo así como la mitad de los tumores se detectan por la palpación, y sólo la otra mitad tras una prueba radiológica. Claro que debemos hacernos autoexploración, pero también deberíamos hacernos más mamografías, comenzar antes y con más frecuencia.

¿A qué edad es conveniente hacerse la primera mamografía?

No hay unanimidad. En nuestro país, en la mayoría de las comunidades autónomas, se comienzan a los 50 años, pero en otras es a los 45 años, mientras que la mayoría de los ginecólogos recomiendan a sus pacientes comenzar a los cuarenta. Y en cuanto a la periodicidad, en las consultas privadas suelen recomendar cada año, mientras que en las públicas es cada dos ¿Por qué?

La razón es, sinceramente, la rentabilidad de la prueba. Por una parte, hasta hace unos años sólo un 20% de los cánceres de mama se diagnosticaban en menores de 50 años, pero la incidencia en mujeres jóvenes ha aumentado, y ahora casi un 20% es en menores de 45 años. Por otro lado, es cierto que la glándula mamaria suele ser muy densa en menores de 50 años, lo que genera que en estas pacientes sean frecuentes los falsos positivos que hay que valorar con más pruebas tipo ecografías y biopsias. Sin embargo los radiólogos consideran que la mamografía es una prueba muy sensible a partir de los 40 años. ¿No será preferible, aún a riesgo de que la glándula sea densa y cree confusiones tipo falsos positivos (se diagnostica algún hallazgo como posiblemente maligno cuando al final no lo es, es decir, un susto) si a cambio podríamos hacer diagnósticos más tempranos y de lesiones más pequeñas? Estamos hablando de cáncer y de una prueba sencilla y económica como una mamografía… De hecho, la mayoría de las mujeres consultadas (y también los ginecólogos y las comunidades o países con mejores condiciones económicas) opinan que vale la pena la posibilidad de un diagnóstico más temprano, aunque aún no se esté en edad de riesgo. Y más si hablamos de los cánceres en mujeres por debajo de los 35 años…

Más datos:

Un diagnóstico precoz gracias a una mamografía puede reducir más de un 30% la mortalidad por cáncer en mujeres mayores de 50 años. En ese grupo de menor incidencia, en mujeres más jóvenes, también vemos que reduciría en un 15% la mortalidad. Significativo, ¿no?

La pautas de la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia) son:

  • Entre 35 y 39 años se recomienda hacerse la primera mamografía
  • A partir de los 40 años y hasta los 49, cada uno o dos años según cada caso, se recomienda mastopatía fibroquística, antecedentes familiares, etc.
  • Entre los 50 y 70 años, intervalo de mayor incidencia de cáncer, es recomendable una mamografía cada año
  • En menores de 30 años es más útil la ecografía, pues al ser la mama tan densa a estas edades ésta es más sensible. Pero si se está en grupos de riesgo (historia de cáncer de mama personal o familiar, portadora de genes BRCA, radioterapia en tórax previa…) será conveniente comenzar ya con las mamografías anuales y resonancias periódicas (cada 2 años).

¿Cuándo deben hacerse las revisiones con el ginecólogo, para el estudio de la mama?

Las recomendaciones de la SEGO son:

  • Primera visita al comenzar la actividad sexual, incluiría examen ginecológico, exploración clínica de la mama y ecografía
  • Hasta los 40 años (seguimos hablando de estudios mamarios) cada 2 años, o al menos no superar los 3 años, consistiendo en exploración clínica y ecografía (en algunos casos veis que se comenzaría antes con las mamografías)
  • Entre los 40-49 años, revisión anual con ecografía y según el caso mamografía cada 1-2 años
  • Entre los 50-70 años, mamografías anuales
  • Mayores de 70 años. No se recomiendan pautadas, dependerá del caso. Esto se debe a que a partir de esta edad disminuye muchísimo tanto la incidencia del cáncer como su agresividad, de ahí que no sea tan relevante la detección temprana, teniendo en cuenta además que al haber menos glándula y más grasa en la mama, se palpa mejor cualquier tumor.

¿De qué depende que se recomienden cada año o cada dos?

