Este es un caso para ilustrar el procedimiento de aumento mamario de un pecho hipoplásico, en esta paciente con una mínima constricción del surco, sin llegar a ser propiamente una malformación tipo mamas tuberosas o en un grado mínimo muy habitual en pacientes jóvenes.

El principal objetivo en este caso era buscar la máxima naturalidad, reproducir las proporciones de una mama normal, que como sabéis muestra un polo superior con una pendiente casi recta o mínima convexidad, nunca redondo, una areola en el centro de la mama y un polo superior lleno y redondeado. La proporción ideal es que un 45% del volumen quede en la mitad superior y el 55% restante en la inferior, marcando el ecuador de la mama en el complejo areola-pezón.

La clave es hacer una buena exploración, valorar bien la anatomía de la paciente, medir muy bien y, siempre en colaboración con ella, decidir el implante, sobre todo qué medidas del implante le corresponden para alcanzar el objetivo de conseguir un pecho bonito pero al mismo tiempo natural, que no parezca «operado», como si siempre hubiera sido así de bonito. Sé que a muchas personas lo que les parece bonito es que el polo superior esté redondeado, tipo wonderbra, pero la realidad es que esa no es la forma natural del pecho, y es por eso que a esa forma la solemos llamar “tipo prótesis”.

En mi caso, no es que ponga siempre prótesis anatómicas, tengo claro que hay muchos tipos de implantes y gracias a esa variedad nos podemos adaptar a cada caso en particular. Pero en pechos pequeños muy hipoplásicos, así como en mamas tuberosas aunque sean grados mínimos, mi preferencia son los implantes anatómicos. En cambio, considero que aquellas pacientes que tengan un volumen moderado o normal de glándula sí pueden lograr un resultado muy bonito (a veces incluso más bonito) con implantes redondos. Es decir, si pienso que os va a quedar bien un implante redondo y es esa forma lo que buscáis, no sólo no me opongo, sino que si me explicáis que queréis un resultado así seré la primera que os recomiende una prótesis redonda.

Mis pacientes saben que a veces doy a elegir, cuando considero que su caso puede quedar bien con ambos tipos de implantes. No es por liarlas, sino porque estoy convencida de que es esencial la implicación de la paciente al planificar esta cirugía. Yo os explico los pros y contras y qué se puede conseguir con cada tipo de implante, y os permitiré que decidáis aquello que podáis elegir, pero lo que sea cuestión de mi único criterio entonces seré yo quien decida. Como he comentado tantas veces, la buena comunicación cirujano-paciente es imprescindible.

Volviendo a esta paciente, ella presentaba un microsíndrome de mama tuberosa, con ligera protrusión y ensanchamiento de sus areolas, y déficit de desarrollo de polos ínfero-laterales. Además presentaba una leve asimetría torácica por escoliosis, que en su caso no justificaba el uso de prótesis diferentes. Recurrí a implantes anatómicos de altura media y proyección moderada-alta. La vía de abordaje es submamaria y el plano subpectoral. No precisó ningún tipo de plastia adicional. Los resultados que veis en las fotografía son a un año postquirúrgico.

 

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