¿Por qué nos gustan en los hombres los vientres firmes, lisos y musculados? ¿Es sin más una moda estética o es la traducción de factores como el simbolismo del abdomen o el estado de salud , hábitos y metabolismo?

El abdomen masculino tiene claras diferencias respecto al femenino, siendo más corto y menos curvado, teniendo una distancia ombligo-pubis más corta. El vientre ideal en un hombre atlético se muestra pequeño, liso y discreto, siendo su principal atractivo aquello de lo que carece. Pues eso, aunque sea muy difícil conseguirlo, nuestra sociedad hoy considera que el ideal es la famosa tableta de chocolate, con músculos fuertes, hipertonificados y con un mínimo porcentaje de grasa corporal, y sin embargo es precisamente el área por excelencia donde los hombres acumuláis grasa , sobre todo la grasa visceral.

Pero para muchos hombres se trata de una verdadera obsesión, y las revistas masculinas o el cine lo muestran como el equivalente de la supremacía física masculina , el no va más de la virilidad y el sex appeal. Y no siempre ha sido así, pues muy al contrario siglos atrás un abdomen abultado , propio de la sobrealimentación y la falta de actividad física, era motivo de ostentación del éxito y la riqueza. Pero en estos tiempos en que se adora la juventud perenne y tanto nos preocupamos por nuestra salud y forma física, una barriga ya no es motivo de orgullo sino que ahora sólo parece indicar descuido, incontinencia, poca disciplina o falta de moderación con las comidas y bebidas. No os engañéis, la llamada “barriga cervecera” no se debe al abuso de las cañas sino que en realidad no son éstas sino lo que acompaña a estos hábitos, comer mucho fuera, descuidarse con la comida, relajándose con la cantidad y sobre todo el tipo de comida. No le vamos a echar la culpa a la cerveza, que, gracias a Dios, no es tan mala…

¿Por qué es tan difícil tener la barriga plana? La genética tiene buena parte de la culpa, pues como he apuntado en los hombres se acumula la grasa con absoluta prioridad en abdomen, seguido por los costados o crestas ilíacas (los love handles), mientras que en las mujeres está más repartido en abdomen y sobre todo caderas y muslos. Y otro problema más, esa grasa que se acumula en abdomen en los hombres es sobre todo grasa visceral, es decir, en torno a los órganos de la cavidad abdominal, cuyo exceso tan peligroso resulta. Esta grasa no es susceptible de cirugía, así que la única solución es mantener un porcentaje más bajo de grasa corporal, siendo esto imprescindible. Nunca podréis marcar un abdomen firme y menos aún la tableta sólo con abdominales, por más sesiones que hagáis, si no reducís el porcentaje de grasa. De hecho, para marcar tableta habría que rondar alrededor de un 12,5-10% de grasa corporal, bien bajo, en efecto, por eso es tan difícil. Así que, para llegar a ese extremo tan idealizado, mantener un vientre plano y liso exige disciplina con la dieta (nadie engorda si no está sobrealimentado en proporción a sus gastos calóricos, para qué engañarnos), y la práctica de ejercicio intensivo, con mucho esfuerzo, casi siempre imprescindible el gimnasio.

Si no se pretende tanto, pero dejando claro que no hay otra que ser disciplinado y controlar dieta así como practicar ejercicio (tanto aeróbico para acelerar metabolismo y consumir calorías, como sesiones de abdominales),  aporto aquí algunos datos de lo que se considera cifras normales de porcentajes de grasa corporal en hombres, datos obtenidos del American College of Sports Medicine:

20-29 años…………. porcentaje de grasa del 15,9-19,4 %

30-39 años………………………………………. 19-22,2 %

40-49 años………………………………………. 21,1-34 %

50-59 años………………………………………. 22-25,6 %

mayores de 60 años…………………………… 23,5-26,6 %

Por ejemplo, los atletas tienen de un 5-20%, según el deporte, los ciclistas del 5-15% o los soldados profesionales en pleno entrenamiento físico mínimo un 18%

La grasa corporal se incrementa con los años, el metabolismo se ralentiza y el sedentarismo así como las ingestas de comida y bebida aumentan, de forma que se van perdiendo contornos, también el abdomen. Paralelo al aumento de grasa tenemos ese metabolismo cada vez menos eficiente, que va a mantener pero el peso corporal. 

Actualmente se considera que la mejor referencia para evaluar (de manera sencilla) si hay exceso de grasa visceral, más que el perímetro o circunferencia de la cintura, es el índice cintura/altura, de forma que se considera exceso si la medida de cintura supera la mitad de la altura, es decir, nos dice que tenemos más de un 25% de grasa visceral en nuestro cuerpo. Apuntaré aquí que el porcentaje que se considera excesivo para mujeres en cuanto a grasa corporal es un 31%, pues en mujeres está más repartida.

