La ginecomastia, como ya he explicado en artículos anteriores, es el desarrollo excesivo de la glándula mamaria masculina. La composición de esta mama hipertrofiada es una mezcla de tejido adiposo (en especial en pacientes que han tenido cierto sobrepeso y más si lo arrastran desde la infancia, porque aunque el paciente adelgace esta grasa a veces se mantiene)  y de tejido glandular, muy fibroso.

[ ESTE POST CONTIENE IMÁGENES CLÍNICAS INTRAOPERATORIAS QUE PUEDEN RESULTAR SENSIBLES ]

Aunque hay pacientes que tienen un claro predominio glandular (o exclusivamente glandular, muy típico en casos secundarios a la toma de anabolizantes o algunos fármacos, pero también los hay sin relación farmacológica ninguna) y otros de claro predominio graso, lo cierto es que en la mayoría, aunque sea grasa, siempre tienen una pastilla de glándula importante.

El tratamiento, solo quirúrgico si el paciente tiene un peso normal, se planificará teniendo en cuenta el porcentaje de grasa y de glándula, así como el posible exceso cutáneo. Se suele pedir un estudio ecográfico para el preoperatorio, aparte de una oportuna valoración por un endocrino en algunos casos.

  • El componente graso se corrige con liposucción, que habitualmente abarca toda el área torácica y se realiza con la idea de una lipoescultura de definición. Este es siempre el primer paso en la cirugía y hay casos en los que es suficiente solo con la liposucción.
  • El componente glandular se corrige con una mastectomía subcutánea, en la que, abriendo por el margen inferior de la areola, se diseca la glándula y se reseca prácticamente en su totalidad, a excepción de una pastilla retroraeolar para evitar que ésta quede hundida o adherida al músculo pectoral. Como habitualmente hemos hecho antes (en el mismo tiempo quirúrgico) una liposucción, queda muy bien definida la glándula a resecar.

Cuando hay exceso cutáneo en casos más importantes hay que asociar diferentes técnicas de reducción, desde periareolares (la mayoría se corrigen con una pexia periareolar) hasta resecciones mayores que dejan una cicatriz en el surco submamario u otras más extensas tipo boomerang o más prolongadas en costado.

En el caso que ilustramos aquí, teníamos una ginecomastia importante. Debimos asociar liposucción en tórax, mastectomía subcutánea resecando una pieza de glándula bastante grande en ambos lados, junto a un pexia periareolar para reducir envoltura cutánea, ptósica, que logró elevar y reducir la areola, además de tensar la piel sobrante.

Es más que ideal intentar que las cicatrices se limiten al contorno areolar, fácilmente camuflables, por lo que es buena idea confiar en la retracción cutánea (bastante notable tras la liposucción y la mastectomía), a riesgo de que pueda quedar un poco de excedente de piel pasados unos meses, fácil de corregir con una segunda cirugía, mucho más sencilla que la primera, en la que podemos ajustar un poco más la resección, adaptándola de nuevo a una cicatriz periareolar.

Aquí mostramos los resultados al año de la cirugía. En este paciente debimos realizar esta segunda cirugía, bajo anestesia local la segunda y con anestesia general la primera, para ajustar un poco más la piel que no había completado la retracción y resecar un poco más de tejido. Vemos el contorno bien corregido y las cicatrices de muy buena calidad fáciles de disimular pues respetan el contorno de las areolas.

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