No hay unanimidad. Se trata simplemente de si hay una diferencia significativa en la detección temprana y en las posibilidades de curación en grupos de pacientes que se hacen mamografías cada año o cada dos. En muchos sistemas de salud se hace por este motivo cada 2 años, considerando que el intervalo no afecta al pronóstico de los cánceres diagnosticados.

Pero ¿qué ocurre con el cáncer de intervalo, ése que se hace clínico entre una y otra mamografía? Es decir, puedes hacerte una mamografía y que el tumor sea tan pequeño que aún no se detecte, y entonces seguiría creciendo hasta que se diagnostique en la siguiente. Está claro que las pruebas anuales detectan antes los tumores que si son bianuales. También es verdad que las mamografías pueden tener muchos falsos positivos, sobrediagnosticando lesiones que en realidad no son tumorales (con las pruebas extra que conllevan), hasta el punto que si se hacen cada 2 años se ha descubierto que disminuyen en un 50% la posibilidad de estos falsos positivos y sobrediagnósticos.

Es por esto que, según la SEGO, se recomienda repetirlas cada año en las edades de mayor riesgo (50-70 años) y cada 2 años en otras edades siempre en función de cada caso y la valoración del especialista. Y en cuanto a por qué en la franja de 40-49 (y casi estaríamos hablando ya de 35-49, con la que está cayendo en cuanto al aumento de casos en general y en edades más tempranas en particular…) se recomiendan cada 2 años y no cada más tiempo es porque en verdad se ha encontrado que el cribado por mamografías es muy efectivo, llegando a reducir la mortalidad en un 18% si se hace cada 3 años (tras diagnóstico precoz con la mamografía), frente a un 35 % si es cada año (¡el doble de curaciones!)

¿Y si nunca la han llamado o nunca le han pedido una mamografía hasta ahora?

Como he comentado antes, por lo que veo en mi consulta,me parece que las mujeres se hacen muy pocas mamografías. Muchas con 50 años aún no se han hecho ninguna, otras muchas pasan intervalos mayores de los 2 años para repetírselas, o se saltan las revisiones... pero es que estamos hablando de una enfermedad con una incidencia de una cada ocho mujeres (¡una cada ocho!) y aumentando… Y es tan sencillo hacerse esta prueba y tan barato (en España en la mayoría de los centros no llega a los 100 euros, incluso menos en muchos sitios, ¿a qué pensabais que era mucho más cara?) Y si pensamos que la detección precoz lo es todo, que si te lo diagnosticas a tiempo se puede curar, no me parece que sea como para quedarse con la duda, ¿no os parece?

 

DRA. MARITINA MARTINEZ LARA
Médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora

www.doctoramartinezlara.com


Cirugía plástica después del embarazo

O el Mummy Makeover de los americanos

Este término se refiere al conjunto de cirugías que buscan reparar las secuelas de los embarazos, centrándonos especialmente en pecho y abdomen. En el post anterior hablé de cómo recuperarnos lo mejor posible tras la maternidad, pero tantas veces a pesar de recuperar el peso y una actividad física adecuada el cuerpo no vuelve a ser lo que era... Siendo estricta, un cirujano plástico nunca os garantizará que quedareis igual que antes, pues es algo imposible, pero sí que podemos hacer mucho por mejorar el aspecto de vuestro cuerpo.

Lo primero, tenéis que esperar varios meses tras dar a luz. Hay órganos como el corazón, el hígado o los riñones que necesitan mínimo dos meses para recuperarse, de modo que no es sólo cuestión de perder peso. Y si estáis dando el pecho, mínimo esperaremos dos meses también tras acabar la lactancia. Pero, si después de esperar el tiempo necesario, haciendo dieta y actividad física, vuestro pecho o vuestro abdomen realmente acusan los efectos de la maternidad, entonces sí será el momento de consultar a un cirujano plástico.

