Tener un pecho demasiado grande es algo que acompleja muchísimo y hace años que vemos en nuestras consultas que estas pacientes no esperan a tener embarazos para plantearse la cirugía. Así, no es nada raro que chicas veinteañeras nos pidan una reducción mamaria.

Y saben perfectamente que esto supone cicatrices y también, que su pecho va a seguir cambiando con los años. Llevan muy mal lo de tener una copa E o F que, además de suponer mucho peso, les impide o dificulta la actividad deportiva, vestirse como desearían, tener una imagen corporal con la que se sientan identificadas, en suma. Es por esto que deciden operarse.

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Mi sugerencia es siempre que busquemos un pecho pequeño, en la idea de que cuanto menos volumen y peso, menos acusará los cambios ponderales, los embarazos, la gravedad… En conclusión: una copa B o máximo C pequeña, en parte también adaptándonos a sus proporciones corporales.

El caso de hoy

Mi paciente, muy joven, tenía una hipertrofia mamaria y siempre había sido muy delgada. Tenía unos tejidos algo laxos que habían permitido bastante ptosis mamaria ya a su edad. Ella aceptó el objetivo de dejar una talla pequeña que, por otra parte, le quedaría muy bien en su cuerpo delgado.

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Se le realizó una reducción tisular de 330 gr en la mama izquierda y 210 gr en la mama derecha. Su postoperatorio ha transcurrido sin incidencias y mostramos este resultado que nos gusta mucho a tres meses de su cirugía.

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Gracias por vuestra comprensión.