La grasa corporal puede ser de dos tipos, visceral y subcutánea:

La grasa visceral es la que se acumula alrededor de los órganos intraabdominales, intestino, hígado, grandes vasos (a los que comprime)…y su exceso (peligro cuando el porcentaje supera el 25%), más allá de una barriga prominente, es causa de enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, apnea del sueño, artrosis, enfermedades de la vesícula biliar, hígado graso o algunos tipos de cáncer. El porcentaje de grasa visceral es mucho mayor en hombres que en mujeres, aunque se iguala pasados los 60 años para ambos sexos. Y, obviamente, esta grasa no la podemos quitar con liposucción. Y aquí quiero aclarar aunque es evidente, no se puede hacer una liposucción dentro de la cavidad abdominal, pues claro que no, y es que tantas veces en la consulta los pacientes me preguntan decepcionados por qué no, que si eso significa que entonces no le podemos quitar esa grasa… pues no, no podemos, ése es trabajo vuestro.  El problema es que no es sólo una cuestión estética, como veis. 

La grasa subcutánea es la que se acumula, en flancos, pecho, alrededor del ombligo, cuello… (esto para los hombres), y es la que antes responde a nuestros cuidados. También es la única susceptible de tratar con cirugía, pues aquí sí que podemos hacer una liposucción.

El ombligo masculino

En cuanto al ombligo, en los hombres no tiene en absoluto la carga erótica que tiene en la mujer. Simplemente el ombligo es la cicatriz que queda cuando cae el cordón umbilical, y de aquí viene su simbología, pues representa lo que nos une a la madre, pero también a la tierra. El ombligo es el punto central en el cuerpo del hombre y también simboliza el centro de nuestro cuerpo, de nuestra vida, del universo, aunque este concepto es más extendido en las culturas orientales.  En las culturas occidentales  viene a representar más bien, al ser nuestro centro, el egocentrismo, y también aquello que hay como más carnal o “humano “frente a lo espiritual.  Pero sí, el ombligo, y nuestro vientre, es lo más humano en nuestro cuerpo, por eso es un punto tan íntimo, y por ello también mostrarlo tiene tanta resonancia, exhibición de sensualidad en la mujer, o de la fuerza en un hombre, o el máximo de nuestra vulnerabilidad… Y la mayoría de las personas sienten aprensión cuando se les toca el ombligo, más allá de la enorme cantidad de terminaciones sensitivas, es por algo más.

Lejos de cualquier resonancia erótica, un ombligo rodeado de una barriga suave y redondeada nos parece infantil, da sensación de indefensión, mientras que un ombligo hundido entre músculos fuertes  ya no trasmite vulnerabilidad en nuestro centro físico sino fortaleza.

Simbología del vientre

El vientre es nuestro centro, y nuestro punto más débil. No está protegido por una caja de huesos protectores sino por fascias y músculos. Y representa nuestras emociones más intensas, como si nuestros sentimientos más fuertes salieran (o los acusáramos en) de nuestra tripa. No por casualidad estómago e intestino son los principales órganos diana, junto con la piel, de las patologías psicosomáticas. El abdomen es nuestro frágil y sensible centro que traduce nuestras emociones y nuestra necesidad de protección. De aquí que un abdomen relajado o redondeado trasmita menos control y menos disciplina, y también más vulnerabilidad, mientras que uno firme en un hombre sea sugerente de fuerza, de capacidad de controlar no sólo tu forma de vida sino también tus emociones, y tal vez también por extensión pueda sugerir capacidad de controlar las emociones de los demás y ser capaz de liderar.

En resumen, es cierto que hay mucha presión y obsesión por un abdomen plano y tonificado, pero esto va más allá del aspecto estético o de su carga sensual, es que tener barriga parece indicar que se es indulgente consigo mismo, poco disciplinado, más dado a disfrutar de las comidas y bebidas que al ejercicio físico, lo que no trasmite una imagen tan atractiva o de control sobre la vida o al menos el cuerpo. Y, si el descuido es mayor, ya no es tanto cuestión el dar una imagen descuidada respecto al propio cuerpo sino que empieza a ser peligrosa para la salud esa cantidad de grasa acumulada en el interior del abdomen. Tal vez no nos preocupe qué imagen trasmitamos (lo que me parece perfecto) pero sí debería inquietar si esa relajación en los hábitos , por más que presuponga buena capacidad para disfrutar de los placeres de la vida (hay muchos, además de la comida y las cañitas, que están genial) pueda conllevar un riesgo aumentado de sufrir patologías como diabetes o ataques cardíacos, eso ya no tiene tanta gracia.

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