 

¿Debéis esperar a no tener ya más embarazos? Es la pregunta usual y lógica, y la respuesta depende de qué queráis que se os corrija y en qué estado está o qué técnica requiera. Me explico, el embarazo especialmente afecta a estas tres áreas corporales:

PECHO

Es casi imposible que no se vea modificado, y la situación puede variar de una simple hipoplasia o pérdida de volumen que deje un seno vacío, a diferentes grados de flaccidez y caída (o ptosis, que es la palabra técnica que nosotros manejamos). O la situación contraria en mujeres con algún grado de hipertrofia mamaria, que bien pueden ver su pecho más vacío y caído, o bien más grande y más caído. La cirugía variará desde la corrección sólo con implantes si la ptosis es mínima o inexistente, hasta las mastopexias (elevación mamaria) con o sin prótesis asociada, o incluso una reducción mamaria en el tercer caso.

ABDOMEN

Obviamente es lo que más se ve afectado. El estado en el que quedará depende muchísimo del peso cogido en el embarazo, pero también del tipo de piel (en mujeres muy jóvenes con pieles usualmente muy firmes es habitual que aparezcan muchas estrías), del número de embarazos, de si fue embarazo simple o gemelar (o múltiple), del grado de actividad física antes, durante y después de la gestación… El aspecto del abdomen vendrá determinado por el grado de debilidad muscular (diástasis de músculos rectos, hernias umbilicales o epigástricas…), del grado de flaccidez o exceso cutáneo o atrofia dérmica (estrías, adelgazamiento cutáneo) y de la mayor o menor presencia de depósitos de grasa. Y, por supuesto, de la presencia de cicatrices de cesárea, horizontal o vertical. El planteamiento quirúrgico se hará en función del estado de estas tres estructuras: músculos, piel y grasa, de forma que solamente os plantearemos una liposucción si sólo tenéis exceso de grasa pero hay buen tono muscular y buena piel con poca flaccidez o exceso. Si hay que corregir la debilidad muscular y quitar o estirar la piel, entonces únicamente una abdominoplastia lo va a corregir, una liposucción no serviría aquí para nada (no como técnica aislada).

https://www.hola.com/moda/modelos/2012070959602/alessandra-ambrosio-cuerpo-tras-embarazo/
https://www.hola.com/moda/modelos/2012070959602/alessandra-ambrosio-cuerpo-tras-embarazo/

MUSLOS Y CADERAS

Es frecuente la acumulación y exceso de grasa en estas zonas. Si habéis vuelto, o casi, a vuestro peso, y si por más actividad física y buena alimentación que hagáis no lográis resultado, sí que será el momento para una liposucción, pero recordad que nunca es una alternativa a lo otro (dieta, ejercicio…) y nunca es una cirugía para adelgazar (perder kilos en conjunto) sino para remodelar zonas concretas, ¿de acuerdo?

Volviendo entonces a la pregunta de en qué momento debería hacerse, si es conveniente esperar a no tener más embarazos, contestaré entonces que según la cirugía que necesitéis, muy especialmente si precisáis una abdominoplastia. No os debéis hacer una abdominoplastia si tenéis planeados nuevos embarazos, simplemente porque los resultados se van a malograr y podéis volver a estar como antes de operaros. Tampoco os recomendaría una mastopexia si los planes de nuevos embarazos son a corto plazo, pero si es algo que no descartáis pero no muy pronto, creo que no es mala idea que disfrutéis desde ya de un pecho mejorado si éste os acompleja como para consultarnos. Sin problema si simplemente se os va a poner una prótesis, pues aunque tras otro embarazo se os puede vaciar un poco el pecho, pensad que si lo teníais pequeño (sin prótesis) no hay mucho riesgo de que caiga o que quede mucho más vacío, los cambios no serán muy grandes y no siempre conllevarán querer volver a operaros. Y, por último, sin problema os podéis hacer una liposucción si ésta estaba indicada, pero recordar que sólo se logran resultados permanentes si hay pocos cambios de peso y os cuidáis bien.

