Este es uno de esos casos en que la cirugía verdaderamente ayuda a mejorar la vida de nuestras pacientes. Ella acudió con dos problemas muy importantes, por un lado una tremenda asimetría que la tenía acomplejada desde su adolescencia, pues su pecho derecho era hasta cuatro tallas mayor que el izquierdo (y todos sabemos cuánto pueden llegar a acomplejar las asimetrías evidentes, y ésta era muy muy evidente).

Por otro lado, y esto le afectaba aún más, era la verdadera causa de su consulta, su pecho derecho, el más desarrollado, estaba aquejado por una avanzada mastopatía fibroquística, muy dolorosa y que le suponía continuas visitas a su ginecólogo así como las correspondientes ecografías y mamografías.

Veo en mi consulta que muchas mujeres no saben qué es una mastopatía fibroquística y soy yo quien entonces les explica cuando me traen sus pruebas radiológicas donde indica que padecen esta patología. Esto lo tratan los ginecólogos pero a veces la ecografía o mamografía que nosotros les prescribimos es la primera que se hacen y por ello desconocían el tema, o bien al ser una patología benigna quizás no se les había explicado antes gran cosa.

Lo primero que hay que hacer es aclarar que se trata de una patología benigna, es más, ni siquiera es una patología sino más bien alteraciones en la glándula mamaria como respuesta anormal a los estímulos hormonales. Esto se traduce en la formación de quistes, sin cápsula y con fluctuaciones de tamaño a lo largo del ciclo ovárico, y áreas de fibrosis, de ahí el nombre. La mitad de las mujeres tendrán estos cambios o alteraciones durante sus edad reproductiva, para ir mejorando tras la bajada hormonal que conlleva la menopausia. No es una patología que suponga un riesgo de malignidad, no es maligna ni se maligniza, pero sí puede dificultar si hay mucha fibrosis la detección de un cáncer (porque se vean peor las ecografías o mamografías) y también puede acarrear la necesidad de hacerse mas pruebas radiológicas e incluso toma de biopsias. Pero ni es maligna ni aumenta el riesgo de cáncer, que quede claro.

Las mastopatías fibroquísticas tienen grados, que van desde la presencia de quistes mas o menos grandes a la formación de densificaciones fibrosas que son los fibroadenomas, del todo benignos y que se palpan como bultos duros en el espesor de la glándula que no se adhieren a piel (y nunca malignizan, insisto en ello), a grados de intensa fibrosis donde se hace muy difícil un buen diagnóstico radiológico. Estas fibrosis intensas si se acompañan de formación de quistes de gran tamaño pueden resultar muy dolorosas, sobre todo los días previos a la regla pero a veces pueden ser muy dolorosas todo el tiempo, sumado a la enorme preocupación por los continuos cambios, palpación de nuevos abultamientos o lesiones, más visitas, más pruebas, más estudios. A veces es un tremendo sufrimiento, y lo que desean las pacientes es que les quitemos la mama y así el dolor y tantas preocupaciones (pues aunque sean lesiones benignas ya sabemos todas que cada vez que nos hacemos una mamografía porque nos hemos o han detectado un bultito nuevo o quieren controlar uno previo la preocupación es enorme).

Pues bien, mi paciente tenía una mama de un gran tamaño y con una importante alteración fibroquística que le dolía muchísimo pues tenía muchos quistes de gran volumen. Llevaba muchos años pasándolo muy mal con ese pecho que, además, era como cuatro tallas mayor que el otro, y es fácil entender lo difícil que es manejarse con estas diferencias de tamaño, para encontrar sujetador (poner muchísimo relleno en el lado pequeño), para vestirse o, simplemente, para verse.

Mi paciente quería quitarse toda la mama, pero al no tener alteraciones en su glándula que predispusieran a cambios precancerosos no había indicación de una mastectomía preventiva (deseo aclarar que la indicación de mastectomía profiláctica hay que discutirla muy bien pues es mucho más compleja la cirugía, el postoperatorio y la evolución, y es además competencia de ginecología esta decisión). Pero sí que se podía hacer una reducción importante de tejido que realmente la aliviara y ayudara. En su caso se trataba de hacer una reducción algo mayor de lo habitual si nuestro objetivo era quitarle mucha glándula, por lo que habríamos de reducir ambas mamas, también la mama izquierda que tenía un tamaño normal y nada de patología. 

El plan fue aceptado con entusiasmo por mi paciente, por lo que realizamos una mamoplastia de reducción, con un patrón algo atípico pues lo que nos dirigía la resección de tejido no era el concepto arquitectónico habitual en el que calculamos previamente el tejido a resecar, sino que fuimos haciendo la excisión de todas las áreas con quistes, intercomunicados y muy voluminosos, las áreas de fibrosis circundante, las placas de adenosis, las zonas de más actividad, para remodelar después dando forma a los tejidos que dejamos. Operamos por ello la mama derecha la primera, resecando 700 gr de tejido, y a continuación simetrizamos resecando una cantidad mucho menor en la mama izquierda, en concreto 210 gr. Por supuesto se envió a estudio el tejido resecado en la mama derecha. 

Mostramos el resultado a 4 meses, con la reducción de una talla en mama izquierda y 4 tallas en la derecha, dejando una copa B que como veis no le puede quedar mejor a mi paciente. Se ha corregido la asimetría brutal que mostraba y, sobre todo, ella ha cambiado del todo en cuanto a calidad de vida pues ya no le duele nada el pecho, puede hacer deporte, puede dormir y apoyarse en ese lado y tiene un aspecto, sin más, normal. La cirugía plástica es también reparadora y resuelve los problemas de nuestras pacientes, a veces la estética es un problema secundario ante la magnitud de los otros problemas, pero cuando además de corregir lo patológico conseguimos una tan bonita estética no podemos ser más felices con nuestro resultado. Por eso os lo compartimos mi paciente y yo.

OTROS POST RECOMENDADOS

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.