¿Todavía hay quien se lo pregunta? La respuesta es sí, además es una de las tendencias que más ha aumentado en los últimos años, la de asociar la liposucción con el uso de esta grasa para el aumento de otras zonas corporales. Hay varias razones que expliquen el auge del lipofilling:

La primera es el cambio en el concepto estético. Y es que, aunque amemos la diversidad y las peculiaridades individuales, lo cierto es que en nuestra sociedad tan globalizada también el canon de belleza parece universalizarse y se orienta hacia cuerpos con curvas. Ya no se busca un cuerpo lo más delgado posible sino que se ha empezado a valorar más un cuerpo con las curvas donde deben estar, es decir, cinturas estrechas y caderas y glúteos marcados (en mujeres, claro, pero también en los hombres podemos aplanar el abdomen y aumentar los glúteos, cambiando curvas). Ya no se trata de quitar sin más las cartucheras, sino más bien de rebajarlas un poco y aumentar las caderas. Antes se buscaba que quedaran rectas y ahora las queremos redondeadas.

La segunda razón que explica por qué nos gusta tanto aprovechar la grasa es que es auténtico oro líquido, pues está comprobado que estas células grasas pueden injertarse o infiltrase en otra zona y sobrevivir de forma estable, son perfectas para dar volumen a zonas deficitarias (y no tan deficitarias), como los senos, los glúteos, la cara, las manos, adherencias cicatriciales… El lipofilling, además de corregir o rebajar esos depósitos de grasa en abdomen, muslos o espalda que tanto nos desagradan, permite -en vez de tirar esa grasa como hacíamos antes, tras procesarla- usarla para realzar otras zonas corporales.

Una tercera razón. La forma más habitual de aumentar el pecho o los glúteos es mediante implantes, cuyos magníficos resultados conocemos, así como su evolución a corto y largo plazo. Pero hay pacientes que no desean tener un cuerpo extraño como son las prótesis, que tengan que revisarse y cambiarse, prefieren la opción de hacer este aumento con un material autólogo, suyo, natural, que no precisa ningún tipo de revisión ni recambio ni tiene complicaciones a largo plazo. Claro está que un pecho aumentado con grasa no queda igual que uno con implantes, realmente no se consigue lo mismo, y esto es algo que hay que valorar según cada caso y explicar en la consulta. Y también debe quedar claro que un aumento de glúteos necesita un volumen importante de grasa para ofrecer un buen resultado, por lo que hay que tener suficiente grasa en otras partes del cuerpo. Pero también es una opción más que interesante, además de los casos citados, para completar al retirar implantes de mama, para hacer una reconstrucción mamaria, o como asociación a un implante mamario o glúteo si queremos dar volumen en zonas de alrededor cuando se prefieren implantes más pequeños (y menos problemáticos).

Crédito imagen: Thinkstock/ https://www.hola.com/belleza/caraycuerpo/2014100674103/cirugia-estetica-mitos/
Crédito imagen: Thinkstock/ https://www.hola.com/belleza/caraycuerpo/2014100674103/cirugia-estetica-mitos/

Definitivamente sí se puede utilizar la grasa obtenida de la liposucción para realzar otras zonas. Esto supone un planning diferente para las cirugías, pues ya no serán cirugías para reducir volúmenes (desde luego no para adelgazar, ya lo sabéis), sino que buscaremos una remodelación corporal extensa, englobando senos, abdomen, espalda, muslos, glúteos, cara… Hay que tener siempre en mente que las zonas de donde se saque la grasa deben ser buenas candidatas para una liposucción (buena piel especialmente) y que la que pensamos que vamos a sacar sea suficiente para tratar las zonas a aumentar.

Lógicamente estas cirugías van a ser mucho más largas, al combinar varias en una, de ahí que también se haya evolucionado mucho en los sistemas para la extracción de esta grasa y su procesamiento. Sea el sistema que sea, debe garantizar que las células grasas o adipocitos se extraen de forma eficaz y rápida sin dañar estas células, que son bastante sensibles. Se trata de obtener este tejido graso sin traumatizarlo, de forma que pueda sobrevivir como un injerto que es en la zona donde lo infiltremos. Si el método es muy largo las células van a sufrir y entonces sobrevivirán menos. Lo mismo si se aspira con mucha potencia, o si se expone al aire, o si se rompe… Por mi parte, en mi consulta he incorporado el sistema Body-Jet o liposucción asistida por agua, que permite una extracción rápida y con el mínimo daño tanto a los adipocitos como a los tejidos de alrededor, al tiempo que garantiza una mayor supervivencia de estos injertos grasos tras infiltrarlos, al estar menos dañados.

El objetivo es conseguir siempre el mejor resultado posible. Y dado que conocemos el potencial del tejido adiposo (o tejido graso) para dar volumen, mejorar la calidad de los tejidos, regenerar cicatrices o tejidos irradiados, merced a las células madre presentes en el tejido graso (y que trasplantamos cuando lo injertamos), es buena idea ofreceros usarlo para tantos fines, en vez de tirarlo ¿no os parece?

DRA. MARITINA MARTINEZ LARA
Médico especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora

www.doctoramartinezlara.com