¿Es posible combinar varias cirugías? ¡Por supuesto que sí! Y es algo que hacemos habitualmente, en especial la combinación de pecho y abdomen (el nip tuck americano), es decir, aumento mamario, o mastopexia o reducción mamaria, junto a abdominoplastia, siempre que vuestro estado de salud lo permita, obviamente. O bien abdominoplastia y liposucción en miembros inferiores. Es lógico ofreceros que asociéis cirugías pues no es fácil con niños pequeños encontrar el momento para una operación y sobre todo para su postoperatorio. Son cirugías largas, que pueden prolongarse 5-6 horas, con 1-2 días de estancia en hospital (siempre en hospital y con cirujanos plásticos con un título de verdad, asesoraos siempre bien que es vuestra salud lo que os jugáis…), tenéis que prepararos muy bien antes de la cirugía y organizaros para un postoperatorio de 3-4 semanas, sin hacer esfuerzos físicos importantes, sin retomar el trabajo, así que necesitaréis ayuda para vosotras y especialmente con vuestros hijos. Pero es un solo postoperatorio. Y vale la pena, pues aunque no pretendamos ser como esas celebrities que lucen tan espectaculares a los pocos meses, podemos ser muy buenas madres y que no nos dé igual nuestro cuerpo, ¿no?

DRA. MARITINA MARTINEZ LARA
Médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora

www.doctoramartinezlara.com


Consejos para recuperar el cuerpo después del embarazo

Soy cirujana plástica, de forma que mis consejos van dirigidos a las mujeres que tras ser madres desean recuperar su figura, especialmente me refiero al aspecto de sus senos y su abdomen, una vez que se han recuperado del parto o la cesárea si se precisó.

Lo más determinante en cuanto a cómo quedará el cuerpo tras la gestación es el peso que se haya ganado en ésta (los ginecólogos siempre recomiendan no exceder los 9-10 kilos), seguido de la actividad física mantenida durante el embarazo, factores ambos que podemos controlar pues sólo dependen de nosotras. Pero hay en cambio otros en los que no podremos influir, como son el tipo de piel (que depende de la edad y de la genética), la evolución del embarazo y la necesidad eventual de hacer reposo por algún problema en el mismo, la posibilidad de un embarazo múltiple… Pues bien, dado que aunque en algunos factores no podamos influir pero en otros sí, es ahí donde debemos insistir, mediante una serie de medidas sobradamente conocidas, como son cuidar la dieta (de verdad que no hay que comer por dos, ni estar embarazada justifica dejarse llevar todo el tiempo por caprichos en las comidas), aumentar los kilos imprescindibles, hacer deporte o ejercicio en la medida adecuada a nuestro embarazo y según evolucione éste y cuantos meses sea posible, cuidar la piel hidratándola bien, usar un buen sujetador…. Estas medidas no sólo contribuirán a que nuestro cuerpo cambie sólo lo imprescindible que tenga que cambiar, sino que ayudarán a la salud de la embarazada y del bebé, a un embarazo y un parto menos complicado o con mejores condiciones físicas, y por supuesto una mejor y más rápida recuperación.

Photo by John Looy on Unsplash
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Y una vez que se ha dado a luz y estáis bien recuperadas del parto las primeras medidas son cuidar la dieta y comenzar a hacer ejercicio. No voy a indicar aquí plazos para retomarlo, pues esto es algo que debéis consultar a vuestro ginecólogo, dependerá del tipo de parto, si natural o con cesárea que exige más tiempo para iniciar la actividad deportiva, o si ha habido alguna incidencia o complicación. Insisto, esto es muy individualizado, y debéis consultar vuestro caso concreto a vuestro ginecólogo.

La cirugía plástica sólo tiene su sitio una vez que habéis recuperado el peso (por completo, pues quiero aclarar que la cirugía de contorno corporal como la que nos ocupa aquí exige que los pacientes estén en su peso al intervenirse y que lo mantengan si no quieren malograr los resultados, es imprescindible) y sólo si tras dieta y ejercicio físico no mejoráis como deseáis. Pero ¿a qué llamamos una pauta adecuada de dieta y actividad física?

