¡La pregunta del millón! Es muy habitual, tenéis miedo a quedaros cortas pero también os preocupa que sea demasiado grande el aumento mamario. Lo primero que debemos aclarar es que no es el volumen (los cc) del implante lo que importa, sino el tipo y sus medidas. Una prótesis con una diferencia de 20 cc de otra apenas se nota, mínimo sería a partir de los 50cc. Es la forma, proyección y las proporciones lo que definen un pecho bonito que no tiene que ser forzosamente pequeño ni grande, con cualquier volumen puede quedar bonito mientras esté proporcionado y corrija los déficits de volumen. La forma del pecho y del tórax son determinantes para decidir las características de la prótesis por eso es necesario que os probéis las diferentes opciones para tener una imagen más real (que no definitiva) de los resultados.

En ocasiones hay que insistir en un implante mayor de lo que la paciente tenía en mente, pero es cierto que las solicitudes de tamaños grandes en ocasiones dificultan el trabajo. No siempre se puede realizar un aumento importante, o al menos sin riesgos como estrías, malposición, palpación de implante o mayor incidencia de roturas. La petición más habitual es “algo proporcionado y natural” pero ya que os operáis tampoco queréis quedaros cortas, lo entendemos. El cirujano os hará una recomendación tras la exploración y después de escuchar vuestros deseos, ajustando al máximo vuestras proporciones, pero no olvidéis que la última palabra la tenéis vosotras y deberéis tomar la decisión de escoger entre algo realmente proporcionado o algo no tan natural. Si finalmente escogéis hacer caso a las recomendaciones de profesional, tened muy claras las explicaciones para no lamentar después que las queríais más grandes.
No os sometáis a la intervención hasta tenerlo todo bien claro y habiendo escuchado y entendido bien los argumentos del cirujano.

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Con frecuencia, los cirujanos nos sentimos forzados a poner prótesis de dimensiones un poco mayores, justo o bordeando el límite de lo que corresponde, porque la paciente presiona y estamos convencidos de que si no cedemos el resultado será una paciente frustrada o descontenta. Por eso debemos intentar, procurando no exceder esos límites que marcan vuestras dimensiones, llegar a ese óptimo entre opinión del cirujano y deseo de la paciente.

Es cierto que una prótesis algo más pequeña y mejor integrada y ajustada a las dimensiones de la paciente , queda mejor rodeada o cubierta de glándula (menos expuesta a rotura), destiende menos los tejidos y se adapta mejor a futuros cambios en el cuerpo.

Pensadlo bien, siempre la última decisión será vuestra. Informaos, preguntad, entended y asumid las consecuencias de vuestras decisiones. Tan simple como conseguir una buena comunicación con vuestro cirujano.