Reparar un lóbulo auricular rasgado siempre precisa refrescar los bordes del área y suturar de nuevo, con frecuencia asociando algún tipo de plastia.

Cuando además de rasgado vemos el lóbulo muy adelgazado o elongado, algo muy común con los años, la mejor opción es hacer una plastia de reducción del lóbulo, que lo deja más pequeño y redondeado, así como con un tejido más firme para soportar el uso de los pendientes.

Este caso muestra un lóbulo secretamente dañado y con varios puntos de rasgado completos por haber probado a hacer agujeros para los pendientes en una piel muy frágil que se iba rasgando enseguida. La única opción fue retirar todos esos festones de piel y hacer una plastia con el tejido restante, que nos dejó un lóbulo muy pequeño, pero de aspecto del todo normal.

Nota: en esta paciente le recomendé que no intentara ya hacerse más agujeros en el lóbulo. Y, desde luego, para todos los casos de lóbulos rasgados, lo más sensato es evitar pendientes pesados y valorar si hay alguna alergia al metal.

 

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