Photo by Jonathan Borba on Unsplash
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  • DIETA

Ojo con las dietas estrictas, estamos recuperándonos de un embarazo o incluso estemos aún con la lactancia, la dieta debe ser bien sana y cuidada, por lo que nos olvidaremos de dietas milagro, incompletas o con suplementos artificiales. No nos saltaremos comidas, y daremos prioridad a alimentos frescos como frutas, verduras, hortalizas, así como a cereales, frutos secos, semillas… Siempre alimentos saludables, sin saltarse comidas y sin prisas, sobre todo si estáis en la lactancia, podéis adelgazar despacio y alimentar bien a vuestro bebé.

  • EJERCICIO FÍSICO

Lo más importante, sólo comenzar cuando el ginecólogo os lo permita, y nada de comenzar de forma brusca si queremos evitar problemas. En principio, si habéis hecho ejercicio a lo largo del embarazo y tuvisteis un parto vaginal no complicado, podríais retomar la actividad bien pronto, en pocas semanas comenzando con prudencia. No os agobiéis ni forcéis la actividad, simplemente dar largos paseos con vuestro bebé las primeras semanas será muy efectivo, o si tenéis poco tiempo (que es lo habitual, los bebés dan poca tregua…) podéis seguir alguna tabla o entrenamiento en vídeo para hacer en casa, suelen ser cortos, de unos 30-45 minutos y eso sí se puede compaginar con los ratitos de sueño del bebé (al menos eso es lo que yo hacía, y de verdad son muy útiles si no hay tiempo para salir a correr o para ir al gimnasio). Otras actividades que son perfectas, durante y tras el embarazo, son el yoga y el pilates, donde se pueden hacer entrenamientos muy específicos. Poco a poco, según os encontréis y evolucionéis, id intensificando la actividad, si vuestros niños os dejan tiempo, claro.

Photo by Bruno Nascimento on Unsplash
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  • LA CIRUGÍA PLÁSTICA

Más de un tercio de nuestras cirugías están relacionadas con la recuperación tras los embarazos, y es que tantas veces es imposible sin cirugía volver al aspecto inicial. Algunas mujeres sólo con un embarazo (especialmente lo veo en embarazos en chicas muy jóvenes, donde la piel tan tensa en esa edad responde llenándose de estrías tanto en pecho como en abdomen, mucho más que en mujeres con algunos años más) precisarán la cirugía si quieren que su pecho o su abdomen vuelva a su aspecto inicial, otras en cambio se recuperan muy bien y tienen pequeñísimos cambios incluso tras varios embarazos.

Aunque en otro post hablaré de estas cirugías (el mommy makeover de los americanos, es decir, cirugía para recuperación tras la maternidad, pecho y abdomen en una sesión quirúrgica), sí aclararé algunos puntos:

No es recomendable ni útil ni eficaz hacer una abdominoplastia al tiempo de la cesárea. El abdomen está hiperdistendido, es imposible calcular el exceso de piel ni cuánto debemos tensar los músculos, y sólo puede añadir complicaciones a la cesárea. Asé que no, no es buena idea, no hacemos abdominoplastias al tiempo de las cesáreas.

- No es buena idea tampoco operaros durante los meses de baja maternal, habitualmente 4 meses. No os da tiempo en este plazo a recuperar peso y tono muscular, es casi imposible que tan pronto estéis en condiciones. Como mucho alguna liposucción (¡no en abdomen, es muy peligroso con los músculos aún débiles!) si no habéis cogido mucho peso, pero no una cirugía mamaria ni una abdominoplastia. Tenéis que esperar a estar en condiciones, y son muy pocas las mujeres que en tan poco tiempo se han podido recuperar tanto, creedme (alguna top model, supongo, pero no me lo creo mucho). De forma que debéis hacer caso al cirujano al que consultéis, y si os dice que aún no estáis en condiciones es que no lo estáis, si queréis que la cirugía sea efectiva y con los mejores resultados.

DRA. MARITINA MARTINEZ LARA
Médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora
www.doctoramartinezlara.com


Cuidado con el sobrepeso en los niños, podría ser irreversible

Tal vez sea un buen tema a tratar tras los excesos del verano. Como cirujana plástica, cada vez veo más jóvenes que acuden a mi consulta porque no consiguen perder peso, a pesar de llevar años intentándolo.

