Siempre me gusta contaros la opinión de mis pacientes en primera persona: los propios protagonistas son los que nos pueden transmitir mejor qué sentían antes de la cirugía y, también, el postoperatorio de la misma. Os comparto este testimonio sobre lipedema, por supuesto, agradeciéndole su colaboración:

“Te remito las siguientes líneas con mi experiencia tras la intervención de lipedema:

Ya han pasado cinco semanas desde mi intervención de lipedema en piernas tras ser diagnosticada con un grado I. En mi caso, los primeros 9 ó 10 días tras la intervención fueron los más difíciles y, luego, poco a poco, la situación fue mejorando en cuanto a dolores y movilidad.

Fue toda una sorpresa ver que ya no me dolían las piernas

Creo que fue a partir de la segunda semana cuando me di cuenta que algo había cambiado tras la intervención. Tal vez, el cambio se produjera antes, pero hasta entonces, no fui consciente de ello. Para mí, fue toda una sorpresa darme cuenta de que ya no me dolían las piernas y de que las notaba muy ligeras.

En mi caso, a pesar de ser diagnosticada con grado I, sentía mucho dolor «por dentro». No siempre podía ubicar dónde se producía el dolor, pero «sentía las piernas», me dolían y no podía con ellas. Las notaba cansadas, hinchadas y notaba cómo al andar se movía la grasa. Cuando no llevaba las medias de compresión sentía que las piernas no me sostenían y me dolían detrás de las rodillas. Además, antes no aguantaba llevar muchas horas las medias de compresión porque, al final del día, se me montaban los tendones de las piernas.

Nunca pensé que el dolor pudiera estar relacionado con el lipedema

Desde hace muchos años, he tenido problemas con los tendones de mis piernas. Normalmente, por la tarde/noche, al menor roce, movimiento o con una mala pisada o posición del pie, se tensaban los tendones que afectaban a los dedos o los que iban desde el tobillo a la pantorrilla. Todo esto me incapacitaba el movimiento y me producía un dolor insoportable que sufría hasta que lograba revertir la situación.

Pues bien, esto también ha desaparecido tras la intervención. Cuando me di cuenta de esto, no me lo podía creer porque nunca pensé que pudiera estar relacionado con el lipedema. Ha sido una sorpresa total. De hecho, este cambio fue desde el primer momento tras la intervención, porque sales con medias de compresión y ya no te las vuelves a quitar. En otra situación, yo no podría haber aguantado tanto tiempo con las medias, ni tampoco hubiese aguantado con la presión y movimientos bruscos que se hacen para quitarla y para volver a ponerlas.

Esto es todo, por el momento, ¡y no es poco!”

Os dejo su caso clínico aquí.

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Quedo a vuestra disposición pero NO ATENDERÉ NI ON LINE NI POR TELÉFONO CONSULTAS SOBRE:

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  • Ni aquellas que exijan una valoración del paciente en persona.

Gracias por vuestra comprensión.