Ésta es una cirugía en alza, que en realidad reúne dos tendencias: una la de recurrir a la grasa de la paciente para remodelar el pecho, tanto en mujeres que simplemente tienen un pecho pequeño o normal y quieren aprovechar la grasa de otras zonas para realzarlo, como en mujeres que desean retirarse los implantes mamarios, pero no quedarse con el pecho vacío sin más. La segunda tendencia es que cada vez son más las mujeres que, tras años con implantes, nos piden retirarlos y rechazan la opción de un nuevo implante.
La grasa como recurso para el aumento o la mejora del pecho
Funciona, lo sabemos, llevamos años haciéndolo y sabemos que sí se mantiene, no en grandes volúmenes, pero sí como para conformar una talla más. Y cada vez nos da más pena tirar la grasa obtenida tras la liposucción en otras zonas, tipo abdomen, muslos o caderas, y así se lo digo a mis pacientes.
La grasa no la deberíamos desperdiciar, con lo útil que resulta para mejorar el pecho, los glúteos, la cara…
Podemos recurrir a los injertos de grasa en el pecho en diferentes situaciones:
– AUMENTO de una talla (o más exactamente, una copa) en mamas normales como técnica única, tanto en pacientes que de entrada buscan un aumento como en pacientes (las más) que desean una liposucción en otras zonas y quieren aprovechar esa grasa para realzar su pecho.
– Asociación de IMPLANTE MÁS LIPOFILLING, por ejemplo en escote o para resolver asimetrías difíciles, como algunos casos de mamas malformadas o tuberosas. Esta opción es muy interesante, pues nos permite recurrir a implantes más pequeños y, por tanto, con mejor evolución en el tiempo.
– La grasa como ALTERNATIVA tras la retirada de implantes mamarios. Hay pacientes a las que los implantes les dan problemas y les recomendamos que se los retiren, pero también hay muchas que, tras tener problemas, no quieren pasar ya más veces por quirófano y rechazan nuevos implantes. La grasa es un gran recurso en estos casos, sobre todo si tienen poca glándula y es difícil su remodelado.
– Injertos de grasa como opción en la RECONSTRUCCIÓN MAMARIA, tanto en la mama afectada como en la contralateral para buscar la simetría. Perfectos para ayudar en secuelas de radioterapia y para tratar déficit de volumen que no pueda tratarse con implantes.
La paciente debe o desea retirarse los implantes mamarios y ya no quiere nuevas prótesis
Como refería más arriba, en algunos casos no muy frecuentes somos los cirujanos los que recomendamos a las pacientes la retirada definitiva. Casos de pacientes que arrastren problemas tipo seromas de repetición (en los que habría que descartar otras patologías), contracturas capsulares recidivantes tras varias cirugías, problemas cutáneos…
Ahora tenemos esta opción, que nos permite ofreceros una alternativa razonable, evitando dejaros con un pecho vacío sin más y a veces con secuelas de estos problemas.
Lo que es cada vez más frecuente es que sean las pacientes las que solicitan la retirada definitiva y no quieren saber nada de nuevas prótesis. ¿Por qué? Uno de los motivos puede ser porque han tenido algún problema que las obligue operarse, por ejemplo una rotura, y ya no quieran operarse nunca más a causa de los implantes. También, porque con el tiempo han cambiado su idea y ya no quieren verse con implantes (algunas pacientes me dicen que los perciben como un cuerpo extraño que no llegan a integrar en su esquema corporal), puede que porque ahora tienen más peso y se ven el pecho demasiado grande, o porque años después resulta que se quieren ver con un pecho pequeño y ya no quieren sus prótesis.
Esto es fácil de entender, en diferentes etapas de nuestra vida podemos tener conceptos estéticos distintos.
No son pocas las mujeres que con veinte años se operaron para aumentar su talla mamaria y décadas después (algunas incluso pocos años después) ya no saben ni por qué se operaron, y deciden que ya no les gusta su pecho aumentado, con unos implantes que de pronto (o no tan de pronto) sienten como algo artificial y extraño.
Pues eso, lo mismo hay pacientes que no quieren de ningún modo verse sin sus prótesis, sin ese volumen y forma que les aporta al pecho, que las que, por el contrario, para nada quieren tener puesto un implante.
