¿Se pueden romper las prótesis al viajar en avión?

Como bien debéis saber se trata de una leyenda urbana. No, no se pueden romper las prótesis si volamos en avión, están más que testadas y preparadas para soportar importantes diferencias de presión sin sufrir ningún tipo de daño.

Las complicaciones aparecen si inmediatamente después de una cirugía se hace un viaje largo en avión, muy típico del turismo quirúrgico. Puede haber problemas, pero no en cualquier tipo de trayecto en avión, pues depende de la altura a que se vuele y del número de horas de viaje. También afectan los cambios de presión, pues por más que las cabinas del avión están presurizadas, por encima de determinada altura disminuye la presión, y del mismo modo se perciben y sienten los cambios al ascender rápidamente (hipopresión ) o al descender bruscamente (hiperpresión). En realidad los aviones comerciales, a no ser que sean viajes muy largos, no suelen superar estos límites.

Photo by Palu Malerba from Pexels
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¿En qué afecta todo esto a los implantes mamarios?

Los implantes, en efecto, no se rompen ni estallan, pero sí acusan las diferencias de presión. En la hipopresión se expanden , como los líquidos y gases de nuestro cuerpo. Así, si estamos en el postoperatorio inmediato (primeras 2 semanas) es habitual que haya líquidos periprotésicos o edema en los tejidos, que se expandirán con el cambio de presión, de forma que si no están dentro de un continente tisular fuerte (tejido cicatrizado), este se puede resentir y abrir porque la evolución postoperatoria no es aún fuerte, con la consiguiente abertura de las heridas y exposición del implante. Es decir, las prótesis no se rompen pero sí se expanden.

Además también puede ocurrir un fenómeno de gasificación o formación de burbujas alrededor de la prótesis, que desaparece al tomar tierra. Esta expansión de los líquidos periprotésicos y estas burbujas de gas solo se producen a partir de determinada altura, por encima de los 30.000-35.000 pies. Por lo que si los tejidos y las cicatrices no están muy firmes hay un notable riesgo de que se abran. Hay más riesgo si el vuelo alcanza más de los 40.000 pies, normal en vuelos intercontinentales. El riesgo es mínimo en cambio en vuelos nacionales, cortos, al exponerse a menos altitud.

Photo by Redrecords from Pexels
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Por ello las precauciones a tomar serían:

– Tras un aumento mamario simple sin problemas pasados 3-4 días para vuelos nacionales (1-2 horas) ya que no se alcanzarán alturas de riesgo. Esperar al menos 10 días en caso de mastopexia.

– Para vuelos de 4 horas o más, nunca antes de 2 semanas en caso de aumento y mastopexia, por el elevado riesgo de dehiscencias y extrusión del implante.

–En todos los casos, pasado un mes con todo bien cicatrizado se puede viajar sin problema, no teniendo trascendencia que se sientan molestias en el pecho durante el vuelo, pues esos cambios de presión no afectarán ya los tejidos, estabilizados y resistentes.

-Recordad, ¡los implantes no se van a romper! Ni siquiera los de suero fisiológico, que tampoco estallan en los aviones, esto solo afecta a los tejidos periprotésicos y por tanto también a la piel y las cicatrices.

Como norma general para cualquier vuelo largo tras cualquier cirugía, tened en cuenta el riesgo que la larga inmovilización con las piernas dobladas suponen para el desarrollo de una trombosis venosa profunda, de forma que no debemos olvidarnos de tomar la medicación recomendada, movernos y caminar al menos cada hora y tomar abundantes líquidos. Ante la menor duda, consultad a vuestros cirujanos.