O bien consultan porque lo que adelgazan lo recuperan con suma facilidad. Y todos cuentan lo mismo, que este problema lo tienen desde niños, y cuando en la adolescencia empezó a preocuparles ya tenían muchos problemas para adelgazar. Y es que la obesidad es un trastorno que se autoperpetúa y, si bien tiene una base genética, podría controlarse, si no atajarse en muchos casos, cuidando el sobrepeso desde la infancia.

Photo by The Honest Company on Unsplash
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Es decir, si por la razón que sea (genética o no), se llega a la adolescencia con un importante volumen de adipocitos (que son las células que componen el tejido graso o adiposo) este número de células grasas ya no se va a reducir. Los adipocitos, que acumulan la grasa en su interior, tras la adolescencia ni se multiplican (salvo que se aumenten muchos kilos) ni desaparecen, simplemente aumentan o disminuyen su volumen. ¿Qué significa eso? Que si tenemos muchos adipocitos tendremos siempre una notable tendencia a engordar, así como una gran dificultad para adelgazar, a diferencia de las personas que nunca tuvieron sobrepeso, que comiendo lo mismo no engordan o que adelgazan más fácilmente.

Por este motivo, es crucial evitar tener tanto volumen de estas células grasas. ¿Cómo? Cuidando el peso desde la infancia, pues en la adolescencia ya es tarde. Recordad, hasta la adolescencia está aumentando el número de células adiposas, más adelante ya sólo cambiará su volumen pero no su número. Si se es obeso de pequeño, de adultos no valdrán ni dietas ni ejercicio (o muy poco, como es bien sabido).

Photo by Christopher Flowers on Unsplash
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Lo sé, a los padres les da pena controlar a sus niños si quieren comer todas esas “comidas basura” que nos tienen inundados. Todos sabemos lo que es una comida sana y cuál no lo es, pero, en serio, ¿os da tanta lástima negarles las pizzas industriales, los batidos de supermercado, los refrescos, los yogures hiperazucarados, los “alimentos” prefabricados, las chuches, las palomitas...? ¿Y no os da lástima que cuando en un futuro les preocupe más su peso que el capricho por alguna de estas “comidas” (mis hijos siempre lo llamaban calorías vacías, pues de verdad que no alimentan nada, no os engañéis), ya se encuentren que tienen una tendencia de por vida al sobrepeso, cuando no obesidad? Si queréis hacerles un favor a vuestros hijos y cuidarlos bien, especialmente si veis que hay una mala genética familiar o ya constatáis que vuestro hijo tiene sobrepeso, no esperéis a que sea mayor, enseñadle a alimentarse bien, sobre todo dándole ejemplo en casa, y acostumbradlo a hacer ejercicio. Menos pizzas y palomitas delante de la tele o el ordenador y más calle y deporte.

Photo by Juan Salamanca from Pexels
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Como yo suelo decir, no se trata de convertir la casa en un cuartel espartano, sino más bien en una academia ateniense, es decir, educar a nuestros hijos es enseñarles a estudiar, a mantener una ética, una moral, y también cómo cuidar su cuerpo inculcándoles buenos hábitos de comidas y de actividad física. Lo mejor, que nos lo vean hacer a nosotros. Es algo muy serio, cada vez se come peor y hay más sedentarismo. No hay más que ver cómo han aumentado las cifras de obesidad, en adultos y en niños. Obesidad en la infancia es un problema para toda la vida.

En otro post explicaré qué puede hacer la cirugía para ayudar, pero tal y como comenté en uno anterior, deseo dejar claro que la liposucción, aunque reduce el número de adipocitos, sólo funciona para zonas concretas, no sirve para adelgazar. No bajéis la guardia. Que no os dé pena controlar los caprichos de los niños,o les haréis un flaco favor.

 

DRA. MARITINA MARTINEZ LARA
Médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora
www.doctoramartinezlara.com

 


¿Es buena idea la liposucción si no consigo adelgazar?

