Reflexiones de una paciente respecto a sus mamas tuberosas

Hace casi tres meses de mi operación de pecho de mamas tuberosas. Hoy me decido a hablar sobre mi experiencia durante este proceso para mostrar todo lo que he vivido, con el objetivo de ayudar y animar a cualquier mujer que se encuentre en mi misma situación.

Mi día a día con mamas tuberosas

Todo comenzó hace unos años ya que, desde que empecé a desarrollarme, yo misma me daba cuenta que mi pecho no era como el resto, era un pecho raro, feo, extraño, que desde el primer momento me creó inseguridades en mí misma. Esto provocaba que no me sintiese a gusto delante de la gente sin ropa, constantemente me comparaba con el resto de chicas, ya fuesen amigas, familiares, llegando al punto de no poder mirarme en el espejo. Un día, decidí comentárselo a mi entorno más cercano, pero debido a que era todavía bastante pequeña, nadie me creía: me decían que seguramente estuviese todavía en edad de desarrollo, que mi cuerpo cambiaría, que dejase pasar el tiempo. Y eso fue lo que hice a pesar de no aceptarme, intenté olvidar el tema y esperar.

Esperé y esperé durante años, pero mi pecho seguía siendo el mismo, ese que, aunque intentaba aceptarme, provocaba en mí miles y miles de inseguridades que afectaban en mi vida y mi día a día. Al ver que nadie me comprendía, decidí comenzar a buscar por mi parte sobre el tema y ahí fue cuando me di cuenta que no era la única chica que tenía ese tipo de pecho.

Un día, describiendo mi pecho a través de Internet, me aparecieron varios foros donde muchísimas chicas se desahogaban explicando cómo se sentían y cómo eran sus pechos. Con cada historia que leía me sentía reflejada y, en ese momento, me di cuenta que no era un bicho raro: simplemente, tenía una malformación llamada mama tuberosa, por lo que decidí informarme de todo lo que podía llevar a cabo para arreglar ese problema que me impedía tener una vida normal.

El inicio del proceso

Tras meses de búsqueda, encontré a la Doctora Maritina Martínez Lara. Desde un primer momento, al ver los cambios de esas mujeres que también padecían el mismo tipo de mamas que yo, me transmitió mucha profesionalidad, ya que eran unos cambios increíbles, por lo que dejé guardada su página, ya que sabía que tarde o temprano iría a visitarla.

Y ese día llegó después de unos meses esperando, teniendo por fin mi primera consulta. Recuerdo ese día con mucha ilusión y nerviosa y, desde el primer momento, nada más explicarle cómo me sentía, ella ya sabía que padecía de mama tuberosa. Me hizo sentir muy segura y, sobre todo, me mostró que no era la única, que todas las chicas que iban por ese mismo problema se sentían igual que yo, por lo que, sinceramente, no me hizo falta ver más doctores y doctoras y decidí por fin cumplir uno de mis sueños.

¿Cómo se planteó la cirugía? Emoción, a pesar de los obstáculos

El proceso antes de la operación fue bastante rápido y emocionante. Yo estaba muy ilusionada, pero cuando tan solo faltaban semanas para la operación, en una de las pruebas que me hice (ecografía mamaria), me sucedió algo que no pensaba que podría pasarme. Hoy quiero recalcar por aquí que durante el camino podemos encontrarnos millones de obstáculos, pero que lo más importante es siempre confiar en nosotros mismos y no dejarnos guiar por nadie, ya que es nuestro cuerpo y somos nosotros o nosotras quien debemos decidir y lo que queremos o no hacer con él.

Durante esta ecografía mamaria, la doctora que me la realizó desde el primer momento me intentó convencer que tenía un problema psicológico por meterme en quirófano para realizarme la operación de pecho, a pesar de que ella, nada más quitarme el sujetador, me remarcó que tenía una gran asimetría y malformación en las mamas.

En primer lugar, me dijo que el dinero que me iba a gastar en la operación de pecho debía invertirlo primeramente en un psicólogo. Seguidamente, me preguntó si tenía pareja, a lo que yo asentí, explicando que mi pareja me aceptaba tal y como era, pero que estaba de acuerdo y a favor de que si, yo no era capaz de sentirme bien conmigo misma y eso provocaba en mí miles y miles de complejos e inseguridades, que yo era la propia dueña de mi cuerpo y que hiciese lo que quisiera. A lo que me respondió que si mi pareja me aceptaba entonces, ¿para qué me iba a meter en una operación? Era una tontería, que a quién pretendía gustarle más, que si no me bastaba con gustar a mi pareja.

En ese momento me quedé helada, ya que no esperaba que una mujer joven en pleno siglo XXI me dijese tal barbaridad, por lo que mi cuerpo reaccionó contestando segundos después que no pretendía gustarle a nadie, solamente a mí misma: a aquella niña que, desde que empezó a desarrollarse, se encontró con miles y miles de impedimentos, de gente que no la apoyaba y de millones de momentos en los que no ha podido mirarse al espejo, ni ponerse ni mucho menos delante de nadie totalmente sin nada que no cubrirse ese pecho feo y horrible que me veía.

«Hoy puedo decir que soy feliz»

Hoy, como he dicho anteriormente, casi tres meses después de mi intervención, me siento una persona totalmente distinta y puedo decir que soy feliz. A diferencia de mi vida de antes, mi momento favorito del día es ducharme y poder estar un rato mirándome en el espejo sin ningún prejuicio, ni complejo y, sobre todo, que me siento segura conmigo misma, que me gusto y me quiero y que, gracias a esa operación, he conseguido sentirme una mujer valiente y segura.

Con esto terminaré mi relato, el cual solamente lo he querido escribir para ayudar a todas aquellas personas sobre todo mujeres que se encuentren en la misma situación o en una situación parecida a la mía. He querido demostrarles que, por muy difícil que sea el camino, por muchos impedimentos que se encuentren que siempre busquen su felicidad, que no oigan opiniones que realmente no les beneficie a ellas, que siempre luchen por lo que deseen.

Aunque parezca una tontería el hecho de poder sentirte segura, femenina, valiente, con fuerza, guapa, hace que no solamente cambies físicamente, sobre todo, psicológicamente. Tu vida dará un vuelco, por lo que anímate y da el paso si es lo que realmente deseas y llevas esperando y, sobre todo, recuerda que no se trata de gustarle a nadie, sino gustarte a ti misma y decidir tú sobre tu propio cuerpo.

OTROS POST RECOMENDADOS:

Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

  • Intervenciones realizadas por otros especialistas
  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.

 


Vuestras dudas: mamas tuberosas

Tras este mes de vacaciones al retomar las respuestas a los comentarios del blog y preguntas múltiples en Facebook y correo electrónico veo que hay varios asuntos que acaparan la mayoría de las preguntas: problemas con los fillers o rellenos, las preguntas de adolescentes respecto a cuándo podrían operarse (de eso escribiré en breve otro post pues me preocupa bastante), las dudas respecto a postoperatorios del aumento mamario y, cada vez más, en torno a cómo plantear la corrección de mamas tuberosas, algunas ya operadas. Hoy quiero aclarar algunos puntos a propósito de este último tema.

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