No todos los lunares que parezcan raros son patológicos, de hecho, es normal tener de 10 a 45 lunares de colores, tamaños y formas distintas. Pero sí es cierto que cuando aparece un lunar (o nevus) muy diferente a los otros, es conveniente consultar a un especialista (vuestro dermatólogo sería el más indicado, pero un cirujano plástico también os puede ayudar).

El melanoma, el más maligno de los cánceres de piel (los otros son el carcinoma basocelular, que es el menos agresivo, y el carcinoma epidermoide), tiene una evolución muy rápida, por eso el tiempo es crucial. Si se detecta en su etapa inicial es muy fácil controlarlo y curarlo por completo, pero si alcanza cierta profundidad puede haber iniciado su diseminación por vasos linfáticos y el pronóstico varía. Ante la duda, consultad.

Crédito: Adobe Stock/ https://www.hola.com/estar-bien/20180420122997/cancer-de-piel-melanoma-signos/
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¿En qué se diferencia un lunar normal de un melanoma?

Un nevus normal tiene el color uniforme, que puede variar desde el marrón claro hasta el marrón oscuro, incluso negro; sus bordes están bien definidos respecto a la piel circundante; su forma es redondeada, y el crecimiento es muy lento, al ritmo del desarrollo de nuestro cuerpo si surge en la infancia.

Por otro lado, un lunar atípico presentará asimetría (se puede dividir el nevus en dos mitades y si estas son diferentes en tamaño o forma, es patológico); bordes irregulares y mal delimitados; cambios de color, sobre todo negro y azul, de distribución irregular; aumento del diámetro, y más patológico aún cuando crece a partir de un lunar previo de cierto tamaño (más de 6 mm); y con una evolución muy variable en color, tamaño y forma, a la que se pueden sumar otros signos de alarma como picor, sangrado, salida de pigmento desde el lunar a la piel normal, imagen de rebosamiento del contenido del lunar, costras o heridas en el lunar que no cicatrizan… No todos los melanomas muestran estos signos, algunos los tienen todos y otros apenas uno o dos.

Factores de riesgo, ¿qué causa un melanoma?

El principal agente cancerígeno, culpable de la aparición de un melanoma, es la radiación solar (los rayos ultravioletas pueden causar cambios en el ADN de los melanocitos, que son las células cutáneas responsables de la producción de la melanina).

Aunque no es el único, pues los lunares malignos también pueden desarrollarse en zonas no expuestas al sol. Aquí intervienen, por tanto, elementos de fallo del sistema inmunológico y factores genéticos.

Sin embargo, la radiación solar sí es el único de estos factores que podemos “controlar”, evitando o reduciendo la exposición solar, en especial si se es parte de alguno de estos grupos de riesgo:

– Piel clara. Las personas con una piel más blanca (fototipo bajo) producen menos melanina y están menos protegidas de los rayos ultravioleta. Mi consejo para estas personas es que no intentéis ponernos morenos, porque difícilmente lo vais a conseguir y el precio puede ser muy alto: foto envejecimiento con toda seguridad, y alto riesgo de cáncer de piel.

– Historia de quemaduras solares, sobre todo las que de niños nos hacemos jugando en la playa y les damos poca importancia en el momento, pero que predisponen a un melanoma en la edad adulta (recordad que la espalda es una de las zonas más  frecuentes de incidencia de melanomas y la que más quemaduras solares sufre)

– Vivir en áreas geográficas cercanas al Ecuador o en zonas muy altas, donde los rayos ultravioleta inciden casi perpendicularmente o con más intensidad.

– Tener muchos lunares (más de 50) o presencia de lunares atípicos. No son malignos, pero sí tienen más riesgo de cambiar pues en ellos los melanocitos son más activos y más proclives a las atipias y cambios neoclásicos. Los nevus displásicos  son algo diferentes de los normales, a veces pican o son más oscuros… deben estar siempre vigilados por un especialista.

– Factor genético, historia familiar de melanoma.

– Personas con alteraciones en su Sistema Inmune. El sistema inmune es el que controla y frena la multiplicación celular, también la patológica, por ello cuando no funciona bien hay más riesgo de aparición de neoplasias o cánceres de piel. Este es el caso de infección por el VIH o, por ejemplo, en personas que ha recibido un trasplante de órganos y, por tanto, deben tomar medicación inmunosupresora.

Prevenir el riesgo es sencillo, usando siempre fotoprotectores de índice elevado, todos los días, así como ropa que proteja de los rayos UV. Y en segundo lugar, si detectáis que tenéis algún lunar raro, diferente, o que ha cambiado recientemente, no dudéis en acudir al especialista. Insisto que el melanoma es curable si es superficial, es decir, si no ha tenido tiempo de profundizar en vasos linfáticos. El factor profundidad decide el pronóstico, por eso el tiempo corre. No se puede dudar, ante la más mínima sospecha consultad cuanto antes.

DRA. MARITINA MARTINEZ LARA
Médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora

www.doctoramartinezlara.com