 

Imagen de mohamed Hassan en Pixabay
Imagen de mohamed Hassan en Pixabay

¿Cuándo es útil una liposucción? Fácil, cuando tratemos acúmulos en zonas concretas, localizadas, como por ejemplo el abdomen o el tronco si la grasa no es visceral (la interna, en torno a las vísceras del abdomen), y si las condiciones de los músculos y sobre todo la piel nos garantizan un buen resultado. Muy útil por ejemplo para tratar las cartucheras o trocánteres, si es una paciente con peso normal, así como los brazos, muslos, rodillas, incluso tobillos (si no es linfedema), la espalda, los glúteos (aunque aquí casi mejor aumentar o remodelar, ¿verdad?), siempre que sean zonas concretas, localizadas, con buena piel y el/la paciente tenga peso normal y buenos hábitos dietéticos y físicos.

Cuando hablo de liposucción me refiero a las técnicas que extraen grasa, exclusivamente, con la tecnología que sea pero extrayendo grasa, pues sólo si extraemos adipocitos estaremos reduciendo de forma efectiva y objetiva el número de células grasas en las zonas tratadas. Si es una zona localizada será eficaz, ya que reducimos notablemente el volumen de células grasas y así por más propensión a acumular (la genética y sus disposiciones) al haber tan pocos adipocitos será difícil volver a acumular ahí. Eso sí, siempre hay que cuidarse, siempre.

¿Esto significa que hay pocas indicaciones para una liposucción? En absoluto, las hacemos y muchísimo, aunque buena parte suelen ser asociadas a otras cirugías, caso del abdomen en que siempre las asociamos cuando hacemos una abdominoplastia, o en las cirugías de aumento de glúteos donde es imprescindible remodelar cintura, flancos, sacro, además de tomar esa grasa para infiltrarla. O asociada, de forma imprescindible, a técnicas de dermolipectomía de cara interna de muslos, de flacos, de brazos…. O aisladas, sólo liposucción, pero seleccionando bien, si queremos resultados estables. Manteniendo el peso en estos casos bien indicados los resultados se van a mantener, pero hay que tenerlo bien claro, cualquier cirugía de contorno corporal exige cuidarse, no engordar y hacer ejercicio físico. Aún así, lo habitual (repito, en los casos bien indicados) es que si se engorda no aumenten tanto las zonas tratadas sino que será de forma más repartida.

Pero si hay sobrepeso y poco cuidado del cuerpo desde luego la liposucción nunca será una buena idea, rotundamente no, os vais a hacer una cirugía importante (y peligrosa si no escogéis un profesional cualificado y con un título auténtico, oficial, de cirujano plástico que os opere en un centro hospitalario adecuado) con un postoperatorio pesado si fue muy extensa o de muchas zonas, que puede que os haga muy felices tras los primeros meses pero que, con el tiempo, vais a ver que volvéis a acumular, al mínimo descuido, en cuanto se os pasan las buenas intenciones del principio, porque aún os queda mucho tejido adiposo (por más que se os sacara y por muy bien que se os operara) y vuestra genética y vuestro metabolismo no se pueden cambiar (y menos con una cánula de liposucción). Si necesitáis perder peso, no hay otra que adaptar vuestra dieta y la pauta de actividad física. Si ya hacéis y no funciona (la genética es a veces cruel) habrá que modificar las pautas, pero creedme que la cirugía no os va a resolver un problema de sobrepeso, al menos nunca sola, no si colaboráis activamente o incluso asociando alguna cirugía bariátrica, pero hasta ésta necesita de vuestra colaboración. No se puede recurrir a la cirugía como única alternativa, la cirugía del contorno corporal precisa, siempre, de vuestra activa colaboración, toda la vida.

*Las imágenes son de Philippe Halsman

DRA. MARITINA MARTINEZ LARA
Médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora
www.doctoramartinezlara.com

 


Cómo calcular la talla de sujetador

No es novedad que la mayoría de las mujeres no saben cual es su verdadera talla de sujetador. Cuántas veces en las tiendas tampoco las orientan bien... El lío es tan grande que, aún explicándolo en la consulta (y es lo primero que hago en una consulta de mama) os cuesta entenderlo. No es tan difícil, el problema es que la mayoría lleváis toda la vida confundidas.Read more