Todas las opiniones deben ser respetadas. Hace tiempo que dejé de insistir a mis pacientes para que se vuelvan a poner implantes cuando deben hacerse un cambio o retirada. Igualmente las respeto si, por más que tengan el pecho perfecto, me piden que les retire las prótesis. Pero insisto en darles opciones, pues son pocas las que quedan bien con una retirada sin más, el pecho no se queda como antes de la primera operación tras la distensión tisular de estos años aumentado, y eso lo deben saber.
Básicamente, las opciones tras retirar un implante son:
1-. No hacer nada. No me gusta nada esta opción e insisto siempre en que se hagan algo más.
2-. Mastopexia, o remodelado de la glándula en el caso de que haya volumen de tejidos suficiente para conformar un pecho bonito (pequeño, pero bonito). Esta opción supone cicatrices, casi siempre periareolar más vertical, incluso puede que alguna horizontal tipo T invertida. La mastopexia se torna imprescindible si el pecho era voluminoso, bien por una prótesis previa bien porque hubiera también mucha mama.
3-. Lipofilling o injertos de grasa. Perfectos si la paciente no tenía implantes grandes, los tejidos estarán poco distendidos y se adaptarán bien. Como he explicado más arriba, la grasa no da para crear mucho volumen mamario, pero, si la paciente se ve bien con un pecho pequeño o es delgada, podremos conformar un pecho de aspecto normal y sin secuelas en una sola sesión. Si la paciente desea un volumen un poco mayor, se puede planificar una segunda sesión de lipofilling.
4-. Mastopexia + lipofilling, cuando hay piel en exceso tras la retirada pero el volumen de glándula es escaso.
¿Hace falta tener mucha grasa donante para sustituir un implante por grasa?
La buena noticia es que no, no hace falta tanto, e incluso en pacientes delgadas podremos conseguir unos 250-300 cc de grasa limpia para cada mama. Esta es la cantidad que estimo mínima para hacer un pecho pequeño de aspecto normal.
Es fundamental, especialmente en mujeres muy delgadas, aprovechar y optimizar muy bien la grasa presente en su cuerpo. Lo que pasa por tratar diferentes zonas donantes (trocánteres, abdomen, costados, espalda, cara interna de muslos, rodillas…) en una cirugía que no debería ser muy prolongada y con un sistema de procesado de la grasa que la obtenga rápido (los adipocitos o células grasas mejoran su viabilidad si se infiltran rápido tras su obtención) y de forma lo menos traumática posible, con un procesado también muy respetuoso y atraumático para su limpieza, lavado y decantado.
Estas técnicas me gustan tanto que he incorporado el sistema Body-Jet o liposucción asistida por agua (WAL, Water Assisted Liposuction). Este sistema me permite una extracción rápida y atraumática de la grasa, gracias a los chorros de agua que permiten aspirar los adipocitos casi flotando y con mínima lesión de estructuras, y sobre todo un procesado casi inmediato de la misma, de forma que, en cuanto se termina la liposucción, tenemos la grasa preparada para su infiltración. Es por esto que este sistema es el que consigue una mayor supervivencia de la grasa, algo crucial si nuestra paciente es delgada y no nos podemos permitir desperdiciar la poca grasa que tiene (y por supuesto dejando bien las zonas donde hacemos liposucción).
Recordad,
incluso en mujeres delgadas podemos obtener grasa suficiente para la sustitución de prótesis por grasa, con un buen sistema de liposucción y procesado, claro está.
La grasa no da problemas nunca y no supondrá tener que pasar nuevamente por quirófano, salvo que queráis más volumen. Como decía al principio, no es buena idea tirar la grasa ¿verdad?
Os muestro este caso clínico de una paciente muy delgada que debía intervenirse para retirar unos implantes de larga evolución, con rotura intracapsular bilateral, además de mal posicionados (tras una contractura capsular habían quedado anormalmente altos).
Los implantes eran pequeños y la paciente tenía un volumen de glándula mínimo, pero ella me pidió retirarlos sin sustituirlos por otros, a pesar de varios cirujanos le habían insistido en que debía ponerse otros dada su atrofia mamaria. Dado que estas decisiones de las pacientes deben ser respetadas (ella no quería más implantes y no le importaba quedarse sin pecho tras retirarlos) yo le ofrecí remodelar y aumentar su pecho con los escasos depósitos de grasa que tenía.
Con el sistema Body-Jet obtuvimos 280 cc de grasa limpia para cada mama, con una muy buena supervivencia de la misma. Las fotos del postoperatorio tras dos meses muestran un volumen similar al de un mes postoperatorio.
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