La abdominoplastia no es una cirugía para adelgazar: de hecho, si la paciente tiene sobrepeso, debe perder un poco antes si queremos obtener un buen resultado en la intervención.

La mayoría de las pacientes (también se operan hombres, pero como en esta cirugía son minoría prefiero seguir con pronombre femenino) se hacen una abdominoplastia para corregir secuelas de los embarazos. Hacemos hincapié en las diástasis de los músculos rectos que, al quedar separados, conllevan una importante debilidad de la pared abdominal.

Muchas veces, esta diástasis va acompañada de hernias umbilicales y epigástricas, lo que supone una gran dificultad para hacer ejercicio, y esa sensación de que los músculos no les sujetan nada. Esto llega a protruir el abdomen, acumular gases o sufrir estreñimiento. Por no hablar de que por más que intenten estar delgadas y hacer algo de abdominales (algunas apenas pueden hacer nada), el abdomen siempre está hinchado o incluso descolgado.

También es frecuente que consulten para tratar cicatrices retráctiles de cirugías previas o cesáreas adheridas. Es habitual mostrar diferentes grados de laxitud o exceso tisular, así como depósitos variables de grasa en abdomen, costados, espalda, pubis…

Esto quiere decir que son variadas las razones para realizarse una abdominoplastia, y la causa de estos estados son siempre o los embarazos o las pérdidas importantes de peso. Y cuando nos planteamos una abdominoplastia es porque es la única solución. Y no, no es una cirugía para adelgazar, sino para corregir y reforzar la pared muscular, tratar el exceso de piel y remodelar los depósitos de grasa (no para perder varias tallas sin hacer nada para perder peso).

¿Cómo hemos tratado este caso clínico?

Las imágenes muestran una pura diástasis muscular, pues mi paciente está muy delgada, pero su diástasis de cerca de 6 centímetros supra y periumbilical le causaba una malísima dinámica muscular con gran debilidad de esta. Presentaba además una pequeña hernia umbilical y moderado exceso cutáneo que, evidentemente, no mejora con la pérdida de peso y sí con una abdominoplastia.

Se le realizó una abdominoplastia con trasposición umbilical, dermolipectomía de todo el colgajo infraumbilical y cierre con técnica de alta tensión superior.

Mostramos resultados a tres meses y medio.

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